Ayer os puse una imagen de esa Zaragoza casi escondida, de una última cena muy guapa. Junto a ella, a pocos metros, tenemos este alabastro también muy guapo. Son pequeñas obras de arte repartidas por las paredes zaragozanas, y que sirven para contemplarlas unos segundos, en ese urbanismo artístico que debemos reclamar con más fuerza.
Las calles deben tener más esculturas, más elementos urbanos que además de ser parte del paisaje, sirvan para dar personalidad. El paseo de la Constitución es un ejemplo a seguir, como el de otras muchas ciudades que miman más sus obras artísticas de calle
No hay comentarios:
Publicar un comentario