24.10.25

Moneda romana de Bibilis en la provincia de Zaragoza


Tiberio Julio César Augusto fue el segundo emperador de Roma, desde el año 14 al 37 d.C., algo más de 22 años. Había nacido en el año 42 a.C. y la imagen que vemos es un As de Bilbilis de la época de Tiberio

La conexión entre Tiberio y Bilbilis se encuentra en la acuñación de moneda y de muy joven, con 17 años, fue mandado a Hispania como militar, ocupándose sobre todo de temas económicos, en la compra de trigo y otros productos para Roma y organizar pagos beneficiosos para ellos y no para los hispanos. 

Bilbilis era una importante ciudad celtibérica y romana en la actual provincia de Zaragoza, que acuñó moneda con la efigie del emperador romano Tiberio durante su reinado, como ceca hispano-romana durante los reinados de Augusto, Tiberio y Calígula.

Se han encontrado monedas de la época de Tiberio procedentes de Bilbilis, lo que demuestra que la ciudad era una ceca de importancia durante este periodo imperial. La ciudad romana de Bilbilis (actualmente un yacimiento arqueológico en Huérmeda, cerca de Calatayud) dio origen al gentilicio de "bilbilitanos", utilizado para los habitantes de Calatayud.

23.10.25

Pequeña biografia del aragonés Marco Valerio Marcial


El bilbilitano Marco Valerio Marcial (en latín, Marcus Valerius Martialis) fue uno de los más grandes poetas de la literatura latina y el maestro indiscutible del epigrama. Nacido en Hispania en torno al año 40 d.C. en la entonces localidad de Bilbilis cerca de Calatayud en la zona de un cerro llamado Bámbola, y fallecido hacia el 104 d.C.

Su vida transcurrió entre dos mundos: la Roma imperial, bulliciosa y corrupta, donde alcanzó fama y reconocimiento, y su Bílbilis natal, a la que regresó en sus últimos años buscando la tranquilidad que la capital del mundo de entonces nunca le ofreció.

Nació ciudadano romano con todos los beneficios que ese llevaba y sus primeros estudios los hizo en la actual zona de Calatayud y en las zonas cercanas de las riberas del Jalón.

A los 23 años de edad se fue a Roma para ampliar sus estudios de derecho, pero en donde ya empezó a destacar con sus bellas poesías. Al poco de llegar ya lo nombraron Tribuno y fue recibido por los emperadores Tito y Domiciano, para que siguiera cultivando sus trabajos literarios.

Se casó allí con una dama llamada Marcela (hay dudas sobre este dato) y tuvo posesiones, lo cual indica la importancia de sus trabajos, al poder tener casa propia y tierras.

Tras 35 años en Roma y al perder parte de los favores de los emperadores que se iban sucediendo, se volvió a su tierra en el año 97.

Sus libros escritos como epigramas (un género poético breve, ingenioso y punzante que él llevó a su máxima expresión y consagró definitivamente como género literario mayor), fueron escritos en latín, siendo famosos los 14 libros llamados: Epigramas de Marco Aurelio.

Los epigramas de Marcial son un retrato inmisericorde y vivo de la vida romana del siglo I d.C.. A través de sus versos, el lector se sumerge en las calles de Roma, sus tabernas, sus mercados, sus banquetes, sus baños públicos y sus escándalos. 

Marcial no se limita a narrar gestas heroicas ni a cultivar géneros elevados: su poesía es la de lo cotidiano, lo humano y lo contradictorio. Hoy nos parecen discutibles, pero en aquellos años eran excelentes.

Marcial que había nacido como antes comentaba en la Bílbilis Augusta, ciudad situada en la Hispania Tarraconense, era considerada entonces como una localidad o un municipium romano de origen celtibérico, conocido por sus minas de hierro y oro, y que alcanzó su máximo esplendor durante los siglos I y II d.C. los años en los que nació y vivió Marco Valerio.

Sus padres fueron Valerio Frontón y Flacila, ambos también naturales de Bílbilis y pertenecientes a una familia acomodada de la zona con notables locales, lo que permitió proporcionar a su hijo una educación completa similar a lo que ahora llamaríamos carrera universitaria.

Marcial recibió formación en gramática y retórica, probablemente en una escuela de su ciudad natal y posteriormente en Tarraco (Tarragona) la formación superior antes de irse a Roma. En sus epigramas se lamentará años después de haber estudiado un oficio —la abogacía— que no le permitió enriquecerse.

Alrededor del año 64 d.C., con poco más de veinte años, Marcial marchó a Roma con la idea y la ambición de completar sus estudios jurídicos para labrarse una carrera en la capital del mundo que le permitiera vivir de ella. Llegó bajo la protección de su ilustre paisano Lucio Anneo Séneca, el filósofo y consejero del emperador Nerón

Sin embargo, la fortuna le fue esquiva desde el principio y no pudo vivir de abogado, si es que pudo terminar su carrera, dato que desconozco.

Al morir Nerón tras el incendio de Roma, como Marcial dependía de diversos mecenas y patrones cercanos al poder, a quienes debía adular y acompañar, tuvo que volverse lo que por entonces se llamaba "cliente" para enseñar y acompañar a diversas gentes a cambio de comida (la famosa sportula o canastilla de alimentos), pequeñas limosnas y, ocasionalmente, regalos.

Esta vida de dependencia y humillación marcaría profundamente su obra y su visión irónica y desencantada de la sociedad romana. 

Durante esos años en Roma, Marcial llevó una existencia bohemia y precaria, ejerciendo diversos oficios, incluido el de soldado según algunas fuentes. No sería hasta los cuarenta años de edad cuando sus escritos comenzaron a hacerle populares y a abrirle las puertas otra vez de los poderosos.

Su primera obra conocida se publicó en el año 80 d.C., bajo el reinado del emperador Tito. Se trata del Liber Spectaculorum (Libro de los Espectáculos), una colección de 33 epigramas compuestos con motivo de la inauguración del anfiteatro Flavio, más conocido como el Coliseo, que había sido inaugurado un año antes. 

En estos poemas, Marcial celebra los cien días de espectáculos que se llevaron a cabo, narrando combates de gladiadores, cacerías de animales exóticos y ejecuciones públicas.

Tras la muerte de Tito en el 81 d.C., su hermano Domiciano ascendió al trono, y Marcial encontró en él otro generoso protector que de nuevo le ofreció seguridad económica. Durante el principado de Domiciano (81-96 d.C.), el poeta alcanzó su período de mayor estabilidad y reconocimiento.

Publicó entre los años 85 y 95 d.C. dos colecciones de breves epigramas: Xenia (libro XIII, "Regalos para los amigos") y Apophoreta (libro XIV, "Regalos para llevar a casa"), que eran pequeños poemas destinados a acompañar los obsequios intercambiados durante las fiestas Saturnales.

Entre los años 86 y 98 d.C., Marcial publicó prácticamente un libro cada año, del I al X, lo que constituye el grueso de su producción literaria. El favor imperial le permitió obtener el ius trium liberorum (derecho de los tres hijos), una exención fiscal concedida a quienes tenían tres o más hijos, aunque Marcial no los tuviera. También fue nombrado miembro del orden ecuestre y recibió diversos honores.

