En los estertores de la dictadura, por todos los sectores sociales bullía el deseo de cambio y de empezar a superar la negra etapa vivida durante excesivos años. La enseñanza no era ajena a esta realidad, a esta necesidad. En las escuelas públicas o religiosas eran mayoría los docentes que ya con una cierta edad y anclados en métodos tradicionales y retrógrados, hacían presente el autoritarismo y la violencia que se vivía en la sociedad, también en la escuela desde la más tierna infancia de las niñas y los niños, con castigos físicos antipedagógicos.
Contra esa realidad, en Catalunya ya en los años sesenta, comenzaron a organizarse profesores con ideas alternativas, creando lo que se denominaron "Movimientos de renovación pedagógica". En Aragón nacen en 1973 cuando surge el Colectivo de Pedagogía de los Martes que se reunía dicho día en el Centro Pignatelli de Zaragoza.
Una de las iniciativas del Colectivo fue la creación de la Escuela de Verano de Aragón (E.V.A.), cuya primera edición se celebró en julio de 1977. Durante dos semanas más de 400 enseñantes de todos los niveles educativos participaron en las diversas actividades organizadas en el Edificio Interfacultades de la Universidad de Zaragoza, intercambiando experiencias y debatiendo posturas.
La edición de 1978 duplicó las cifras de participación y consolidó la Escuela, que fue celebrando anualmente sus citas hasta la final en el año 1999. La EVA, como popularmente se le conocía por sus siglas, fue un gran impulso para la renovación de la enseñanza en Aragón.
La pegatina era en aquellos años el reflejo de cualquier movimiento popular, así que no hay que extrañarse que la Escuela de Verano editara también sus propias pegatinas: aquí os mostramos las de las dos primeras ediciones, 1977 y 1978.
Nota.: Las imágenes pertenece al Archivo Tiempos de Lucha y Esperanza y en el texto ha colaborado Manuel Gálvez
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