26.7.23

Diez lugares de Aragón, que mejor no revelar


De Aragón o su entorno más cercano y desconocido, vaya este listado que evita el voto útil, la visita inevitable y publicitada que desborda los aparcamientos y que no cumple por agobios las expectativas de los lugares más bonitos de la lista, los parques nacionales oscenses o buscar la fresca de montaña en las sierras turolenses. Optemos por el vacío.

Sé que muchos consideraréis que no es un Aragón de póster ni del que os sentís orgullosos por desconocido: claro que no, se trata de vida cotidiana y esa la negamos con frivolidad cada verano y sus inevitables planes.

1.

Un paseo entre arte urbano de gran calidad por el Barrio de Valdefierro. Recomiendo llegar andando transitando por la Delicias que no pierde población inmigrante en verano, ese tema que no ha aparecido en la campaña ni de autonómicas ni de generales. En ella, la iglesia del psiquiátrico presenta murales exteriores de manga de gran calidad y recuerda a las policromadas de la Moldavia rumana, patrimonio de la Humanidad. El centro del barrio antes cicatrizado por línea férrea, es un espléndido andador urbanizado.

Aragoneses y sus trayectorias sobre los que profundizar en la visita: el karateka Babakar Seck y el entrenador Víctor Fernández. Recuerdos para el futbolista Jesús Seba, hoy flamenco por belga. Repetiremos con esta propuesta en sentido amplio.

2.

La Bal d’Onsella con incursión a Val de Soreta en Navarra. Territorio sin festivales, ni en verano de sacude la sombra de su abandono. Gravita sobre Navarra y su juventud trabaja en la monumental Sangüesa. No recomendamos su visita ni la de Sos desde la presente, sino perderse desde Longás a Gordún en cada una de las localidades con casas porticadas y de piedra sillar, visitar Undués de Lerda, atravesar sin parar Javier, para tras subir a Rocaforte, terminar en el rincón navarro románico prácticamente desconocido en Aragón, de gran calidad, de Aibar-Cáseda-Rocaforte.

De Navardún era el gran tenor llegado desde la jota, continuador de esa estirpe aragonesa y navarra en el bel canto, Mariano Ibars Araiz. Lo imaginamos profundo admirador del especialista en agudos y mito de mi padre sangüesino, sir Raimundo Lanas: el ruiseñor navarro de Murillo el Fruto, en el Valle del Aragón.

3.

La sierra y localidad de Herrera de los Navarros se alcanza desde la panorámica y espléndida carretera de Muel y Villanueva de Huerva, que discurre por el cauce del río. Un café con hielo en la fuente de la primera y visita a su singular casco urbano con ermita con pechinas de Goya, parar en la bodega de pago cercana a Mezalocha que produce de los mejores vinos de Aragón, perderse en un pantano romano o vagabundear en varias localidades con torres de iglesia patrimonio de la humanidad, así como por los varios congostos que cincelan el río Huerva y sus ramblas afluentes, es el no plan. Unos huevos con aceite bueno no os negarán en ningún bar, pasados con Cariñena de altura que sienta mejor al fresco.

Por salir de Goya, en Herrera nació el médico revolucionario Lorenzo Ardid, concejal en Barcelona en tiempos de la semana trágica anarquista que provocó la caída del primer ministro chueta mallorquín y tío de Carmen, un tal Maura. Nadie puede concebir hoy ni a un zaragozano presente en la vida pública ni a un candidato a presidente así de periférico conservador con dominio del catalán o mallorquín. Así nos sigue yendo.

4.

Los mallos e iglesias románicas de Agüero aun estando en el Pirineo y por su específico acceso no reciben apenas visitantes, que se quedan en la nacional y Murillo de Gállego. La bella y montañesa localidad oscense se arracima bajo un macizo kárstico de esos de las pinturas chinas de mayor calidad, en una val que produce almendras y aceite de enorme pero delicada calidad. Su casco alberga un museo que es una joya, impulsado por el cura Luis Galindo, que reúne una colección de piezas y ejemplares de órgano única en el mundo.