A pesar de estos reconocimientos por parte de ciertos poderosos, Marcial nunca dejó de quejarse de su propia pobreza económica, pues aunque sus libros circulaban por todo el Imperio y eran leídos con entusiasmo, en Roma no existía el derecho de propiedad intelectual, por lo que sus obras se copiaban libremente sin que a su economía llegaran suficientes monedas.

Con el tiempo y sus diversos trabajo unido a su influencia política, Marcial logró cierta estabilidad económica. Llegó a poseer un modesto inmueble en Roma, una pequeña finca agrícola (agellum) y varios esclavos.

Durante su estancia en Roma, Marcial cultivó la amistad de los más grandes escritores de su tiempo: Plinio el Joven, Silio Itálico, Juvenal (el gran satírico) y Marco Fabio Quintiliano, el célebre rétor que también era hispanorromano. También mantuvo una estrecha relación con el poeta gaditano Canio Rufo, un espíritu afín al suyo.

En el año 96 d.C., Domiciano fue asesinado en una conspiración palaciega, y le sucedió Nerva, un anciano senador que gobernaría apenas dos años. Con la llegada de la nueva dinastía, la situación de Marco Valerio Marcial cambió de nuevo. Su compromiso y sus constantes adulaciones hacia Domiciano, ahora considerado un tirano, le granjearon sospechas y recelos. 

Los nuevos emperadores, Nerva y posteriormente Trajano, no le tuvieron en estima y dejaron de favorecerle.

Desencantado y sin protección imperial del Poder, Marcial decidió regresar a su tierra natal. En torno al año 98 d.C., cuando Trajano ascendió al trono, el poeta abandonó Roma tras más de 34 años de residencia. Su amigo Plinio el Joven le ayudó económicamente con el viaje.

Se cree que Marcial falleció en su ciudad natal de Bilbilis en torno al año 104 d.C., a los 64 años de edad. Pero hay dudas de su vida privada, de si realmente se casó o no, aunque se sabe que sí tuvo en su vida y como compañía a diversas mujeres y jóvenes masculinos, pues era una costumbre de aquellos años,

Pequeños apuntes de la vieja pasarela sobre el Ebro


Publicó Heraldo de Aragón en marzo de 2017 una imagen pequeña y con poca calidad de su hemeroteca, donde podíamos ver la pasarela sobre el Ebro que había junto al actual puente de Santiago. 

Aquel puente colgante y movible se construyó entre 1940 y 1941 para dar servicio entre la Zaragoza céntrica y los arrabales que empezaban a tener más vida en la zona del actual ACTUR y Ranillas

El proyecto fue obra del ingeniero Luis Fuentes López, se aprobó en 1935 y comenzó a construirse en 1940. Se derribó por falta de uso al construir del actual puente de Santiago, a comienzos de los años 70, pocos años después de quedarse sin uso válido, excepto en el recuerdo, la memoria histórica y el uso turístico. 

Otra interesante obra que nos cargamos sin motivos suficientes. Hoy podría ser un elemento turístico más con un coste de mantenimiento más bien bajo. 

Sobre todo si lo comparamos con los años que lleva sin pintar el Puente de Hierro de Zaragoza y nadie parece querer salir del silencio.

Su ubicación era casi justo en el lugar donde ahora está el puente de Santiago, unos metros aguas abajo, justo detrás de la iglesia de San Juan de los Panetes, desde cuya fachada trasera partían los cables que sustentaban uno de los lados de la pasarela. 

Era un servicio privado y de pago. 

En sus 180 metros de largo, se podía observar entre las ranuras del suelo, como circulaba el agua del Ebro a tus pies, una atracción singular en periodos de crecidas del río, sobre todo sabiendo que se movía ligeramente al andar, pues tenía un pequeño temblor producto de su estabilidad calculada, pues no se sujetaba en el centro del río.

La pasarela fue realizada por la empresa Maquinista y Fundiciones del Ebro que estaba en la Avenida Cataluña enfrente de la actual gasolinera, sobre el número 27 actual, y parte de la estructura metálica, provenía de la desaparecida pasarela sobre el río Gállego, al final de la avenida de Cataluña.


Durante las 24 horas se podía pasar por la misma, y la cantidad a abonar fue cambiando con los años. Desde creo los 10 céntimos (5 si eras niño) por cruzarla, a los 50 céntimos o 1 peseta finales. 

Pero los precios no son seguros, me encantaría que alguien nos pusiera algo más de información.


¿Existe Zaragoza para España?


No sé si para vosotros habrá pasado desapercibido o no, pero en los medios de comunicación estatales, sea periódicos, revistas, televisión o radio, Zaragoza no aparece casi nunca como ciudad de referencia para nada. Cuando se plantean estadísticas para comparar, es como si Zaragoza no existiera.

Somos entre la cuarta y la quinta ciudad de España, pero siempre se publican los datos estadísticos de Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Málaga, Bilbao, incluso La Coruña o San Sebastián, y sobre Zaragoza hay un silencio absoluto.

No es que aparezcamos después de…, no, es que ni aparecemos excepto para los sucesos. Con Aragón sucede lo mismo, que esa es otra.

Con 700.000 habitantes, Zaragoza es, como ciudad, más grande o con más habitantes que las ciudades europeas de Atenas, Helsinki, Copenhague, Dublín, Lisboa, La Haya, Róterdam, Düsseldorf, Amberes, etc.

Aragón es más grande que los países europeos de Eslovaquia, Estonia,  Dinamarca, Países Bajos, Suiza, Moldavia, Bélgica, casi el doble que Albania, Armenia o Eslovenia. Y somos muy similares a Croacia o Bosnia.

Pero en España nadie habla de Aragón, de los aragoneses, y a veces me da la sensación absurda de que incluso los propios aragoneses estamos contentos con estos silencios. Creemos que el silencio, el pasar desapercibidos es positivo. 

Las Tenerías de Zaragoza y un mural con Arte


En la zona de entrada y salida de una escuela pública de Zaragoza está o estaba este grafiti de bienvenida. Han pasado ya unos años desde que el colegio de Tenerías hizo este mural gráfico de gran belleza y además muy útil.

Juegos, deporte y lectura. Tres elementos básicos en una educación de calidad, para un colegio público de gran calidad y diversidad.

21.10.25

Royo Villanova versus Nuevo Hospital de Teruel


El otro día un vecino del Sector 1 del Salud aragonés, me preguntaba sobre el nuevo Hospital Royo Villanova. He de decir que yo NO TENGO NINGUNA INFORMACIÓN pues desde Sanidad no me dan ninguna, aunque yo lo haya solicitado repetidas veces por carta. Aunque sea un miembro de la actual Comisión Permanente del Consejo de Salud de Aragón.

