El número de teléfonos móviles y fijos en la ciudad de Zaragoza superará en estos momentos y sin duda el millón de números. Pero debemos remontarnos al 19 de marzo del año 1887 para encontrarnos en el momento en que Zaragoza dispuso de sus primeros teléfonos con una red telefónica centralizada en la calle Canfranc y que empezó dando servicio a 15 zaragozanos. Allí estuvo 3 años, hasta que las centralitas que se habían construido amplias y con futuro de crecimiento, quedaron pequeñas y obsoletas y sus 100 posibles números se quedaron cortos para una ciudad como Zaragoza.
Se trasladó al Coso con el doble de números, para poder dar servicio a la creciente demanda de un servicio que aunque caro para aquellos tiempos, ya se entendía importante. Pero era un sistema frágil, inconstante, y cualquier fuerte tormenta de agua o nieve lo tiraba. por entonces en ZAragoza nevaba más que ahora.
Los abonados crecían más rápido de lo previsto y los problemas también. Antes de lo previsto se alcanzó el máximo de 550 abonados de aquel local que unido a sus problemas de seguridad hizo que se trasladaran a la calle Méndez Núñez. En 30 años se había alcanzado el millar de abonados, y aquella ya era un servicio imprescindible en las grandes ciudades.
Aquella primera red era simplemente urbana, no se podía solicitar conferencias con otras localidades, y además no se podía llamar directamente al número, sino que tenías que solicitar la comunicación a una persona que te atendía y te cambiaba la clavija de forma física, para poner en comunicación a dos números.
Si este sistema os parece ortopédico y prehistórico, hay que recordar que hasta los años 70 del siglo XX era el único que existía en numerosas localidades de Aragón y Castilla por poner un ejemplo, donde era imposible llamar directamente, y debías solicitar la comunicación a una centralita.
Así que cuando el teléfono interurbano llegó a Zaragoza, en la primavera del año 1895, parecía un milagro poder hablar con Madrid, con lo lejos que les parecía aquello a los zaragozanos que podían pagarse las conferencias en bloques de 3 minutos cada una de ellas. El edificio estaba a la entrada de la calle Cerdán, y se podía hablar con algunas ciudades españolas, no con todas, y con más facilidad con Madrid.
A Madrid le acompañaba en sus posibilidades de comunicar desde Zaragoza, las ciudades de Barcelona, Pamplona, Vitoria, Bilbao, San Sebastián, Durango, Vinaroz, Tarragona, Valencia, Castellón, Burriana y Villarreal.
Y fue en el verano del año 1924 cuando por fin la modernidad parecía entrar en las necesidades de aquella Zaragoza que necesitaba crecer en comunicaciones telefónica, y la empresa Compañía Telefónica Nacional, compra las redes de Zaragoza y adquiere también el solar donde había estado el ya destruido Teatro Pignatelli, para abrir tres años después la que todavía es la principal oficina comercial de la Telefónica en Zaragoza. Y en aquel diciembre de 1927 se cortó el sistema manual, para quedar definitivamente abierto el servicio tanto urbano como interurbano, automático y sin telefonista.
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