El nuevo maestro de Agüero musical nos hace viajar también hasta Daroca y su afamado en Europa festival de música antigua, cantera de la excelente de músicos y músicas aragonesas en la especialidad. Al Ayre Español de Eduardo López Banzo, Los Músicos de su Alteza de González Marín o la calidad vocal de Marta Almajano hacen posible una fuga de los sentidos hacia lugares amenos para días de bochorno. Todos se han deleitado con la afinación del órgano de Agüero.

5.

En la Toscana de Aragón se reciben incontables visitas y hay una presión inmobiliaria especialmente debida a la Europa Central e Inglaterra. Era una terra incognita de olivos milenarios y paisaje, de gran vino blanco salino o tinto peludo, pero hoy oficia como sucursal del Priorat o la Provenza oriental. Pero tiene un agujero, el valle de Tastavins, en el que poder bucear incluso en verano como en un cenote aragonés.

Buenos embutidos aparte, en Fuentespalda y Peñarroya sus cascos cuentan con notables ejemplares de casas serranas, conventos rehabilitados como hoteles, plazas con soportales e iglesias góticas de idéntica calidad que el resto de lo que se denomina en Tortosa “la quinta provincia” que componen los somontanos a los cuatro vientos de los puertos de Beceite, de San Mateo y Morella en el Maestrazgo de Castellón hasta los de Ulldecona de los olivos milenarios romanos y la Gandesa de la Batalla del Ebro. Una ruta como las galopadas con festines culinarios del general carlista tortosino Cabrera, en toda regla.

6.


Final de verano en el valle del río Manubles. Pese a que se trata de uno de los accesos del llamado “far west atecano”, el entorno de la localidad de Moros y remontar su río entre meandros valle arriba hasta la cascada de los chorros de Bijuesca representa atravesar un oasis fluvial de manzanos y frutas de altura con manchas de olmedos, de las que aportan luz verde y clorofila a la mirada. En las que se descansa de días de calima.

De Moros era la familia de José García Sánchez, con calle importante en Delicias, impulsor principal de la fundación del Banco Zaragozano. Su sede principal, Coso 74, es mi segundo edificio por aspecto favorito de Zaragoza por su torreón con cúpula tan influido por Gaudí, creación del arquitecto madrileño Roberto García-Ochoa en 1928 y que proyectó un bellísimo kiosko de música para la alameda conquense.

En 1928 nació en Quinto de Ebro la voz de la radio de mi infancia, la gran Conchita Carrillo. Yo oía con mi madre su programa “Despierta Aragón” en Radio Zaragoza, Marina Moreno, como leía el Andalán… Con asombro aragonés.

No muy lejos del Manubles pero fuera solo administrativamente de Aragón, el fantástico monasterio soriano de Santa María de Huerta, esas carreteras secundarias por Judes hasta Molina, el quejigo centenario de Embid y mis queridos congostos de Calmarza y Jaraba. Por supuesto, parada para tomar un vino de altura de garnacha en Ibdes.

7.

En el altiplano minero turolense, pasado Lécera, se llega a Muniesa. Lugar de fantástica legumbre, buenos bares de vinagrillos e importante historia sefardí. Esta otrora ciudad cuenta con una torre mudéjar octogonal única en Teruel, albergaba y quedan restos importante hospital y palacios y desde ella se accede a Oliete y su pantano entre paisajes kársticos en el río Martín o a los lejanos y seductores Josa y Obón, entre paisajes antiguos jurásicos.

De Muniesa era el poco abordado en Aragón teólogo barroco Miguel de Molinos, filósofo zen porque llevó hasta el quietismo la pasión por la contemplación de los místicos castellanos. Un poquito anterior, ha de recordarse el legado e influencia de su madre, de origen bilbilitano, en la obra del escéptico autor de Burdeos, Miguel de Montaigne.

8.

