30.5.25

Alergias evitables en Zaragoza


Llevo unas semanas observando el uso cada vez mayor, más habitual, de sistemas de limpieza pública de Zaragoza, que para las alergias primaverales son un auténtico castigo.

He observado pequeños vehículos que van con unos sopladores de aire por las aceras, para amontonar suciedad y hojas de los árboles, pero eso mueve tremendamente el polen del suelo al aire, creando pequeñas nubes pues lo hacen en seco. Hablo de abril y mayo.

También he visto como en la imagen, cortadores de hierbas que levantan a su alrededor un gran volumen de polvo y en algunas plantas se da la paradoja de que lanzan al aire sus semillas y polen.

Eso es Salud Pública, por eso los Ayuntamientos deberían tener reuniones más habituales con los Departamentos de Salud de sus respectivas Comunidades, pues la Salud Comunitaria tiene muchas aristas que se deberían cuidar mejor.

No, no me sirve decir que lo hacen cuando no hay personas alrededor y que esas nubes desaparecen enseguida. Lo hacen en las aceras cuando está pasando gente a su alrededor, pues como es lógico, hay calles en donde es muy complicado que no haya personas.

28.5.25

Las Juntas de Distrito: ¿Son espacios de participación?


Espero y deseo de todo corazón que ni El Periódico de Aragón ni Luis Pastor se enfaden por republicar yo en este blog un artículo del segundo en el medio de comunicación antes señalado, pues creo que son verdades como puños que deben ponerse encima de la mesa.

La Participación Municipal en el Ayuntamiento de Zaragoza debe mejorar. Y lo digo yo que he sido dos legislaturas Vocal de un Distrito. Pero si hablo de por ejemplo el Departamento de Sanidad o la Consejería de Sanidad de la que también participo ahora, estamos hablando de lo mismo.

Lo llaman Participación para disimular. No, es otra cosa, y no sirve para casi nada. Os dejo las palabras de exconcejal Luis Pastor, que no tienen desperdicio.

Julio Puente

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Las Juntas de Distrito, ¿espacios de participación ciudadana?

Pasado ya un tiempo de reflexión, me hago esta pregunta:¿Son las juntas de distrito y/o vecinales espacios de participación ciudadana? Si entendemos la participación como una mera asistencia para recibir la información que te quieran trasladar, la respuesta es que sí. Pero si entendemos la participación ciudadana como una parte activa en la toma de decisiones, un espacio de debate o de búsqueda de acuerdos, la respuesta es un rotundo no.

Después de muchos años de participar activamente en las juntas de distrito y vecinales, veo un deterioro paulatino de un instrumento que se creó para que la ciudadanía participara en esto que llamamos gestión municipal, desde lo más próximo, el barrio. Ir a una comisión de distrito y ver que el vocal responsable viene sin orden del día, sin información y esperando que la ciudadanía que asiste le cuente o informe.

Otro apartado son los plenos, hace años eran mensuales y en ellos se debatían los problemas que en ese momento preocupaban y/o las propuestas que trasladaban las comisiones, ahora al ser cada tres meses es muy complicado ese debate, salvo que los problemas se enquisten por la mala gestión del Gobierno municipal, cosa que pasa en nuestro barrio con temas tan importantes como las piscinas, el kiosko del Parque Aljafería, la terminación/inauguración del Centro Daniel García, la limpieza en general, las ratas, la suciedad del rastro, etc.

Ahora se han convertido en un espacio en el cual nos informan de lo que se ha hecho y, luego, fuera del orden del día, la ciudadanía puede preguntar sin que figure en el acta de la sesión. Creo sinceramente que este sistema o lo cambian o la participación de la ciudadanía desaparecerá, como ya estamos viendo. Las juntas de distrito y vecinales tienen que volver a ser espacios de debate, el lugar donde la ciudadanía participe en lo que se hace en su barrio.

Con esto no quiero decir que tome las decisiones, para eso elegimos a los concejales y concejalas, pero que sí seamos parte importante de ellas, al ser los que pagamos con nuestros impuestos los servicios públicos y ayudamos a construir barrio y ciudad.La participación ciudadana no es un daño colateral, es la base de la democracia.

Luis Pastor Lasmarías

27.5.25

Zaragoza como ciudad, existe


Soy consciente de que lo más sencillo es criticar lo que otros hacen, y mucho más complejo hacer lo que crees que se merece tu sociedad, en este caso Zaragoza. Es cuestión de entender los tiempos, incluso cuando hablamos de la ciudad de Zaragoza, como un contenedor de barrios.

