En la iglesia de San Carlos Borromeo de Zaragoza, la calidad de sus retablos mal iluminados, esconden decenas de historias religiosas, artísticas, llenas de color y con figuras a tamaño real, que bien merece visitas con calma y guía para recibir las explicacione pertinentes.
Este retablo es uno de ellos, aunque desconozco a quién representa. Me imagino que a San Carlos Borromeo, en un acto de responsabilidad, cuando en el verano del año 1576 una peste inundó de enfermedad y muerte la ciudad de Milán. En esos tiempos San Carlos era el arzobispo de Milán y se apresuró a tomar medidas de aliento ante la enfermedad, ayudando a los enfermos con los que se podía, pues era una enfermedad casi mortal en aquellos años.
Ordenó oraciones públicas, procesiones y comuniones públicas que él mismo entregaba pues muchos sacerdotes y vecinos no querían ningún contacto con los enfermos por miedo al contagio. Aquella peste duró dos años, lo que nos indica lo duro que tuvo que representar para todos los milaneses defenderse antes la enfermedad y la muerte. Y lo poco efectivas que representaron tantas oraciones y procesiones…, pero esa es otra.
En aquellos años Milán era territorio del Reino de España y Felipe II con el cargo de Duque de Milán quien gobernaba aquellos territorios del Milanesado.
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