No es sencillo imaginarse una Zaragoza como esta. Ya no existe, aunque si existe el lugar, su urbanismo casi vacío de elementos iguales a los que vemos en la imagen.
Las personas que en esta imagen estaban en la plaza ya no existen. Ninguna. El fotógrafo logró que no salieran al forzar una exposición fotográficas de muchos segundos. Era o habitual entonces.
Pero todos han fallecido ya, aunque la ciudad sigue. No existen en su sitio ni la fuente hoy en el Parque José Antonio Labordeta, ni los arcos del fondo preparados para una vista real. No existe el Paseo pues hoy es una gran calle con el tranvía y muchos autobuses.
Pero es Zaragoza, sabemos que es Zaragoza. Si somos capaces de imaginarnos la actual Zaragoza dentro de 100 años, podemos estar seguros que tampoco estará igual a la actual, que ninguno de los habitantes actuales estarán en este punto contemplando lo que haya del Paseo Independencia.
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