Las nuevas situaciones de seguridad y de cierto confinamiento no pueden ser utilizados por algunos vecinos incívicos en fiestas donde acuden amigos, vecinos de la zona hasta complicar la vida de todos los que están a su alrededor. A veces el límite entre propiedad privada y pública es complejo, y más si añadimos que puede ser espacio público pero de uso privado.
En la calle Utrillas de Zaragoza, sobre la altura del número 14 más o menos, hay una antigua Corrala con más de un siglo de antigüedad donde hay dentro a modo de patio de vecinos comunitarios al menos seis viviendas que sus puertas de entrada y salidas dan a la Corrala y no a la calle.
En estos días de confinamiento este espacio es utilizado para hacer barbacoas, fiestas hasta altas horas y usos que nunca se han realizado y que ahora se hacen ante lo complejo de estar junto a otras personas en bares y similares.
Si se denuncia mal, si se les dice algo peor pues enseguida se concaran con todos los vecinos de la zona que se cansan de soportar ruidos, olores de fogatas y gritos precisamente a las horas en las que hay que descansar, pues también hay personas que trabajan aunque no lo parezca. ¿Cuánto Urbanismo no hemos recibido, cuánta falta de Educación Social deberíamos tener todo?
No es cuestión de hacer de Policía de Balcón, sino de respeto entre vecinos. De comportamiento social que sirva para la convivencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario