21.12.24

El Real Zaragoza que nos merecemos


En los MUY excesivos años que el Real Zaragoza lleva en su Segunda División, muchos tienen una parte de responsabilidad. Aunque la disimulen o la envuelvan en silencios. Hemos convertido el fútbol profesional en un negocio en todo el mundo, y como tal ya no hay que seguir viéndolo como un icono de una ciudad, como una marca identitaria, aunque los dueños y amos en cada caso, quieran que siga siendo asumido así por el tejido social.

La ciudad de Zaragoza tiene un grave problema con el Real Zaragoza, no es deportivo sino económico, y lo sabemos todos aunque nos callemos. ¿Qué decisiones se tomarían si un día el Real Zaragoza como marca, dejara de ser rentable para la empresa que posee su propiedad?

Me decía un expresidente de Aragón, hace ya bastantes meses, que tenia respeto y temores a las decisiones que una empresa privada pudiera hacer con SU empresa, si en medio había deudas millonarias para una ciudad que no se las puede permitir. Y tomar decisiones políticas cuando eso está sobre la mesa es muy peligroso. 

Esto no lo valoramos los zaragozanos, los habitantes de Zaragoza, que vemos al equipo deportivo como algo que nos pertenece. No. Ni tan siquiera el nombre nos pertenece. Y eso es grave, lo sabemos y debemos tenerlo en cuenta a la hora de hacer inversiones que hipotecan el futuro de la ciudad o de Aragón.

El dueño, sus socios, el amo, no saben en algunos casos casi ni donde está la ciudad de Zaragoza. Es su empresa sobre el papel, como el que es socio de cualquier otra empresa china o pakistaní. Y si eres además un empresario de los gordos, puede que tu participación en la empresa que llamamos Real Zaragoza sea un delicado detalle en tus totales cuentas de resultados.

Pero para Zaragoza esto es mucho más complejo, más caro de entender y soportar. Y no siempre hemos sido suficientemente inteligentes para valorar la nueva realidad del neofútbol actual muy complejo y mucho menos deportivo que hace una década.

Uno de los pocos zaragocistas de siempre se ha ido de entrenador. Cabreado y muy quemado, él sabrá bien por qué. Los demás lo intuimos. Antes se fueron otros, incluso no hace mucho se fue Zapater o no se dejo entrar por la puerta grande a algún posible zaragocista de altura económica y de gestión.

Cuando se dice que hay buenos jugadores de fútbol que NO quieren venir a trabajar a Zaragoza, se está diciendo algo más que un detalle laboral o de miedo. Pero cuando el problema trasciende a la ciudad, pues las decisiones se toman a miles de kilómetros de distancia, hay que tener mucho cuidado con algunas decisiones, para no cometer errores.

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