Disfrutar levemente de una Zaragoza antigua es siempre un pequeño lujo, es esa Zaragoza tan habitual para nosotros pero vista desde la perspectiva de 150 años atrás. Esta imagen de El Pilar de Zaragoza es de 1870, no tenía las torres terminadas, el edificio de la Basílica estaba pegado a otros edificios y había una puerta pequeña, un postigo (el trenque de Aguadores o de Blancas que se utilizaba para llevar agua del río al interior de la ciudad por los aguadores) y que se utilizaba también para salir los peatones hasta el río Ebro desde el interior de la ciudad, que por aquellas fechas empezaba a dejar de estar cerrada por las diferentes 12 puertas de la Zaragoza vieja. Los vecinos se quejaban de tener que pagar por cruzar las puertas de la ciudad y con razón. Era un confinamiento salvado con dinericos.
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