Hemos estado ocho días en un país un 15% más pequeño que Aragón, con 24 parlamentos diferentes y con amplias libertades para legislar cada uno de ellos de forma diferente en materia fiscal, educativa, legislativa o judicial. En Aragón somos 33 Comarcas, casi el mismo número de Cantones que Suiza. ¿Os imagináis un Aragón con 33 Gobiernos diferentes, con sus parlamentarios y ministros, gobernando esta tierra aragonesa? Si en otros territorios funciona, nada es imposible.
Sí, efectivamente son más de ocho millones de habitantes, otro tema para reflexionar, y donde Aragón ha perdido en dos siglos toda posibilidad de ser lo que parecía que iba a ser. Y admito que es un territorio diseñado por la naturaleza como si el Pirineo ocupara todo Aragón, en vez del desierto que tenemos ahora entre nosotros, pero que en tiempos pretéritos no era así.
En Aragón algunos políticos municipales creen que la participación es preguntar a los ciudadanos en qué nos gastamos unas migajas del presupuesto. En otros países lo que preguntan directamente en decenas de consultas a todas las personas, es sobre aquellos temas en los que no se ponen de acuerdo con rotundidad los políticos. Sea lo que sea, a nivel de legislación interna o externa. Si hay dudas, lo mejor es preguntar al ciudadano. Y si nos equivocamos, nos equivocamos todos.
Un país con cuatro idiomas oficiales, incluso con tres culturas ancestrales distintas (alemana, francesa e italiana)…, y que ha sido capaz de llevarse bien entre todos ellos, y donde sus símbolos identitarios no ofrecen dudas a nadie. Su bandera ondea en miles de lugares de cada ciudad que visitas.
Un país con un sistema de ayudas sociales muy alto, donde un matrimonio que se jubila no cobra una pensión menor a los 28.000 euros brutos al año. Si te queda una pensión menor y eres ciudadano del país, te la complementan (no sé si el ayuntamiento o el Estado) hasta esa cantidad, que baja a los 24.000 euros en caso de familias monoparentales.
Efectivamente es un país MUY capitalista, donde los planes de pensiones privados son el pan de cada día, con un índice de desempleo nulo o simplemente técnico, y donde la sanidad es privada, aunque esto sea (casi) mentira, pues te obligan a cotizar en un seguro privado, a unos costes que a nosotros nos parecería altísimo, pero es que no se nos olvida sumar a nuestras cotizaciones la parte que cotizan las empresas por los trabajadores, que es mucho más alta que la que aportamos los propios trabajadores a través de las nóminas.
Un país donde efectivamente el desempleo es nulo, y donde los trabajadores negocian su entrada en las empresas, pues estas necesitan técnicos de calidad y garantía de formación y fidelidad. Y en donde no solo se negocia el sueldo, sino una tercera pata del sistema de pensiones privadas, los complementos de los seguros de salud, y otras menudencias que cada empresa o trabajador considera según su puesto de trabajo, más o menos importante.
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