La Lonja de Zaragoza, un edificio renacentista, concebido por Juan de Sariñena y diseñado en su interior por Gil Morlanes ‘el Joven’, fue la última de las grandes lonjas de las ciudades de la Corona de Aragón: Barcelona, Mallorca y Valencia, impulsada desde la iglesia y el poder eclesiástico por el arzobispo Hernando de Aragón y apoyada por el Ayuntamiento de entonces.
En su exterior, sencillo hoy, con un jardín exterior en su trasera al Ebro cuando hizo de edificio civil de operaciones comerciales de la sociedad de su época, se hacían como en todas las Lonjas, las operaciones y acuerdos de las grandes compra ventas en donde se pagada o acordaban los precios, a veces de forma legal para pagar impuestos y a veces de otras maneras para eludirlos. En La Lonja de Valencia existe una zona especial para estos tratos "raros".
La decisión para la construcción de la Lonja de Zaragoza se aprobó en febrero del año 1541 y el privilegio de trazar su diseño arquitectónico exterior recayó sobre Juan de Sariñena, según rezan varios documentos. Lonja de Zaragoza, que tardó diez años en construirse.
En su zona alta y rodeando todo el edificio podemos ver hasta 153 figuras, los rostros de ellos como personajes que se asoman a la calle para mirar lo que sucede en ella, pintados y no hace muchos años limpiados y restaurados para darles visibilidad. Es en esa zona en donde existe una planta hoy casi oculta, y en donde se guardaban las armas públicas que la propia ciudad tenía para defenderse en caso de ataque. Era el armero municipal.
Hay de todo entre los 153 personajes que rodean a la Lonja de Zaragoza, desde los Reyes Católicos a personajes que creemos anónimos y del pueblo. Una representación de lo que era en aquellos años la sociedad aragonesa.
La decisión para la construcción de la Lonja de Zaragoza se aprobó en febrero del año 1541 y el privilegio de trazar su diseño arquitectónico exterior recayó sobre Juan de Sariñena, según rezan varios documentos. Lonja de Zaragoza, que tardó diez años en construirse.
En su zona alta y rodeando todo el edificio podemos ver hasta 153 figuras, los rostros de ellos como personajes que se asoman a la calle para mirar lo que sucede en ella, pintados y no hace muchos años limpiados y restaurados para darles visibilidad. Es en esa zona en donde existe una planta hoy casi oculta, y en donde se guardaban las armas públicas que la propia ciudad tenía para defenderse en caso de ataque. Era el armero municipal.
Hay de todo entre los 153 personajes que rodean a la Lonja de Zaragoza, desde los Reyes Católicos a personajes que creemos anónimos y del pueblo. Una representación de lo que era en aquellos años la sociedad aragonesa.
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