El Congreso del PSOE aragonés ha marcado un punto de salida muy interesante si no se estropea, lo estropean ellos mismos. Interesante para ellos y para Aragón y Zaragoza. De los Congresos de los partidos se sale —como organización— o mejor o peor, pero nunca se sale igual, es imposible. O los Congresos son positivos o negativos. Si son neutros es que han ido mal o muy mal, se note lo que se note por fuera. Y en este caso todo indica que ha ido MUY bien.
Por una parte este Congreso del PSOE aragonés demuestra unidad, que es un hecho poco común en casi ningún partido político, se note o no se note. Y además supone por una parte el asentamiento de Javier Lambán a nivel nacional lo cual es un gran éxito para el Aragón progresista que es deseable dure mucho (con independencia de que guste o no sus formas y modos, sea o no sea Lambán socialista de libro, pero supone poner Aragón un poco más en el Madrid que reparte respetos).
Y por otro el lanzamiento de Lola Ranera hacia las opciones que se merece por sus muchos años trabajando en Zaragoza por Zaragoza.
Lola Ranera tiene varias varias posibilidades complicadas de encontrar en la política actual zaragozana si aspira a ser alcaldesa.
Sabe formar equipos, sabe negociar, y sobre todo sabe mantener a esos equipos a su alrededor si le dejan, lo que supone ese punto activo de intercambiar trabajos sin casi tener que explicarse, y con ello lograr objetivos que en otros políticos es muy complicado conseguir. Digamos que entiende la esencia del trabajo en equipo pues no necesita marcar su personalidad ni su mando, más que en contadas ocasiones.
Pero sabe que ser Alcalde de Zaragoza no solo depende de su equipo, sino de los equipos laterales de sus contrincantes que en un momento dado puede sumar con ella. Y ese punto, que no depende directamente del PSOE (o sí) es el más complicado de lograr.
Como decía un antiguo Director General del Gobierno de Aragón.: ¡¡Vaya tropa con la que tengo que lidiar!!
Es de adivinar que el PP cambie de cromos entre DGA y Ayuntamiento de Zaragoza con Azcón como valor en alza y como el único capaz en el PP de plantear la conquista del Gobierno de Aragón.
Pero eso supone el descabezamiento de su candidatura a repetir como Alcalde de Zaragoza, donde no es nada sencillo para el PP encontrar un sustituto con capacidades mediáticas de cara al votante.
Y en ese puesto es donde entraría Lola Ranera, como lógica de recambio, capaz de intentar lograr la Alcaldía de Zaragoza. Pero hay algunas dudas para que lo consiga.
La más simples es que los números lleguen. El Concejal número 16 es primordial, imprescindible. El PP pagaría a Ciudadanos o a VOX para que lo consiguiera, y el PSOE haría lo mismo a CHA por alcanzarlo. O a Podemos. Es la llave de Zaragoza. En el año 2019 al no lograrlo CHA por 1.500 votos no se logró que hubiera un Alcalde Socialista.
Leía que IU solicita que en Zaragoza vayan unidas las izquierdas (me imagino que se refiera a todas menos al PSOE) en su candidatura municipal para desbancar a Azcón. No es necesario y lo sabemos los que nos dedicamos a los números. Ni unir supone sumar, ni sumar supone siempre más concejales. Eso depende de muchas factores.
Lo cierto es que con independencia de la posibilidad de que se pudieran adelantar las Elecciones a Cortes de Aragón por motivos tácticos, se va abriendo en la izquierda un camino interesante que sería deseable también fueran emprendiendo el resto de partidos de izquierdas.
No es fácil encontrar candidatos ni es sencillo que sean elegidos desde dentro de los partidos políticos, en donde muchas veces simplemente se premia o castiga. Rara vez se forman equipos pensando en sus opciones de trabajo hacia los ciudadanos ni incluso ahcia sus votantes.
Pero quien pone Alcaldes o Presidentes es el votante, sobre todo quien los cambia es el votante.
Y el votante de los "restos", el de ese voto que cambia y se necesita que cambie su voto o su decisión de ir o no ir a votar, eso votante digo, necesita conocer bien al candidato, saber sin que se expliqué de qué es capaz, y si tiene carisma, capacidad y sonrisa seria sin ser triste.
Y para todo eso 18 meses no son nada. Se avisa a los partidos que todavía no piensan a estas alturas en poner candidatos sobre las tarimas de la comunicación.
Julio M. Puente Mateo
Nota.: La imagen es de El Periódico de Aragón
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