1.5.25

Mural de Festival Asalto, ya desaparecido


Este mural del artista norteamericano Zane Prater nos hablaba (en pasado lo nombro pues ya ha desaparecido la obra) de la importancia de la naturaleza para sostener la sociedad. La tituló Mujer Recolectora y se creó en el barrio de Santa Isabel de Zaragoza dentro del Festival Asalto del año 2022.

Con cierto halo misterioso, pero de gran elegancia y belleza, está presidido por dos figuras femeninas (o por una casi reflejada), que nos invitan a reflexionar sobre nuestra relación con el entorno. Mostraba a una mujer del mundo rural de la zona, es un barrio de gran tradición agrícola, tras una recolección de flores.

El propio Zane Prater explica en su página web esta obra: "Entrelaza la ilustración botánica y rural, el arte imaginario, el retrato y el diseño, para hablar de la naturaleza y de nuestra relación con ella, buscando establecer conexiones y encontrar armonías entre lo urbano y lo orgánico".

El Arte Urbano tiene entre sus fundamentos el asumir que es un Arte con fecha de caducidad aunque sin duda sea un gran problema ver desaparecer obras de esta calidad. Pero forma parte de su filosofía artística. Nacen para desaparecer.

Curiosamente el Arte Urbano es un gran Arte Contemporáneo entre los siglos XX y XXI, y no va a quedar en los museos para la posteridad más que muy pococ ejemplos de muy pocos artistas.

29.4.25

Los yemeníes estuvieron décadas en Zaragoza

En el año 742, la ciudad de Zaragoza (entonces Saraqusta) fue escenario de enfrentamientos entre árabes del norte (qaysíes o mudaríes) y árabes del sur (yemeníes o kalbíes). Esta rivalidad se intensificó con la llegada de nuevos contingentes sirios enviados para sofocar la rebelión bereber. Los yemeníes, asentados en el valle del Ebro, participaron activamente en estos conflictos contra el gobernador de Al-Ándalus de la época.

Las tribus kalbíes yemeníes presentes en la península ibérica en aquellos años incluían a los Himyar, Kinda, Madhhij, Qudaa, Lajm y Judham. Hay que entender que en aquellos años los yemeníes estaban en nuestros territorios como conquista, aunque ahora en el siglo XXI nos parezcan territorios muy alejados y en constante guerras o conflictos con sus vecinos.

Así, los yemeníes del valle del Ebro estuvieron ampliamente representados en las rivalidades del año 742 entre los árabes baladíes (llegados a la Península en el momento de la conquista) y los sirios (llegados al mando de Balch para sofocar la rebelión bereber, pertenecientes al grupo de árabes del norte). Durante el emirato dependiente, mostraron constantemente su hostilidad a los gobernadores qaysíes y la Marca Superior fue testigo de la sucesión de gobernadores de uno y otro partido o ideologías religiosa.

Los árabes yemeníes del Ebro apoyaron inicialmente a Abd al-Rahman, pero pronto se volvieron contra la dinastía omeya. Su rebeldía se manifestó desde 767, pero fue especialmente intensa entre 774 y 780, cuando Sulayman al-Arabí encabezó una revuelta en Huesca y Zaragoza, recurriendo al apoyo franco, lo que provocó la campaña de Carlomagno sobre Zaragoza en 778.

La ofensiva franca comenzaba a ser relevante en estos momentos: habían tomado Narbona en torno al año 759, en 785 conquistaron Gerona y, antes de 789, Urgell y la Cerdaña se preparaban para la invasión que culminaría en 801.

Una nueva insurrección en Zaragoza, liderada por al-Husayn al-Ansarí, provocó otra intervención militar del emir en 781. Al año siguiente, la rebelión estalló de nuevo y el emir tuvo que regresar al Ebro y los Pirineos en 783, concretamente a Zaragoza, para sofocar el levantamiento.

Mientras los descendientes de Abd al-Rahman I se enfrascaban en luchas internas tras su muerte en 788, en la Marca Superior resurgieron los clásicos enfrentamientos entre árabes del norte y del sur. Hisam I, recién nombrado emir, se apoyó en una familia muladí, los Banu Qasi, clientes de su linaje y con influencia en la región, para contrarrestar la oposición yemení zaragozana. Señal clara de que aquella Saraqusta era una gran ciudad que dominaba todos estos espacios.



Sin embargo, los problemas con los yemeníes persistieron: Matrüh se sublevó en Barcelona y, con apoyo yemení, extendió la rebelión a Huesca y Zaragoza hacia el 790. De nuevo, dos muladíes fieles al emir, Amrús y Sabrt, sofocaron la sublevación.

Los alzamientos continuaron bajo el emir al-Hakam I, pese a la dureza de sus represiones. En su tiempo, Bahlul ibn Marzuq se rebeló contra los Banu Salama de Huesca y Barbitaniya, tomó Huesca y se dirigió contra Zaragoza. Una vez más, el muladí de Huesca, Amrús, le hizo frente en el año 800 y, posteriormente, ocupó el gobierno de Zaragoza y Tudela, extendiendo su poder por el este de la región.