Es muy complicado en las grandes ciudades reemplazar los árboles que por edad o envergadura o incluso enfermedad o peligro, hay que cortarlos, talarlos. Si son árboles de gran porte, debajo en el subsuelo, tiene desarrollada una red de raíces que no se pueden sacar para plantar árboles nuevos en ese espacio.
Y van quedando huecos vacíos y horrorosos en las calles, alcorques sin árboles, y sin que los vecinos lo entiendan. Deben pasar unos años antes de intervenir, y aun así en ocasiones es muy complicado limpiar toda la zona de raíces pues hay a veces incluso conducciones de servicios.
En algunos países optan por una idea que en Zaragoza se hizo hace muchos años en unos pocos árboles de la entrada al parque Tío Jorge. Hay que contratar a personal que sepa hacerlo, pero el resultado es muy interesante desde el punto de vista estético. Entre dejar un hueco vacío o dejar una escultura en madera, la opinión está clara.
Esta imagen es de Munich en Alemania, han cortado el árbol a poco más de dos metros de altura y han creado un rostro esculpiendo en la madera. ¿Y el coste? Pues en este ciudad han optado por un sistema que no es sencillo de admitir en Zaragoza. Lo sé. Cada árbol lo apadrina una empresa de la zona, y lo ponen en una plaquita junto a la escultura. Una empresa, una fábrica o un Centro Comercial.
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