Debo empezar diciendo que estoy a favor de la Línea 2 del tranvía de Zaragoza. Así y de entrada, dejo clara mi postura, aunque ahora empiece a sacar dudas encima de la pantalla. Mientras el Ayuntamiento de Zaragoza se dedica a preguntar a los zaragozanos qué opción central —entre las cuatro posibles— quieren para la Línea 2 del tranvía en Zaragoza; el Grupo Heraldo se dedica a preguntar si queremos o no queremos tranvía en la ciudad. Deberíamos decir que ahora ya no toca hablar sobre…: tranvía si, tranvía no. Pero la realidad es contundente, y en Zaragoza manda quien manda.
Mientras que el 78% de los zaragozanos califican como bueno o muy bueno el servicio del tranvía, sólo el 36% opina que la Línea 2 del tranvía es necesario. Mientras que el 17,5% de los zaragozanos opinan que el actual servicio de transporte público es malo o muy malo, el 54,4% opina que es bueno o muy bueno. Para terminar avisando de que el 36% de los zaragozanos no quiere la Línea 2 del tranvía, el 43,6 sí desearía esa inversión, pero se avisa que todavía hay un 20,4% que ni saben ni contestan.
Lo curioso es que se intenta manipular a los zaragozanos por parte de todos. Quieren que votemos sin información suficiente, y sobre todo sin advertir que según el número de votos recogidos, estos procesos no pueden servir para nada.
La encuesta de Heraldo utilizó 450 llamadas telefónicas. ¿Van a decidir en Zaragoza este número de votos? En las encuestas digitales de El Periódico de Aragón votan de media unas 400 veces (que no personas). ¿Sirve de algo esta democracia participativa a donde nos están llevando todos? Igual hay que advertirlo, aun sabiendo que te pueden catalogar de impedir estos procesos participativos, pero personalmente me importa menos la cantidad de preguntas y mucho más la calidad democrática de estos procesos.
¿Qué número de votos será admitido como válido en las encuestas que ahora propone el Ayuntamiento de Zaragoza? ¿Sirve para este tema lo mismo 2.000 votos de Delicias, que 2.000 votos del Rabal o de Las Fuentes? ¿Será proporcional a toda Zaragoza, el número de votos recogidos en estos procesos? Parece una tontería, pero las posibilidades de manipular estos procesos son muy altos.
Se nos pregunta por los 4 posibles trazados, pero opinar de cada uno de ellos supone descartar el resto, es necesario saber cuántos viajeros podrían recibir servicio de tranvía en cada uno de ellos, el coste de la inversión de cada uno y las afecciones de los autobuses que se verían modificados o suspendidos. Eso de entrada. También deberíamos saber cuál de ellos se presta mejor para seguir diseñando una Línea 3 y una Línea 4 de tranvía en Zaragoza.
Pero también deberíamos decir a los zaragozanos que la Línea 2 del tranvía (muy posiblemente) no la gestionará la misma empresa que la Línea 1. Hay que sacarla a concurso público y se podrán presentar cuantas empresas quisieran llevarla y hacerla funcionar tras la inversión. Es verdad que estas empresas, curiosamente, se organizan muy bien para no pisarse entre ellas, pero eso supone también que se logre presionar más y mejor a quien saca a concurso los servicios.
La Línea 1 es propiedad (hoy) en un 20% del Ayuntamiento de Zaragoza. En estos momentos es imposible que esta empresa (Tranvía de Zaragoza) pueda presentar oferta pues el Ayuntamiento no tiene economía. Lo podría hacer Traza presentándose por libre, que es el otro 80%. O realizar una ampliación de capital la empresa Tranvía de Zaragoza, y dejar al Ayuntamiento con el 10% del total de las dos Líneas si no puede entrar en la ampliación de capital. Siempre y cuando no se presentara otra empresa y ofertara algo mejor para la ciudad.
Parece que poner “pegas” a una inversión de este calibre, es ponerse de lado de los que están en contra. Y no es cierto. Yo estoy a favor del tranvía y lo repito otra vez al final de este texto. Totalmente a favor, pero sabiendo que en estos 10 años desde la puesta en funcionamiento de la Línea 1 han sucedido “cosas” incluidas cambios en las formas de los transportes públicos urbanos. Todo hay que analizarlo para decidir pensando en la Zaragoza de 2050 y no en la de 2016 y mucho menos en la de 2007.
Una ciudad que sufre y critica denodadamente la peatonalización de la calle D. Jaime, debe hacerse mirar muy bien su modelo de ciudad. El tranvía en Europa (y en España) va acompañado de peatonalizaciones de muchas zonas, de humanización del urbanismo, de cambios que son más profundos que la simple implantación de un tranvía en vez de un autobús.
Si Zaragoza quiere el tranvía de verdad, debe saber y admitir que los cambios no son solo de unos asientos por otros, de catenaria por gasolina. Pues si sólo nos ponemos a cambiar autobuses por tranvías, yo estoy totalmente en contra del tranvía.
Julio Puente Mateo
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