Profeta en tu tierra que es la misma que la de Mariano Casanova. La misma que la de quien suscribe. El brutal Bronx del Distrito 14. Tenemos fama de sostener la mirada, hagamos lo que hagamos. Antes sosteníamos la mirada y alguna hostia nos caía en la zona facha.
Pero tú, Javier Ibarra, que haces palidecer al barroco y amoral Sabina, ya no has conocido por suerte la discoteca Astorga’s y has ido a ella como un personaje de Marsé, como el Pijoaparte de la Jota o El Picarral. Tampoco has jugado en campos de piedra al fútbol ni llevado las rodillas peladas de caerte en la tapia de Cluzasa ni habrás tocados las torres de alta tensión en la calle Pascuala Perié o la calle Molino de las Armas…
Señales de muerte, humillando a tu gente…
Te lo han debido contar en San Pío X de niño porque, sin embargo, tú sí me representas. Te lo digo también como músico de nuestro singular rincón del mundo. Yo he sido y sigo siendo tú –que eres éste-:
“A esta boca no le faltan vasos, no le faltan besos,
le sobran excesos y también fracasos y vomitinas,
veo a Dios en las esquinas de mi cama
y hoy me ha escrito un telegrama, no te rindas,
no me rendiré señor, a ti me debo,
a nadie daño cuando bebo, soy un buen chico,
hace dos años y pico mordí este cebo,
ahora ya no es nada nuevo, quiero ser rico.”
le sobran excesos y también fracasos y vomitinas,
veo a Dios en las esquinas de mi cama
y hoy me ha escrito un telegrama, no te rindas,
no me rendiré señor, a ti me debo,
a nadie daño cuando bebo, soy un buen chico,
hace dos años y pico mordí este cebo,
ahora ya no es nada nuevo, quiero ser rico.”
Olé tus cojones de decir que quieres ser rico, espíritu libre. Y yo que lo vea. Te dará si cabe mayor libertad, úsala como ya sabes.
Querido Javier, nacido ya en la democracia, Eminem europeo porque España y Aragón se te quedaron muy cortas… De dónde sacas semejante visión penetrante, aguda y, al mismo tiempo recóndita sobre nuestra sociedad…
Eres y no eres nada nihilista. Por eso se metieron 8.000 personas a disfrutar de ti en el Principe Felipe. Hubiera querido ir, porque yo te valoro y admiro –junto con Eminem otra vez y a la par que al camarero donostiarra Karmelo Iribarren, sí- como el mejor poeta aragonés vivo.
Iba a decir de tu generación, Javier. Pero no. Me llegas más que Guinda, me llegas ni que decir mucho más adentro que Bunbury, tú sí que me calaste hondo desde Violadores del Verso.
Calle Caracoles, donde vivía el Fortuna. Barrio la Jota, pero podría ser Palermo en Buenos Aires. O Candelaria en Bogotá.
Tienes las agallas y la dignidad de nuestro barrio. Subes la banda del hip hop como la subía Javier Villarroya, tu vecino, con un cartón de Ducados fumado cada semana.
Desde el Puente de Hierro hasta Cobasa te valoramos, queremos y estamos enormemente orgullosos de tí, Kase O.
No has tenido que ser universitario, ni hacer cosas raras, ni ir a Alemania a emigrar haciendo apología de la falta de oportunidades, para crearte un universo propio. No te imagino en el Corte Inglés haciendo domingos y no teniendo asambleas para evitarlo. Cobrando el salario mínimo con buzo de cuello duro.
Adelante, compañero. Todo lo que venga como sea igual, ya será joya sobre joya. Muestro tu poesía a nuestro personal, de tu distrito 14, y te regalo dos de Karmelo Iribarren.
«Estuve en el abismo, pero le eché un par y seguí andando. Me gusta demasiado la vida»
“Me desordenaba tanto su presencia que al dejarme le dije
Amaré te para yo siempre
con palabras revueltas y exactos los ojos.”
Esto te lo digo yo, Luis: Me gusta su sonrisa con arrugas en el dolor.
Tuyo y lo sabes, Luis Iribarren.
03/04/2017
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