La Semana Santa en Zaragoza crece cada año con más personas, nuevas cofradías, más sonido, más expresión artística y realizada con más mimo. A veces en temas religiosos y desde la izquierda, simplificamos las apreciaciones. Hay muchas personas en la izquierda que somos cristianos, y que no nos gusta nada la iglesia católica que se apodera del cristianismo. No es incompatible ser cristiano y ser de izquierdas. Y al revés.
Cabe recordar antes de seguir con el texto, que en la Transición y en los finales de la dictadura, años duros y sin nada hecho en el terreno social y organizativo, era esa iglesia cristiana, de base, de barrios, la que creaba las bases para que pudieran funcionar los sindicatos, las asociaciones de barrios (de cabezas de familia, je, je), las primeras ONG que trabajaban la acción social, o las primeras casas de juventud en los barrios, sin olvidarse de los trabajo que se hacían para dar educación y cultura a las familias de algunos barrios que no podían pagarse las escuelas de pago. Incluida la formación profesional incipiente en talleres escuela.
No todo era maravilloso, pero era diferente, era lo que se necesitaba, era lo que en muchos casos todavía no se ha mejorado después de casi 50 años.
Pero es verdad que hay una iglesia muy carca, que mueve muchos hilos, que no acepta perder privilegios, que manipula y hace trampas. Como en la política o en otros órdenes de la vida social.
Como también debemos señalar con tranquilidad que entre los cristianos y todas esas familias con apellidos añadidos al cristianismo para diferenciarse y a veces manipular, hay mucho espacio.
No es lo mismos ser cristiano que ser católico.
Y no digo nada del resto de segundos apellidos a cual más raro. Y en la Semana Santa como en muchos otros asuntos, se puede y se debe ser cristiano y no por eso se puede decir que se es católico o adventista o cualquier otro segundo apellido.
Pero cerremos este asunto. La Semana Santa es mucho más que fervor, es una actividad interior de miles de zaragozanos, y por ello debe tener todo el respeto del resto de zaragozanos. Unos siempre, nos debemos a todos, y entre todos lograremos ser más humanos.
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