Soy de los que piensan que si no somos capaces de cuidar lo que instalamos en las calles del tejido urbano de una ciudad, lo mejor es no instalarlo nunca. Si es Arte Urbano montado por el Ayuntamiento, debería tener siempre preparada una lista de sus obras de arte para cuidarlas, limpiarlas y protegerlas. Y si se han colocado en un lugar de poco acceso y de complicada vigilancia o cuidado, hay que avisarlo para tirarle de las orejas a quien haya dispuesto esa decisión, e incluso trasladarla de sitio.
Este escultura está en Zaragoza, casi en la desembocadura del río Gállego, en Vadorrey. Y no, no debería estar en estas condiciones, incluso aunque esté en un lugar inoportuno en el que cualquier técnico debería haber intentado evitar que se montada una obra allí.
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