Os dejo un poco la historia del Hospital de Teruel, todavía sin abrir, y que yo visité hace casi 2 años y ya entonces estaba terminado todos los edificios del Hospital, pero no los accesos urbanos en las afueras de Teruel. Con esos datos os podéis hacer una idea de los tiempos que se han necesitado, por si se quiere comparar o imaginar los tiempos del nuevo Hospital del Royo Villanova.

Insisto en algo básico para mí. SÍ ES NECESARIO UN NUEVO HOSPITAL en el Sector I de Zaragoza, y no una reforma del viejo, como así he hecho saber desde hace ya varios años a los diferentes responsables políticos del SALUD. Reformar lo viejo además de salir a largo plazo más caro, sería una locura de organización médica, y no garantizaría una amortización d la inversión, como sí sería con un nuevo edificio.

Pero ojo, tenemos dos realidades en los nuevos hospitales, que son muy a tener en cuenta. Tanto en Alcañiz como en Teruel, los nuevos hospitales se han construido muy alejados de las zonas urbanas. Es una barbaridad en el caso de Teruel. Y lo digo como aviso, pues yo desgraciadamente creo que no lo podré usar.

Os dejo una cronología del Hospital de Teruel.

La historia de la petición y materialización de un nuevo hospital público para la ciudad de Teruel es larga y ha pasado por numerosos retrasos y vicisitudes. Aquí te expongo, de forma cronológica, los hitos principales y primeras fechas relevantes:

Año 2006: Comienza a gestarse el actual proyecto del nuevo hospital para sustituir al obsoleto Obispo Polanco, pero aún sin concreción en obras ni proyectos ejecutivos. 

Marzo de 2008: Se licita por primera vez la redacción del proyecto del nuevo hospital. Ya entonces surgen advertencias técnicas (como las riesgos sísmicos del terreno de El Planizar) que retrasarán la decisión final sobre la ubicación. 

Años siguientes: El proyecto sufre modificaciones sucesivas, cambios de gobierno y paralizaciones administrativas por problemas de ubicación, aspectos técnicos y crisis económicas. Se abonan varias indemnizaciones a la empresa Acciona por contratos rescindidos.

2011: El Gobierno de Aragón anuncia que las obras empezarán antes de acabar el año 2011 y que el nuevo hospital durará cinco años y costará unos 98 millones de euros. Finalmente, no se inician en esa fecha. 

2018: Se adjudican las obras de construcción del nuevo hospital, tras años de espera, dividiéndose en nueve lotes según la nueva ley de contratos públicos, aunque aún no comienzan físicamente. 

25 de febrero de 2019: Inicio oficial de las obras, con un plazo de ejecución previsto de 46 meses y un presupuesto inicial de 92,5 millones de euros. La fecha estimada de finalización era para enero/febrero de 2023. 

2022-2024: Diversos contratiempos y ralentizaciones aplazan repetidamente la finalización del hospital. En 2024, se da por prácticamente acabado el edificio, iniciándose el equipamiento y dotaciones técnicas. En esta fecha lo visité por mi cuenta, nunca he sido invitado a verlo.

Finales de 2025: El hospital estará operativo y comenzará su actividad efectiva, coincidiendo con la conclusión de los accesos y la entrada en servicio de nuevos equipamientos como el búnker de radioterapia. Personalmente creo que no se abrirá en este 2025, y mucho menos de forma total. 

Sí, la imagen de arriba es del nuevo Hospital de Teruel, muy moderno y muy bien construido, y efectivamente, no tiene nada que ver con el actual Royo Villanova del Sector 1 de Zaragoza, que atiende a 200.000 aragoneses. El de Teruel está previsto que atienda a entre 75.000 a 78.000 aragoneses, pero el diseño está hecho para poder atender hasta 100.000 turolenses. Hay que advertir que lo correcto y necesario, es lo que se ha realizado en Teruel. 

NO ESTÁ SOBREDIMENSIONADO. 

Aunque es cierto que en la actualidad el diseño de los nuevos hospitales en Europa no son tan horizontales, para evitar tiempos de demoras en los movimientos de los trabajadores.

Julio Puente Mateo

19.10.25

Zaragoza a Teruel sin tren. ¿Es lógico?


La incapacidad de las fuerzas políticas aragonesas es tremenda: debilidad, incapacidad, falta de rasmia, división, y no entender qué conceptos deben estar por encima de otros, o incluso de todos. Aragón sale perdiendo y lo sabemos, pero no es cuestión de siglas, sino de personas. 

El último detalle en comunicaciones es brutal. ¿Cómo es posible que las comunicaciones por tren entre Zaragoza y Teruel, lleven un año en obras, se dijera que para noviembre (tras 10 meses en obras) se abriría todo el servicio, y que ahora se diga como única explicación, que no se sabe ni cuando ni en qué condiciones, pero como poco estaríamos hablando ya de 16 meses sin tren?

¿Cómo es posible que esto no haya levantado a los partidos y organizaciones aragonesas, reclamando YA una labor eficaz? Durante excesivos meses ha existido un silencio cómplice, pero ahora lo que existe es un silencio de incapacidad.

Se nos llena la boca de Vertebración, de Despoblación, y consentimos que Teruel esté separado de Zaragoza más de un año por tren, sin motivos válidos de aceptar. Síiii, se nos puede decir que tenemos autobús de línea e incluso coche particular. Jopetas, ¿y eso es vertebrar el territorio?

Desde Zaragoza a Teruel, no se puede ir tampoco hasta Valencia en tren. Y seguimos en silencio. ¿En serio nos creemos que esto no es importante para Aragón?

Julio Puente

18.10.25

Aragón debe cuidar más y mejor lo que está en su territorio

Esta es una puerta de una zona de La Seo de Zaragoza, y os la muestro en dos versiones, tal y como se encuentra a la derecha y ligeramente retocada a la izquierda.

No todo se puede restaurar, el coste es muy alto. Pero como poco si se debería exigir que las restauraciones se hagan bien, pues en Aragón tenemos EXCELENTES restauradores.

Tratar la madera y esas grietas es algo más complicado que repintar. Y muchísimo más complejo y caro que retocar digitalmente. Esto no tiene duda.

Pero la realidad es que quien restauró esa puerta en algún momento, con la pintura marrón oscura del fondo se pasó hacia las zonas doradas y no se limpiaron en el momento. No, no hablo de polvo acumulado, que eso es lógico que suceda. No se puede estar limpiando todos los meses.

Tampoco me refiero a esta puerta en concreto, pues el patrimonio de Zaragoza, de la iglesia, es tremendo, pero hay casos insufribles, y no me refiero a esta puerta.

¿Alguien se acuerda de lo que está sucediendo en La Mantería? Sabemos que gran parte de aquellas pinturas ya se han perdido. Por favor, cuidemos lo que no es nuestro, lo que nos hemos encontrado por nuestros antepasados y que no nos pertenece, más que para cuidarlo y conservarlo.

Como zaragozano me joroba tremendamente algunos desmanes que hemos ido haciendo en las últimas décadas.


16.10.25

La Plaza del Pilar de Zaragoza en 1976


Eran las Fiestas del Pilar del año 1976 y sí, era la Plaza del Pilar bastante diferente a la actual. Llena de coches y de cipreses, lo que sin duda la convierte en una plaza mucho peor aprovechada que la actual.

