La "historieta" de los restos romanos encontrados abandonados al derribar la Universidad Laboral es un claro ejemplo de lo que somos, y lo que es peor, de lo que seguiremos siendo. Unos incapaces, más dados a ir aprendiendo sobre como pelear contra el vecino de Institución, que en defender nuestro territorio, nuestra historia o nuestra obligación pública.
La Historia no nos pertenece a nosotros, que somos unos efímeros paseadores por este territorio durante unas pocas décadas. Es de todos. De los anteriores a nosotros y de los que irán viniendo.
En este caso de los restos encontrados en la Universidad Laboral hemos tenido suerte. Son grandes "piedras o pedruscos" que no se van a corromper con las lluvias y que nadie se va a llevar a su casa. No es lo mismo que la Universidad y su Biblioteca de la Magdalena, por poner un ejemplo viejuno que se podría añadir a decenas de ellos, como por ejemplo las butacas del Teatro Principal.
Si las TRES instituciones de Zaragoza: su Ayuntamiento, la DGA y la DPZ, son de diferente partido político…, mal vamos. Si son del mismo partido político, peor todavía nos va. Es HISTORIA también viejuna. Todos contra todos y ya iremos viendo. El caso es jodernos.
Cuando a veces hablamos desde Aragón o desde Zaragoza de nuestra incapacidades públicas y privadas, tal vez deberíamos contratar a mil psiquiatras y psicólogos para que nos analizaran los motivos y los por qué. Ya, tendrían que ser como poco argentinos para que no fueran conocedores con anterioridad. si contratamos a profesionales que ya nos conocieran, no querrían venir.
Somos capaces de rasgarnos las tripas para recuperar lo que tienen en Cataluña o en Madrid de lo que consideramos nuestro. Pero somos incapaces de cuidar después lo que tenemos y ya es nuestro.
Hablábamos el otro día de los Arcos enormes junto a las Murallas Romanas que las quitamos por que sí. Y efectivamente ahora está el vacío rodeando las piedras de las murallas que nos sobraron de su orden y desconcierto.
Junto al Torreón de La Zuda hemos dejado mal heridas otras piedras más que se van llenando de aguas y barros. En el posible e imposible Museo de San Lázaro pusimos una cubierta pero lo cerramos pues no sabemos qué hacer con aquello. Podría seguir pero no quiero. Tal vez recordar por un momento la BARBARIDAD del Teatro Fleta para que entendamos lo imbéciles que somos incluso metiendo millones en un solar, para vergüenza de todos.
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