21.11.21

¿Qué hacemos con el Recinto de la Expo 2008 en Zaragoza?


Tenemos sobre la mesa de la Zaragoza el futuro la diatriba de qué hacer con el Recinto de la Expo 2008, como si el haber pasado ya 13 años no fuera suficiente señal de nuestra incapacidad. Pero a veces nos gusta rebozarnos de nuestras propias incapacidades, para demostrar que parecemos tontos, sin serlo del todo. O si.

Desgraciadamente la herencia de la Expo 2008 ha sido tan escasa que es complicado ponerla en valor. Es verdad que ha quedado un gran parque que deambula con penas, que nos ha quedado un espacio que hemos utilizado para montar oficinas y servicios, pero que Zaragoza bien habría podido preparar otro similar en otra zona. Y nos quedan algunas obras útiles como el Puente que nos une con Almozara y todas las actuaciones en las riberas del Ebro, que sobre todo en la zona desde el Puente de Piedra, están siendo muy utilizadas.

Pero no queda nada del espíritu de Zaragoza ciudad del Agua, y no queda utilidad de los grandes emblemas de aquella Expo 2008, los más caros y grandes, que llevan 13 años cerrados, para tristeza de los que los diseñaron y construyeron con dinero de todos.

Ahora está sobre la mesa si hacer o no pisos, para poner vida sobre el recinto, pues es cierto que a partir de cierta hora de la tarde y los fines de semana, para lo que es aquello, el número de viandantes y vida es muy escaso. Lo pasean los vecinos de la zona y poco más. Y cabe preguntarse si eso no se debería mejorar.

Tremendo problema del que pueden surgir varias apreciaciones. Una es que NUNCA se diseño aquello para ser habitado. Y que incluso cuando se expropió nunca se pensó para viviendas. Este tema estuvo varias veces sobre la mesa, antes y poco después de la Expo. Cuando se buscaban utilidades al Recinto. Pero nunca se logró un mínimo consenso.

Está el problema de las inundaciones, que sin duda se podría resolver con dinero. Está el de las indemnizaciones a los antiguos propietarios que también se podría resolver con dinero. Y está la oportunidad o no de dotar de una gran inversión para viviendas en una zona que se puede dedicar a otros menesteres, y potenciar si se necesita la construcción de viviendas en otras zonas vacías del Centro de Zaragoza. 

¿Revitalizar Las Fuentes, San José o Avenida Cataluña no es al menos igual de lógico?

El recinto creo que es un enorme y excelente espacio para ser utilizado como lo que fue, y que nunca se ha querido dar el empujón lógico. 

Un Recinto Expositivo imprescindible, pero nunca un simple almacén "de cosas".

¿No queremos encontrar un buen espacio para Goya? ¿Y para el resto de aragoneses importantes, como Pignatelli, Segundo de Chamón, Buñuel, Viola, Ramón y Cajal, Joaquín Costa, Avempace, Baltasar Gracián, Camón Aznar, Pablo Serrano, Pablo Gargallo, los hermanos Labordeta y otros 400 ó 500 aragoneses no siempre bien recordados?

¿No sería lógico que el Pabellón Aragón fuera un excelente escaparate de todas las comarcas de Aragón, sus productos y sus activos, para el resto de aragoneses o para todos los visitantes de nuestra Zaragoza?

¿No sería útil crear Escuelas Artísticas para estudiantes extranjeros de intercambio con una Escuela Mayor artística que desde el viejo recinto de la Expo, ampliara las posibilidades de todas las ramas artísticas que Aragón ha liderado en el mundo, como la fotografía, la imprenta, la cinematografía, el grabado, incluso la pintura, el ballet o la música?

¿No sería más lógico dotar esas inversiones para viviendas complicadas de realizar en los famosos "cacahuetes" para retomar la actividad del Pabellón Puente y la Torre del Agua como espacios para las Nuevas Artes del Siglo XXI, digitales, innovadoras, performances de collages de varias asignaturas artísticas?

Mi pequeño, diminuto consejo es que no seamos tan cabezones de ver lo sencillo porque lo tengamos muy cerca y nos parece muy fácil, pues eso normalmente no sirve para nada, como nos ha sucedido con la boutade de convertir la Lonja en el Espacio Goya, que todavía no está descartado. Zaragoza necesita un empujón, y si tenemos dudas, viajemos un poco por ejemplo a Málaga, a Valencia, a Barcelona. A Bilbao. Y empecemos a contemplar habilidades políticas para poner a las Grandes Ciudades en donde las corresponde en el siglo XXI.

Julio M. Puente (Ajovín)

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