Hay días en Zaragoza que los cielos de tarde casi noche asombran, no hay que machacar mucho la cámara pues se ven así de hermosos a poco que corra algo de aire y estén los ciudad limpios.
Nuestro querido Cierzo hace maravillas con los colores. Mancha las nubes blancas de amarillos, de rosas, mientras las sombras las remarca con unas noches que ya quieren llegar.
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