Creo que no hay ninguna duda de la calidad representativa de la Semana Santa zaragozana. La Semana Santa en todo Aragón es diferente al resto de celebraciones de otras zonas de España, pero no desmerece en nada ni a las castellanas o a las andaluzas. Y Zaragoza por su cantidad de oferentes o por su cuidada representación, marca cada año un camino que se va ampliando.
Zaragoza lleva años creciendo en su Semana Santa, en calidad sobre todo, también en cantidad de procesiones, en personas que intervienen en todos los actos.
Son días religiosos, también festivos y turísticos y cada persona se los puede tomar con arreglo a sus creencias. Todo es válido y muy bien recibido, pues la calle es de todos. De los que intervienen desfilando y de los que intervienen observando. Y de los que no hacen ni una ni otra actividad.
Hablamos de una Semana Santa de Zaragoza ciudad que con sus más de 700 años de historia, tiene un total de 53 procesiones, algunas de ellas únicas por su singularidad y más de 16.000 cofrades desfilando todos ellos con diferentes toques de percusión o de viento.