Hoy 20 de diciembre se rememora en Aragón con mas pena que gloria el asesinato del Justicia de Aragón, Juan de Lanuza "El Mozo", en el año 1591 por haber intentado defender Aragón de sus Leyes y Fueros ante un Rey Felipe I de Aragón (Felipe II de Castilla). Pero no vamos a referirnos a su figura, sino al aragonesismo del siglo XXI, decapitado por los propios aragoneses que han decidido no tenerlo presente, y sin duda hay que respetarlo.Durante décadas nos han logrado convencer de que Aragonesismo y División, Separatismo, Disgregación o Independencia van unidos. Y lo curioso es que además de creérnoslo, seguimos atados a un Madrid que nos ningunea y olvida, mientras nosotros nos separamos, nos dividimos, implosionamos desde dentro. No hace gran cosa Madrid para lograr que al aragonesismo no exista en Aragón. Lo hacemos todo nosotros mismos.
Lo curioso es que tampoco vemos que todos los vecinos sí han tomado buenas posiciones, y que nuestra posición geográfica e histórica es la que es. De la historia nos podemos olvidar si no queremos recordarla, pero de la geografía no, está dentro de nuestras formas para siempre.
Y si bien es cierto que de la historia no se vive si no se quiere, de la geografía sí se vive en su totalidad. La geografía es economía, es posicionamiento, es ser o no ser sobre todo si los vecinos quieren que seas o no seas.
Aragón y sobre todo el aragonesismo que queda del siglo XX debe dejar de ser la eterna quejicas y adaptarse al siglo XXI. Aragón no debe ser la zona de España que siempre se está quejando sin aportar nada más que esas lágrimas y tristezas.
Y mientras no entendamos, esto no superaremos el estado actual de pequeñez social. Hay que aportar, creer y crecer, formar e informar, abrirnos y dejar entrar.
Para que Aragón recupere su posición histórica necesita líderes que sepan movernos las entrañas. Sobre todo cuando ya hemos admitido (creo) que no tenemos suficiente sociedad detrás que siga creyendo que empujar a Aragón es muy distinto a sentirnos vapuleados desde Madrid.
No fue casualidad que Aragón dominara el Mediterráneo. No fue casualidad que Aragón y desde Aragón se formara la Corona de Aragón. Había posición estratégica (cmo ahora) y había líderes que querían y creían en Aragón. Ahora seguimos teniendo una posición Central en la Europa del Sur, pero no tenemos personalidades en la Cultura o en la Sociedad que quieran y crean en Aragón.
Los políticos como oficio o como clase social ya no son los que mandan en ningún territorio. Excepto si acaso Trump y sus aspavientos. Gestionan lo que "otros", incluida la sociedad civil aunque poco, es capaz de exigir, ordenar o mandar.
Pero Aragón ya no tiene un Andalán, no tiene a un Costa, no tiene a un Pignatelli o a un Conde de Aranda. No tenemos a unos Labordeta o a unos Acín que sepan explicar qué es Aragón. Y ese es el cambio que necesitamos si queremos ser "algo" o simplemente "algo más".
Tenemos figuras aragonesas de peso en la cultura, en el periodismo, en la fotografía o el arte, pero todas ellas van de viajes por Madrid creyendo que Aragón ya no los necesita, que Aragón es Madrid, confundiendo España con Madrid.
O mejoramos, o somos capaces de decirles que los necesitamos y necesitamos más, o en poco tiempo seremos como Guadalajara o Soria, como Cuenca o como Lérida. Una tierra que sí… pero no.
Julio Puente Mateo