Quitar los coches fue una medida muy acertada y que necesito arrestos o una osadía alta. la de retirar la Cruz de los Caídos y sus cipreses era una lógica urbana que algún bobo montó allí para recordar las guerras y los asesinados.

9.10.25

Las Jotas, el Pilar y el Ebro, desde el balcón del Barrio Jesús


Dedicada especialmente a Carlos, de la Asociación de Vecinos del Barrio Jesús y su delicadeza haciéndonos respetar el espacio del carril bici ocupado para cantar por el que pasaba un señor discapacitado. Que, por cierto, se paró para oírnos.


La Virgen se mira al Ebro, el Pilar se erigió en uno de los extremos de Zaragoza. Al norte del puente, en el suelo inundable menos en un cogollo de lechuga, no se desarrolló ciudad hasta el siglo XIX y los primeros pantanos, laminadores de desgracias. Quizá por eso muchos oscenses afirman y también por origen pirenaico que somos, con el Actur, Huesqueta Sur.

Los únicos barrios históricos de pocas calles hasta esa fecha fueron el barrio de los cobradores del pontazgo del puente gótico y los labradores de las balsas y galachos, los del Ebro Viejo, llamado Arrabal y el configurado en el entorno de los suelos desamortizados del convento gótico franciscano de Jesús. Colindante con el anterior en el tiempo convento-leprosería de San Lázaro que fue instituido por Jaime I –el de la calle que sigue del cardo romano atravesado el puente, pero que en la época fue una rúa con distintos nombres como Cuchilleros y San Gil-.

Del movimiento económico del barrio en la edad moderna, salida a Huesca y a Francia, da todavía fe el curioso y protegido casco del Arrabal histórico como la excelentemente rehabilitada Estación de los Caminos del Norte.

Abundante en tierras de buena calidad y acequias de regadío que bajaban de azudes de aguas de calidad del río Gállego, las mismas y los términos regados quedan en la nomenclatura de nuestras calles: Camino del Vado, de Valimaña, barrios del Picarral o Cascajo (tierras malas con dolinas), Ranillas.

También tenemos otras dedicadas a pequeños municipios zaragozanos que me encantan como Muel, Longares y Anento; en el Arrabal a los héroes de la resistencia casa por casa de origen muchos oscense (el tío Jorge Villacampa), como también un bosque de higueras que dan fruta plantadas por los yayos en Balsas, una esquineta del que fue el campo de fútbol de los avispas y un pino en San Juan de la Peña que va camino de los ciento cincuenta años.

La bella y de aspecto austro-húngaro Estación del Norte motivó industrias importantes a su alrededor y el barrio llegó a estar dragado para su voladura en el caso de que la Columna Durruti hubiese recuperado Zaragoza para la causa repúblicana ácrata –y habríamos comprobado si es posible colectivizar una ciudad entonces intermedia, lo que posiblemente hubiera horrorizado al influyente Ramón y Cajal, al que llegaron a ofrecerle la presidencia republicana-.

El camino de los Molinos, la Calle Molino de las Armas (albergó una torre con fundición), la de los Caminos del Norte, las Chimeneas y de las Torrecillas dan cuenta de que el agua, siendo que la del norte de Zaragoza no es del Ebro, fue y es vida. Pues las acequias del Bajo Gállego supusieron el asentamiento de las fundamentales industrias azucareras y papeleras al norte y al este del Arrabal y Barrio Jesús, en las carreteras de Huesca y Barcelona, Avenida de Cataluña.

A un lado y otro del río que baja de Francia, alimentadas desde sus azudes que recrecen las sueltas de agua del jacetano Pantano de la Peña todavía dan servicio a hortelanos y regantes. Son, en la margen este del río, el sistema de las acequias Camarera –que convierte en Venecia a San Mateo de Gállego- y Urdán –que riega desde Aula Dei las huertas de Montañana, Movera, Pastriz y llega hasta Villafranca a desaguar-, y al este la que provocó que el barrio de los aguadores de Zaragoza fuera el del Boterón. Pues Zaragoza norte se hidrató con la continuidad de aguas de la Acequia Candevanía que embellece los cascos de Zuera y Villanueva- y, más abajo, por la aportación de la fundamental Acequia del Rabal, que pierde cota hasta regar las huertas de Juslibol y dio riego a las expropiadas para hacer la Expo.

De modo semejante, la acequia de la Almozara tomaba por cota aguas del Jalón desde Bárboles y la de la Romareda bajaba de la Huerva.

Resuena una rondalla en la plaza Jesús, cerca de Altabás y el antiguo cuartel de San Lázaro donde nos vacunaron de viruela y rubeola. Va a recorrer el barrio viejo, parará en el gimnasio riberano de postín y alegrará la tarde noche de los nuevos habitantes de todo pelaje del Paseo Longares.

La destrucción napoleónica y desamortización posterior supusieron la apertura de la plaza y la calle donde nos encontramos los vecinos de años para echar jotas. Emociona verlos con el cachirulo al cuello, su porte aún elegante superados los 90 de buscavidas planchau de barrio ferroviario, sus lágrimas al no poder seguir la jota pero reconocerla con el alzheimer a cuestas.

Así que entonar una jota de esa casi mitad en que se nombra a la Virgen y al Ebro desde nuestro balcón de Jesús y rabalero, entre los abuelos descendientes altos y flacos de repobladores francos y con apellidos agudos o franceses (Almalé, Lisón, Baudín, Casabona, Gayán, Carceller, Cirac, Paúl, Gascón…) en nuestra plaza de pueblo pequeño después de cruzar el río, emociona particularmente.

Entrada asimismo dedicada a los grandes versolaris de la jota aragonesa, delicados y profundos. Qué difícil es decir más en menos, qué magia la del porqué de la aceptación de una letra… Si puedes tú con Dios hablar…

No las pongo enteras para que las tarareen vuestros abuelos que aún recordarán a los carreteros que bajaban de Cinco Villas, a los oscenses que venían de Jaca con pollos en cestas hasta la Estación del Norte.

Viene de Sierra De Luna Y en los collerones llevan. Campanas, campanas, campanas. Las cinco mulas

Si no me tiende la mano, me lo impide la arboleda

Aunque prefiero quedarme con una que cantamos ayer, del Aragón de la sed. Aquella que no había oído hasta ayer cantada por otros y que cantaba mi abuelo de Botaya con otro abuelo de Albalate de Cinca en Tetúan, cuando lo del desastre de Annual, y después a mí de crío mientras merendaba pan con vino y azúcar. Estas jotas que te inoculan y te reservas para cantárselas a quien toca esas dos veces o tres en la vida que son…:

Agua menudica llueve y se rinchan las canales,

Ábreme la puerta, maña; que soy el que tú ya sabes. 

