Es verdad que en aquellos años la vivienda estaba carísima en Zaragoza, y en manos de unos pocos dueños de la ciudad que marcaban precios prohibitivos. Y es verdad también que la Operación Cuarteles posibilitó poner en el mercado una barbaridad de metros cuadrados para intentar abaratar el precio de la vivienda por la ley de la oferta y la demanda.
Pero había otras opciones mejores en Zaragoza para desarrollar aunque posiblemente privadas y sobre todo había que tener un estudio del lugar y del coste social y urbano de crear una nueva ciudad tan lejos de la Zaragoza consolidada. Y si se tuvo, no se le dio la importancia que los años han demostrado.
Una zona muy alejada en la que se deseaba construir casi 25.000 viviendas lo que hubiera supuesto unos 65.000 nuevos vecinos en un espacio de 4,5 millones de metros cuadrados. Se ha construido menos del 10% de lo previsto, de forma aleatoria sobre un inmenso terreno mal planificado, y sobre todo sin las debidas garantías de un diseño de construcción que “juntara” los edificios y no los diseminarse entre todo ese enorme espacio.
Cabe recordar que en el año 2003 (hace 15 años) la FABZ ya presentó unas alegaciones durísimas que por desgracia se han venido cumpliendo en casi su totalidad, donde decía en sus primeras líneas que: “…este proyecto atenta contra los criterios más elementales del Urbanismo…”.
Ahora la Junta de Compensación quiere replantear las normas para obligar a que los nuevos edificios se construyan en zonas cercanas a los barrios que ya existen, a Valdespartera y Rosales, pero las normas llegan tarde, cuando aún acabado ya de llenar todo Parque Venecia que surgió más tarde, creen que es el momento de resucitar Arcosur.
Una zona muy alejada en la que se deseaba construir casi 25.000 viviendas lo que hubiera supuesto unos 65.000 nuevos vecinos en un espacio de 4,5 millones de metros cuadrados. Se ha construido menos del 10% de lo previsto, de forma aleatoria sobre un inmenso terreno mal planificado, y sobre todo sin las debidas garantías de un diseño de construcción que “juntara” los edificios y no los diseminarse entre todo ese enorme espacio.
Cabe recordar que en el año 2003 (hace 15 años) la FABZ ya presentó unas alegaciones durísimas que por desgracia se han venido cumpliendo en casi su totalidad, donde decía en sus primeras líneas que: “…este proyecto atenta contra los criterios más elementales del Urbanismo…”.
Ahora la Junta de Compensación quiere replantear las normas para obligar a que los nuevos edificios se construyan en zonas cercanas a los barrios que ya existen, a Valdespartera y Rosales, pero las normas llegan tarde, cuando aún acabado ya de llenar todo Parque Venecia que surgió más tarde, creen que es el momento de resucitar Arcosur.
Pero no cuentan con la mala imagen de esta zona entre los zaragozanos que puedan o deseen invertir, ni con los desarrollos en la zona de Avenida Cataluña o Barrio Jesús, mucho más céntricos y con todos los servicios urbanos funcionando casi perfectamente.
Y llegados a este punto cabría plantear soluciones, aunque nadie tiene esa varita mágica que haga posible lo imposible.
Y llegados a este punto cabría plantear soluciones, aunque nadie tiene esa varita mágica que haga posible lo imposible.
Sin duda el Ayuntamiento actual muy poco puede hacer ya por Arcosur, debería ser el próximo y eso depende del color del mismo y del destino de las financiaciones de que disponga. Así mismo las nuevas normas de planificación para Arcosur siendo lógicas y muy necesarias desde hace 15 años, sirven si hay promotores que desean construir y acogerse a ellas.
Cualquier otro tipo de solución es muy dura y costosa y nadie tiene arrestos para nombrarlas. Pero es verdad que a los vecinos que ya viven en esta zona de Zaragoza, zaragozanos todos ellos y con los mismos derechos que el resto, se les ha dejado en parte un tanto olvidados y casi abandonados a su suerte o a la suerte del mercado, que como siempre es durísimo.
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