Una tarde en cualquier huerta del Bajo Aragón, de Movera, de Pastriz o en el Queiles de Tarazona dedicada a oler tomate y pimiento recién cogido. Mi abuelo llevaba siempre, además de naballa de pastor de cortar sopones para migas y queso muy duro, una bolseta de sal. Sacaba una cebolla de la tierra, de la alforja del burro una señal de aceite de frasco, le echábamos sal y merendábamos con los pies puestos en la fresquera del agua de acequia. Y después, tajada de melón, hoy a precio de caviar.

En Berdún, no tiene calle, nació Normante y Carcavilla. En mi reducto agrícola y ganadero jacetano. Nuestro antepasado fue secretario del Conde de Aranda, hijo de notario de notaría entonces importante, economista ilustrado a lo Jovellanos e impulsor del primer colegio de abogados zaragozano. Escribió un libro sobre economía política que se reeditó gracias a José Antonio Biescas, enorme persona y después socialista. Y un abrazo para Santiago Marraco, cuyo padre posador fue amigo de mi abuelo, que abría carreteras con dinamita en Lascún, al que quisieron nacionalizar francés para llevarlo a primera fila de la batalla del Marne, y yo no estaría aquí. Que marchó por un aviso de anarquistas de Jaca y echó el vino más a gusto de su vida, y tomaba dos litros diarios –lo normal para un hombre decía-, en la Fonda Marraco de Canfranc. Si sus paredes hoy disimuladas en nueva construcción hablaran…

9.

Ampliación de los paseos para disfrutar de arte urbano de los que no conocen estación: determinados lugares de Aragón como Fuendetodos y pueblos del Campo de Belchite, Alfamén, Torrellas, en Huesca el Proyecto Barrioh en el Perpetuo Socorro, los murales de Grañén y el parque escultórico de Sabiñánigo, Utrillas para complementar su patrimonio industrial… están incorporando como modelo demostración de un último aliento de vida por falta de natalidad o solamente inmigrante, arte urbano de ese de la memoria en corrales y medianeras que está quedando especialmente sublime, por tratarse de un trampantojo y un homenaje en muchos casos a sus mayores.

En Calaceite, Matarraña, pueblo de fantásticos herreros y balcones, se expresaba el arte urbano art-deco de este magnífico modo hace ya cien años. Lugar natalicio de Joan Cabré, con museo propio en su casa familiar, generaciones de artistas se han venido quedando a vivir desde entonces. Reconoceremos entre ellos al escultor Lluis Ribalta como entre los autores de arte urbanos aragoneses que más nos emocionan a Maiky Mike.

Esta labor y disfrute de los sentidos se debe a la iniciativa y logros del Equipo Asalto, organizador del festival zaragozano internacional de arte urbano, comisariado por el gran Sergio Beltrán Zapata.

10. 

La opciones más sencillas: una tarde de cine vacío, un café con hielo o cerveza helada en un casino o bar que traslade a la Casablanca de Bogart –que los hay-, un paseo por el Canal Imperial, las albercas oscenses, el Turia turolense, atravesar la Ciudad Universitaria y pulmón de la Zaragoza central, pasear por la ribera del Arba de Biel hasta la Estanca de Ejea, subir a los castillos de Monzón y Alcañiz, visitar los frutales y Caspe en verano, perderse por las riberas del Turia en Teruel o ir al pantano del Arquillo después de Vaquillas, visitar Lechago y Gallocanta cuando no hay grullas, demorarse en las saladas de Sástago a 45 grados para sentir Emiratos Árabes… Cuando tocan a rebato de que todos salís a esas cosas o fondos de valle pirenaicos sobre explotados, con o sin protección.

Opciones de vida en resistencia y tintos de verano. Nos hemos dejado sitios donde leer y beber agua fresca de fuente –que no el omnipresente valenciano aragonés taaaaan mooono guitarricadelaidem- y lo sabemos. Para otra temporada de publicidad de los de siempre será.

26.07 Luis Iribarren

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