08.10 Luis Iribarren

6.10.25

La Ofrenda de Flores y Frutos: Cuaderno de campo de Hierbecicas de otoño


Me seducen las hierbas y sus usos, las setas,… Como sucede con los complementos de la moda, en muchas ocasiones son el plato principal porque el aroma es el ochenta por ciento del sabor: de una persona, de una casa cuando huele a guiso, de un vino,… y los productores de alimentos que enganchan lo saben.

La albahaca es el símbolo de mi Alto Aragón: cuando huele, son fiestas.

En otoño las hojas se pudren, con el sol en tangente y las aguas de tormenta brotan sabrosas setas efímeras. Las primeras lluvias provocan que el Ebro vuelva a oler a limpio, a limo renovado por una nueva capa de sedimentos.

No quedan días de verano, el cierzo se los llevó.

Aunque para gozar de un azul añil mediterráneo, comerse un guiso de pollo perfumado a pino con rebollones y pasear por la tarde sin sudar, absorbiendo sin quemarse las vitaminas solares, ya puede quedar este tiempo.

La coctelería, la gastronomía, la festividad de Todos Santos relacionada con las flores, los frutos y vegetales maduros (las dos espectaculares ofrendas del Pilar no son casualidad)… hacen gozoso el verdadero verano. Así llama la cultura japonesa al tiempo que abarca con un calor moderado de uva pasa de Alejandría de San Miguel a San Martín, el de después de los monzones.

Estamos en el tiempo del inicio de la temporada de los cítricos: del limón pomposo que es el pomelo, de la naranja antioxidante según se tome y del mío favorito, la mandarina perfumada de zumo dulce y piel aromática. Todos se dan de bruces con los medicamentos al contener sus propiedades. La diferencia en fragancias entre los vinos blancos franceses y aragoneses es la notable presencia en los últimos de aromas cítricos agridulces.

Antibiótico en sus efectos es el lúpulo, de notabilísima y destacada presencia para compensar el agua caliza del Valle del Ebro en la cerveza producida en Zaragoza. Es la hierba causante de que dé tanta hambre beberse dos cervezas porque tiene por su amargor componentes aperitivos conocidos para matizar el proceso de malteado desde Roma.

Como curiosidad, los babilonios lo utilizaron para la curación de la lepra y afirmaban que prevenía el envejecimiento. En Daroca podemos encontrar una plantación de esta trepadora con pasaporte aragonés, que cabe sustituir por las flores de manzanilla: que cuentan con aceites esenciales y compensarían criar tripa por sus efectos demostrados antiinflamatorios.

La granada roja nos rejuvenece cerca del ajo y la escarola o como interesante adición a los combinados.

La mejorana y el orégano desinfectantes y con sabor a pino, la menta picante y digestiva como bien conocen nuestros vecinos del Magreb que la meten en el té negro, la melisa cítrica y la resina de pino con que los griegos aromatizan los vinos blancos, son abundantes en Aragón.

Mayor tradición en Zaragoza si cabe tiene la fabricación y consumo de regaliz, ese palo un poco dulce y anisado, también ácido, con una azúcar propia que quita el mal de cabeza.

En nuestros días los viveros producen aromáticas todo el año: tales como el tomillo, antiinflamatorio natural, rico en minerales que activa la circulación; el romero que quita la tos y el catarro, amargo y rico en aceites esenciales y mejor amigo de los asados; la rosa que en Turquía se come en gelatina dulce y tomó nombre de Rodas, la isla fragante (por cierto, el puerto fragante es Hong Kong).

Las rosas con sus miles de variedades, primas de las almendras y manzanas, ricas en aromas a almizcle y otros cítricos, fueron canon de la belleza femenina. Sus matas son abundantísimas en los jardines populares todavía regados por abuelos que dominan el apoyo del peso y su inercia para cavar con estilo en los jardincicos delante de sus bloques de Balsas del Ebro Viejo, de sus parcelas de La Jota o La Paz.

El otoño es tiempo para tomar a mitad de tarde un vino tinto o una taza demorada de té. Del negro fermentado estimulante, astringente y que despeja la mente que llegó a Inglaterra desde la costa turca del Mar Negro y causó la independencia americana, consumido en mezcla con bergamota para desayunar; del verde antioxidante y más leve, apto para meditar, amargo y sutil si utilizamos pocas hojas al modo chino; del hervido con jazmín y otras flores, para darnos un homenaje gustativo… La combinación más refinada de la cocina japonesa sirve la seta matsutake en un tetera en caldo dashi y nueces de gingko, el árbol de oro.

Disponemos en el mercado de frutal pimienta verde en conserva, de la pequeña orquídea del que se raspa su interior que es la vainilla (que aromatiza y hace adictivo el tabaco de Virginia o un buen chocolate), de nuez moscada que le va bien al reúma, de pimientas de Jamaica que recuerdan a la canela y van bien, como el clavo, con el chocolate, de polvos de la quina que salvó a los ingleses de la malaria con azúcar y lima añadidas al agua carbonatada (ya saben, la tónica un poco psicotrópica)…

Aragón tiene pendiente usar más salvia como toque picante y fresco que matiza la grasa de cordero, la segunda hierba nacional italiana tras el orégano que mantiene el pulso firme y los nervios de acero, de la que los fanáticos italianos hacen licores con limón. Porque la salvia salva, y tiene un saborcillo a alcanfor del que gozan en el Mediterráneo al este del Tirreno todas las culturas.

06.10 Luis Iribarren

3.10.25

Ebro 5: Zaragoza: Metrópolis del Ebro


Empezamos las fiestas de Zaragoza, Aragón y todo el Valle del Ebro, por lo menos el taurino, del Pilar de 2025.  Elaborados a orillas del Ebro, como reza el eslogan de la principal cervecera independiente de la ciudad, me dirijo a ti, Zaragoza, como ciudad que a mí me hizo, como oscense agradecido.

Quiero escribirle a esa hija de César Augusto cuando se materializa y se echa a la calle, adelantando un tramo de mi Ebro.

Todos hemos escrito o pensado sobre este ventoso punto de encuentro, la principal ciudad de población de Soria, el punto de compras al por mayor de Lérida, el este oasis central y faro en mitad del desierto aragonés rodeada de gasolineras de Hopper, narrada por escritores parientes del poeta Crane que conforman lo que la crítica ha aquilatado como la edad de plata de las letras aragonesas.

Zaragoza es por sequedad climática y días de sol, por sus páramos que la circundan, pariente de la israelí Beershevá, la kazaja Astaná, la turca anatolia Konia con la que comparte condición de ciudad de fe y la capital de Arizona: Tucson. Su entorno dramático y especializado en cultivos como la vid con un marco de fondo calizo de montaña no tiene relación con los paisajes dulces europeos y traslada a la argentina Mendoza, Calgary o Isfahan, diferenciándose del resto de capitales mundiales del páramo por su vena aorta: el Ebro de aguas abundantes. Entonces las comparaciones más felicesserían con Bagdad, Xian o El Cairo.



Si el emplazamiento de Zaragoza es magnífico es una cuestión que ya fue apreciada desde su fundación por Roma que roturó con bueyes su cursum próximo al solar de Salduie, asentamiento ibero-sedetano bendecido por la abundancia de aguas de su entorno.

