Pasarela de Pont de Montanyana sobre el Ribagorzana permite el acceso entre el núcleo histórico y el arrabal de la misma, en la margen catalana del río. Término de Ibars de Noguera, origen histórico del noble apellido ribagorzano que porta mi mejor amigo, Amadeo Ibarz. Sobre pasarela del siglo XVIII, puente de tablas como el zaragozano, la existente que se está reforzando es un pontón de 1938 levantado en la Guerra Civil por ingenieros nacionales.
El poder oriental socialista oscense será crucial para el mantenimiento de Lambán en septiembre y vuelve a dar y quitar en Aragón el poder efectivo, aquel que le entregaron a Biel y ahora no tiene dueño. Es el poder oriental ribagorzano, que se sucede desde Marcelino en la presidencia de la Diputación oscense o influye poderosamente sus políticas.
Es un PSOE algo torvo pero a la catalana, lector de La Vanguardia, hereu del maragallismo –más bien, rectifico, del narciserrismo-. Y se va renovando. Cuenta con un incipiente cachorro montisonense, Gonzalo Palacín. Aunque más interesante sea el alcañizano y caído en desgracia diputado Urquizu, bastante buen sociólogo que puede empujar mucho al socialismo aragonés a replantearse su actuación en el territorio.
El modelo a adoptar no dejará de ser el oscense. Y dentro de Huesca, ahora también pasa en Zaragoza provincia, con la excepción de Cosculluela, la presidencia y poder administrativo y orgánico socialista ha recaído desde los 90 en alcaldes de pueblos muy pequeños, afectados por el envejecimiento.
Así la Diputación oscense creó bajo la batuta técnica de Paco Orduna, un área de desarrollo que fue pionera en la apuesta por la implantación del wifi, la fibra óptica, el turismo verde, las centrales de alojamiento, Pirineos Sur y tantos otros singulares proyectos. Defendió el IBI de los saltos eléctricos para los municipios, el fantástico alcalde Francisco Beltrán, tiene un aragoneses, en los años 80 fue pionero en políticas sociales de acogida a los temporeros inmigrantes que llenan Fraga en la recogida de la fruta. Y la DPH con ello también fue sensible.
De esa época data las subvenciones para la rehabilitación del espectacular núcleo medieval de Montanyana, del que hemos hablando. Núcleo que bajó a la carretera, en una suerte de lo que se llama en Jacetania “hospitales”, como Hospital de Ipiés. El núcleo alejado algunos kilómetros de la parada de caballerías.
Hoy se anuncia la rehabilitación de la histórica pasarela sobre el Ribagorzana, Noguera, de Pont de Montanyana. Es emocionante atravesarla temblando. Si se declarase la independencia de Catalunya, se produciría en este valle y el superior Valle de Barrabés una situación curiosa, que ilustra la pasarela.
Bellísima imagen del puente románico de Montanyana, Ribagorça
En ocasiones, los términos municipales de los núcleos ribereños de Aragón y Catalunya no respetan como frontera política la frontera geográfica del río. Se meten y remeten propiedades, barrios y polígonos industriales.
En el valle superior, se produce la asimetría de una Bonansa y Montanuy cuya capital comarcal, al otro lado del río, es la lleidatà Pont de Suert. Que también tiene puentes y un barrio metidos en Aragón.
Por todo ello, la histórica pasarela de Pont de Montanyana representa que fuimos, somos, deberíamos ser y algunos pensamos que seremos -allí más sentido que en ninguna parte, allí donde se habla catalán ribagorzano pero los bandos se publican con bandurrias y jotas, allí donde blasonan históricos palacios las armas de los históricos apellidos aragoneses Cambra y Bergua- historia común con nuestro pueblo vecino.
Pase lo que pase en octubre, el miedo a despatrimonializarse atenaza a la independencia, esta pasarela que va a rehabilitar la diputación oscense y que es uno de los jalones más bellos de la arquitectura militar aragonesa –con su vano limpio sobre el río-, simboliza una necesaria renovación de la historia y vocación común de la Corona.
Que obviamente debería empezar por clarificar Sijena, sin tener que depositar cláusula de rescisión alguna. Del mismo modo, Aragón debe comprender la necesidad de agua para beber en Cervera y comarca.
Desde el Berdún fortificado y el Ansó en disputa permanente de pastos con Roncal sabemos que no ha sido así en el caso de nuestra relación histórica con Navarra, muga de sangre y siglos.
Por eso cuando me desplazo a comer chocolate, longaniza y caracoles a la llauna y escalivada a Ribagoza, tengo muy claro, porque así se percibe y lo siento, que el Noguera no es ninguna frontera, sino un río que apaga la sed de los pueblos que comparten historia, derecho civil y esperemos que futuro.
Un puente que rechina y donde se pasa andando por tablas de madera a Catalunya nunca podrá ser una frontera sino un vado de esperanza.
04/08 Luis Iribarren
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