El mismo tuvo como área de desenvolvimiento el rectángulo de superficie a trazarse desde la desembocadura del Huerva en el Ebro hasta el límite de la actual calle San Vicente de Paúl y por su paralela a considerarse desde el centro del parque de Bruil a la presente calle San Jorge. La anteriormente llamada en mi infancia Salduba –nombre del primer pabellón polideportivo cubierto de la ciudad- fue una ciudad rival de la vascona y próxima Alagón-Alaun en cuanto a asegurarse el agua necesaria para regadíos y tierras de cultivo, y se trató de una ciudad libre y próspera. Cuestión reflejada en los singulares bronces de Botorrita, sitos en el Museo provincial zaragozano que ya revelan una sucesión de actividades en el centro del valle del Ebro comunes a cada civilización que lo ha administrado y previas a Roma.



No es extraña la importancia de la urbe desde sus primeros días. No lejos de su feliz emplazamiento en el encuentro de tres ríos, desemboca en el Ebro el río Jalón como principal afluente y más largo de su margen derecha a pocos kilómetros aguas arriba de Zaragoza. Avanzando río arriba por su valle, se transita por un paso natural para la civilización e intercambio de mercancías con las mesetas castellanas, el centro de la Península que dio acceso a Tartessos, como se accede por su afluente Jiloca arriba a las huertas y mar valencianos.

En la margen izquierda del Ebro y hoy integrada en la ciudad, hallamos la desembocadura del abundante en aguas de calidad río Gállego, el que viene de la Galia y hoy Francia, que mediante acueducto suministraba agua del Pirineo a Zaragoza, nada es nuevo. Remontándolo se llegaba a través de calzadas romanas muy transitadas por ser el acceso de los legionarios a fuentes de aguas termales al Portalet, se cruzaba los Pirineos y se alcanzaba Pau-Beneharnum, Tolosa y Burdingala. Por todo ello, la ciudad de Zaragoza como cruce de caminos y nudo logístico no es cosa nueva sino heredada.



Sobre una parte y algo más al oeste de la fundación ibera de Salduba, César Augusto ordenó arar un cursum con vistas al río y erigir una colonia romana que se reveló fundamental para la romanización del Valle del Ebro. Lo confirman los importantes restos e instalaciones de que dispuso como ciudad intermedia, concebida para regir uno de los cuatro conventos de la provincia romana Tarraconense –además de los de Clunia y Sagunto, añadido el de la propia capital-.

El legado que ha llegado a nuestros días no solamente es material, compuesto por los en restos de una muralla firmemente levantada, un pantano de abastecimiento en Mezalocha, puerto, termas, un foro muy fino y un teatro más grande en superficie que el actual principal de la ciudad. Sigue vigente en la articulación de las calles que pisamos cada día, en el plano de la ciudad y su Coso perimetral mencionado y pegado a la muralla.

Asimismo presente en los abundantes fondos romanos expuestos en el Museo provincial de Zaragoza o en el puente de tablas con pilares de piedra precursor de uno de los símbolos de la ciudad: el puente de piedra medieval. Marcadamente utilitario al tratarse de un elemento de ingeniería romano, pues constituía en puridad un puente-acueducto para la traída de aguas más limpias a la ciudad desde el río Gállego, como se ha citado.

Las cloacas y complejos excavados reflejan la importancia de la capital de convento parida por Roma, pero lo que ha pervivido de todas las decisiones administrativas romanas en el alma de la ciudad ha sido su consolidación en todas las civilizaciones como ciudad puerto, mercado y puente, como almacén logístico desde el que distribuir los excedentes de producción de todo el valle del Ebro. Metrópolis del mismo, por consiguiente.



Ello significó que Zaragoza no perdiera tanta importancia como otras ciudades hispanas o europeas en el periodo visigodo, manteniéndose como sede episcopal de la que fue cabeza el santo Braulio, excelente escritor de la generación de Isidoro de Sevilla. Ello la catapultó a conocer un esplendor económico y cultural en su calidad de capital de la frontera norte del califato omeya y con el gobierno y administración de los reyes de la dinastía yemení Banu Hud en que Saraqusta y sus políticos e intelectuales controlaron y recibieron recursos de todo el noreste islámico y reyes vasallos cristianos. El esplendor de su palacio taifal de la Aljafería revela esa edad de oro.

La sociedad de Saraqusta la Blanca, Al Baida, asimismo albergó un complejo palacial administrativo en el entorno de las Murallas Romanas, una notable judería intramuros que se conservó tras la reconquista de la ciudad y otro fundamental núcleo exterior, un barrio mozárabe, erigido en torno a la basílica y cripta de las Santas Masas –después de Santa Engracia-, hoy próxima al Paseo de la Independencia. Centro de culto que pervivió en el solar siempre sacro en que desarrolló su magisterio san Braulio. La portada de la iglesia renacentista que aún se conserva es la mejor obra de Gil Morlanes padre, una obra escultórica de alabastro que disfrutamos en cada paseo por el centro. Qué decir de su palacio de la plaza San Carlos, uno de los principales hitos de la arquitectura iconográfica renacentista europeos en su sucesión frontones y columnas de sus ventanas historiadas.

La tolerancia islámica anterior al gobierno almohade de Saraqusta no fue casualidad, pues la élite gobernante estaba compuesta por integrantes de la familia Banu Qasi, visigodos cristianos convertidos al Islam.



Zaragoza devino capital de Aragón desde la entrada a la ciudad de Alfonso I en 1118, experimentando un notable crecimiento por repoblación franca pero conservando su población judía concentrada en el flanco este interior de la muralla romana, hoy barrio de la Madalena, y con la musulmana o mudéjar trasladada fuera de las murallas junto con sus actividades mercantiles y productivas en el arrabal de Sinhaya o de la Morería, al sur de la puerta Cinegia que porta su nombre y cuya calle principal siguió el trazado del actual Paseo de la Independencia. Localizándose otros arrabales en Altabás, margen izquierda, y Tenerías, cuyo eje sería la calle Doctor Palomar en nuestros días.

Con la Corona aragonesa volcada en su consolidación como potencia marítima mediterránea, Zaragoza continuó como centro institucional de los Aragón y gran centro, a la par que el de Burgos en Castilla, para la de exportación mediterránea de la lana de alta calidad pirenaica.

De lo que da ejemplo la construcción de su bellísima Lonja renacentista, próxima al palacio de los Aragón y su catedral de la Seo de San Salvador, con elementos románicos pero fundamentalmente erigida en estilo gótico mudéjar de lo que da constancia su interior y magnífico cimborrio.

Destacando la torre exterior barroca, obra del arquitecto Contini y su única obra proyectada fuera de la península itálica, el remate es particularmente bello, un chapitel bulboso, digno de un discípulo de Borromini. Elemento que la emparenta con la Colegiata de Santa María de Calatayud y abundante en el barroco del norte de Europa.

Si preguntamos a los zaragozanos, sin embargo, qué dos elementos arquitectónicos de la ciudad les parecen más singulares y generan mayor cariño contestarán sin dudarlo que el airoso pasadizo del Arco del Deán y la fachada norte de la Parroquieta de La Seo que convierte a Zaragoza en una capital casi selyúcida, en una corte iraní con los colores de Muel que son los de Isfahán.



Además de la Lonja, la ciudad mercado de la lana y otras producciones hortícolas, la capital cuchillera y cuna de artistas y pintores al servicio de todo un valle, la de los banqueros e inversores inteligentes, la de los jefes de la Casa de Ganaderos de origen aquitano, dio de sí económicamente como para contar con una colección de palacios renacentistas con patio.

Una parte de los cuales todavía se conservan en buen estado, siendo museos o infraestructuras públicas en su mayor parte como los de los Condes de Argillo, la Casa Pardo, la de los Morlanes en la antigua judería, los de la Real Maestranza, Huarte-Azara, Montemuzo o Armijo rodeando La Seo, o los magníficos de Sástago y de Morata o Luna, en el mismo Coso.

El acuerdo de los historiadores del arte es unánime en cuanto a considerar al Palacio de la Infanta como obra cumbre de este periodo en que a Zaragoza se la denominaba como “La Florencia Española”.

Tras ello y hasta la destrucción inmobiliaria de la Guerra de la Independencia, se erigen conventos e iglesias barrocas en la ciudad antigua, los ilustrados conciben la arboleda Macanaz y la llegada de aguas del Canal Imperial revoluciona el urbanismo, se pone de moda Torrero y veranear en las torres y la ciudad se estira hacia el sur.

El siguiente momento de expansión se produce a final del siglo XIX con la llegada del ferrocarril, la condición de punto neurálgico para el tráfico de mercancías y personas de la ciudad y la implantación de la industria de transformación azucarera, germen del crecimiento de factorías y polígonos que aún perviven. De ello están dando réplica numerosas publicaciones y artículos especializados.

El siguiente impulso se daría a partir de los años 60 hasta la implantación de General Motors en Figueruelas, con la llegada de la US Air Force y base española que ha legado el mejor y más largo de los aeropuertos del sur de Europa –causa y origen junto al Canal que constituye su flanco norte de Pla-Za-, el impulso de la ciudad como polo de servicios y universitario y, con posterioridad, como capital de la comunidad autónoma aragonesa repleta de nuevos equipamientos.

Ello ha condicionado que la superficie de Zaragoza se haya multiplicado por cuatro, el desarrollo del ACTUR y demás actuaciones urbanísticas, ser origen a partir de su puerto seco del tren de la Ruta de la Seda hasta China y contar con una decena de polígonos industriales punteros y una prestigiosa industria propia entre la que no se puede dejar de mencionar Pikolín, la chocolatera Lacasa con origen en Jaca, la cervecera Ámbar y las papeleras con mayor producción de calidad y cantidad europea; junto con un sector bancario y de seguros impresionante.

Fue con la Expo 2008 en que Zaragoza dejó de estar divorciada de nuestro Río Padre, la arboleda no impide pasar el Ebro porque está llena de vida y las mozas rabaleras cogen el tranvía para merendar en Valdespartera, donde mi tío navarro hizo su desértica mili.

02.10 Luis Iribarren

Plano de Zaragoza con las tropas francesas sitiando la ciudad


Este plano de Zaragoza, del año 1808 y 1809 (más bien de este último año) nos muestra varias cosas interesante, dentro de que es un plano poco real en cuanto al urbanismo de la ciudad, pues está muy alargado, no representa realmente la Zaragoza de entonces. pero es un plano militar.

La Guerra de la Independencia, y esto lo entendemos mejor ahora que estamos en unos años prebélicos que no sabemos hacia dónde nos llevarán, no era cuestión de españoles y franceses, Intervinieron muchos más países.

Hubo también portugueses, ingleses e italianos, y todo ellos hicieron sus propios planos de la ciudad de Zaragoza, para defenderla o atacarla. En realidad luego no intervinieron tropas europeas en la defensa de Zaragoza.

Otro detalle interesante de reseñar es que es el primer plano de la zona en donde se ve señalada la Sierra de Alcubierre como zona de interés militar. 

Famosa en la mal llamada Guerra Civil de España como una zona de asentamiento de las tropas de la República para intentar atacar Zaragoza, aunque nunca pasaron de morir y matar en esa zona tan estratégica aunque no lo parezca, para defender Zaragoza.

27.9.25

Discotecas la Zaragoza de los años 70 para baile


En aquellos años 70 del siglo XX, la Zaragoza juvenil estaba en plena efervescencia, bullía y tenía una vida de discotecas de tarde y de noche que llenaban las necesidades de todos los jóvenes hasta los casi 40 años de edad, más de eso ya no era habitual excepto en tardes de boda. 

Os dejo arriba un anuncio de 1973 con las discotecas míticas de aquellos años. 

La famosa Beethoven, Papagayo, Parsifal, San Jorge para ligar los soldadicos de mili obligatoria, la Astorga's, la Cancela de noche, la triste Charlestón años 20 con tan trágico final, el Don Yo para los que ya entonces eran algo diferentes, Formigal, Iguana, Seneca, Pago Pago  u Orquídea Club entre algunas salas de aquellos años.

No están todas las de aquella década, pues algunas cambiaban de nombre y otras surgían o cerraban. Eran locales que desde las cinco de la tarde abrían en los fines de semana, horarios que hoy suenan a locura.

Ebro 4: De Rerum ReinosII


Los viejos rockeros de la EGB memorizábamos en geografía los ríos y sus afluentes. Españoles, europeos y mundiales, y
  no era una mala cosa. Porque toda vida es una cuenca, en que los ríos van al mar, que es el morir.

O como diría el riojano del valle Gonzalo de Berceo: “tal es Sancta María, como el cabdal río”. Y un río del caudal de la santa que atraviese Rioja solo hay uno para este poeta que contribuyó a la edad de oro medieval de la advocación mariana, con reflejos como Valvanera o el Pilar en el valle para superar esos tiempos en que los monarcas, nobles y quien se lo pudiera permitir tenían hijos bastardos con sus amantes regias, que se llamaron “de ganancia”.


 

Fontibre-Deltebre, Reinosa-Amposta y, en mitad del valle las demás villas y ciudades.

Reinosa es una ciudad de rúas con casonas con sustentados por firmes columnas pétreas, de varias plantas y en cada piso, salientes o galerías de madera blanca, reminiscencia de la arquitectura solariega cantábrica  y gallega. El Ebro en sus edificaciones del siglo XIX palaciegas mira al mar hasta Logroño y los amantes de las galerías no necesariamente debemos desplazarnos de romería laica arquitectónica hasta A Coruña, Oviedo o Santander pues tenemos magníficos conjuntos de ellas, bien conservadas, tanto en Reinosa como en Miranda de Ebro.

Los palacetes burgueses y casas de comunidades con galerías corridas en varios pisos, en las que ver y ser visto a resguardo de las inclemencias, suceden en función a los balcones o solanas cubiertos por protegidos por un alero muy amplio de las casonas y los caseríos vascos. 

Una arquitectura rural de gran calidad especialmente sobresaliente en el Pas y Valle de Cabuérniga, que fijan el canon de casa montañesa: de piedra sillar, entrada mediante arco gótico o renacentista de medio punto, inicialmente con pajareta o cerramiento de uno de los lados cubiertos del soportal y recrecidas en una planta con balcón en el periodo barroco que generó las solanas –hoy las denominaríamos balconeras con geranios o mazorcas secándose- y barandales sobrios pero torneados de madera de castaño, pino o nogal.

 

Reinosa no contiene muchos ejemplares de casonas del tipo cántabro expuesto pero sí torreones medievales convertidos en viviendas, casonas de piedra sillar de balcones de reja sobrios (dado que llueve menos) como Casa Mioño, calles porticadas y conventos e iglesias barrocas, antes románicas. 

La ciudad permaneció ajena a las rutas laneras que partieron de Burgos hacia Bilbao y Bermeo en primera instancia y a Laredo y Santander por las Merindandes burgalesas con los primeros Borbones. Tuvo que esperarse a 1765 en que se produce la liberalización total de los monopolios para exportación a favor de ciertos puertos cuando se potenció la ruta de Santander-Reinosa-enlace con el Canal de Castilla en el Pisuerga que se convirtió en la principal autopista fluvial de mercancías de la época; con Santander independizada de Burgos para exportar lana y cereales a Cuba y Puerto Rico, a cambio de azúcar.

Así nace la Reinosa lineal, de camino real, atravesada por el puente de Carlos III y con desarrollos urbanos de calidad en las dos márgenes del Ebro, al mismo modo que en Miranda de Burgos o la propia Zaragoza.

Fondas, molinos, negocios mercantiles regidos por comerciantes de todo el valle del Ebro, hacen necesario generar varias plazas especializadas cada una en un producto o sector: caballos, vacuno, cerdo, herramientas del campo y la sobresaliente producción de huevos, leche y quesos de la comarca.

 

Ello ha permitido disfrutar por sus habitantes de un nutrido conjunto de edificaciones burguesas, un airoso teatro, además del puente de tres arquitos de Carlos III sobre el Ebro recién nacido.

Capas posteriores de desarrollo derivaron en la instalación como cruce de camino de una fábrica de vidrios, otra de chocolate refinado y la primera industrial en España de queso, promovida por un francés Boffard por la calidad de la leche del ganado campurriano.

De todo ello queda una opción de paseo magnífico rematado por disfrutar del Ebro infante, parándonos a mediodía a solazarnos con un cocido cántabro completo o una colación de truchas fritas.

No debéis dejar de lado visitar la impactante escultura de Agustín Ibarrola a orillas del río: conformada por un prado del que emergen doce siluetas que representan a los operarios de trabajadores siderúrgicos de la población. De gustaros como a mí el racionalismo, es interesante que os detengáis en las viviendas promovidas para los trabajadores municipales y para los directivos de “La Naval” (Sociedad Española de Construcción Naval) a cuyos trabajadores reivindica la escultura de Ibarrola.

 

La ciudad va mermando en población debido a que su factoría siderúrgica y sus industrias galleteras automatizan cada día más funciones. Cuestión común les acontece a otras poblaciones intermedias del valle, excepto a Arnedo (La Rioja) y otras que cuenten con tejido empresarial compuesto por empresarios vecinos del territorio. 

Estando Alto Campoo bien comunicada como comarca por ferrocarril, la mayor potenciación turística de su entorno, su interesante patrimonio y palacios neoclásicos y su tradición repostera pueden ofrecer alternativas para el arraigo de nuevos habitantes.

 

El centro geográfico de la comarca lo ocupa el Embalse del Ebro, fundamental regulador del río cuando llueve o nieva en abundancia con ocasión de galernas de aire húmedo de Madeira o borrascas norte en la costa, provocando precipitaciones incluso en la cara sur de la cordillera Cantábrica. Cuyo no remanso y regulación provocaría previsibles inundaciones severas a partir de Logroño. 

La presa es de 1952 y la proyectó el fundamental ingeniero de la Confederación Hidrográfica del Ebro: D. Manuel Lorenzo Pardo, madrileño homenajeado con calles y bellas esculturas en toda la cuenca como la próxima a la Lonja de Zaragoza. Este ingeniero dirigió tanto con administraciones republicanas como tras la Guerra Civil el organismo de cuenca residenciado en especialísimo edificio racionalista de los Hermanos Borobio, engalanado por un revolucionario monolito-fuente de Ángel Orensanz y sito en el Paseo de Sagasta zaragozano. 

De importante capacidad, la altura de la presa del Embalse del Ebro es significativa por superior a 34 metros. Remansar agua, como en todos los lagos humanos o naturales, genera bellas penínsulas y playas. En el paisaje montañoso donde se halla, dota a su ubicación de una innegable espectacularidad. Una de sus particularidades es que no se vea afectado hasta la fecha por la plaga de mejillón cebra.

 

Resto del patrimonio de Campoo

Para ver con amplitud e íntegramente el curso alto del Ebro, es inexcusable subir a la Estación de Esquí de Alto Campoo desde donde se llega a divisar la lámina del embalse citado, mar interior en toda regla.

Además de la presencia de exponentes de la cultura celta como menhires o restos esquemáticos, la visita fundamental a realizarse en esta comarca es la de los restos que se han conservado de la ciudad intermedia romana de Julióbriga, en la localidad de Retortillo. Otros restos objeto de excavación y catalogación, son los existentes en el término de Valdeolea, yacimiento cántabro-romano de Camesa-Rebolledo.

 

Julióbriga deriva como toponimia de Julio César al igual que sucede con Zaragoza y se erigió sobre castro celta bien ubicado y con próximas aguas abundantes, en suelo conquistado a los cántabros. 

La ciudad tendría por dimensión aproximada la de Los Bañales, el yacimiento de Uncastillo al norte de la provincia de Zaragoza. Disponiendo de foro y servicios comunes básicos planificados y urbanizados por una legión conocida por haber probado armas en la península de los Balcanes.

 

Otros destinos por recorrerse en este serían la bella colegiata románica de San Martín de Elines, parte de un importante monasterio; el tupido robledal de Navamuel, cercano a la provincia palentina en el mismo valle de Valderredible; la villa histórica al sur de la comarca denominada Polientes; o limitarse a vagabundear por las orillas del Ebro y bosques de ribera en esta última población y la capital Reinosa. En cuyas orillas hay magníficos restaurantes, como se ha citado. especializados en gastronomía cántabra de montaña.

Por último nos parece inexcusable detenerse en el centro de interpretación del románico de montaña cántabro sito en la iglesia de dicho estilo de Villacantid, de una calidad tal que está a la altura de las afamadas iglesias palentinas de montaña. Algunas de los cuales en vez de torre a cuatro caras disponen de espadañas con aberturas que no son propiamente ventanales sino simples pero elegantes arcos de medio punto como anclajes del yugo o contrapeso que sujetan las campanas.

26.09 Luis Iribarren