No me gusta que se critique con suma facilidad todo lo que hace la ciudad, aunque sea realizado de la mano de una alcaldesa que no es de mi partido, de de mis ideas políticas. No tiene eso nada que ver con entender que si mi ciudad sale ganando, no me tiene que importar tanto quien lo hace, como saber si nosotros, los "otros", somos capaces de mover Zaragoza hacia donde debe estar.

Ahora la ha tocado el Zaragoza Florece, y las críticas van y vienen de forma un tanto vacía e incluso a veces tonta. 

¿Viajamos por las ciudades para ver qué se hace en otras, para comparar. No hablo solo de España, podemos hablar también de actuaciones similares en Europa. Por ejemplo en Alemania o Suiza.

Llenar las calles de actividades no es sencillo, y en estos dos últimos años se está logrando. ¡¡Uff!! ya he pecado. No todo lo hace bien, faltaría más. El inicio del follón de La Lonja me parece de preescolar por parte de un Ayuntamiento que no supo medir su globo sonda.

Pero no admito que se diga que todo se hace en el Centro de Zaragoza o en el Parque José Antonio Labordeta. Me parece muy pobre estas indicaciones falsas. Absurdas y de muy poco peso. Los barrios deben tener actividades, faltaría más, y lo digo siendo gente de Barrio desde hace décadas. 

Pero cuando hablamos de "Actividades De Ciudad", deben estar en lugares que sean centros de atención, para que vayan desde todos los puntos de la ciudad. Incluidos los turistas, a los que buscamos. Creo.

En La Jota NO NECESITAMOS (aunque estaría bien) que nos traigan joteros de escayola con flores. Lo que necesitamos es que la Línea 50 del bus no vaya cada media hora a su Hospital de Referencia. 

Para un vecino del Rabal le pilla algo lejos ir al Parque Grande a ver Zaragoza Florece, pero a uno de Valdespartera le pilla muy mal moverse a Las Fuentes para ver ese mismo trabajo. 

Cada zona de la ciudad necesita una atención, y nos tenemos que acostumbrar que también hay necesidades que piensan en La Ciudad, sin renunciar a unos buenos servicios públicos en los barrios.

21.5.25

El Sobrarbe hermoso y despoblado. El Aragón Maravilloso



La Comarca del Sobrarbe es posiblemente uno de los territorios más hermosos de nuestro Pirineo aragonés, con una flora y fauna única en sus espacios naturales. A principios del siglo XX la comarca contaba con 23.000 habitantes aproximadamente, hoy día no llegan a 8.000 vecinos. Su despoblación ha sido una constante en estas últimas décadas, algo matizada en los últimos años. 

La Guerra Civil provocó la destrucción de infraestructuras, equipamientos y viviendas, diezmando ganados y otros factores. Las muertes civiles y el exilio contribuyeron a una merma de su población. 

En todo este tiempo pueblos ahogados para la construcción de pantanos y otros destruidos para nada, han seguido contribuyendo a las decisiones migratorias de muchos de sus municipios, pueblos, aldeas, lugares, torres, pardinas, casas, bordas o parideras. En su mayoría de jóvenes que no veían futuro. 

Hoy día el fenómeno del turismo ha puesto en moda todo nuestro Pirineo. Ordesa, Monte Perdido, Poset, Maladeta, Añisclo, Guara etc.. Lugares incomparables que han ayudado a estabilizar esa pérdida de población y en algunos casos incluso aumentarla. Pero para ello son necesarias unas vías de acceso seguras. 

No se trata de grandes carreteras que inviten a la masificación, pero si con un mínimo de garantías de llegar a esos lugares sin sufrir ningún percance. Valga como ejemplo llegar a las Gargantas de Escuaín. 

De Puértolas hasta la propia oficina de información de turismo de Escuaín, la estrechez de la carretera imposibilita el cruce de dos vehículos en muchos de sus tramos y en un estado de conservación lamentable. Recuerdo que llegado a los miradores, la amable informadora comentaba. “Me dice la gente que ver el paisaje y sus aves es maravilloso, pero no volveré más con esa carretera”. Peligro que tampoco es ajeno a ella y las tres familias que lo habitan a la hora de desplazarse para realizar sus compras a Escalona o Ainsa. 

Mejorar esas comunicaciones, siendo Sobrarbe la de mayor atractivo para el turismo de montaña de la cordillera pirenaica, dejará de ser también la más despoblada.

Daniel Gallardo








Moneda íbera de Alaun, Alagón (Zaragoza)

Entre los sedetanos, en el curso medio del Ebro estaban los de la ceca llamada Allauona, Alaun, en la desembocadura del río Jalón con el Ebro, en el actual territorio de la localidad de Alagón. 

Esta población acuñó monedas propias en la segunda mitad del siglo II a.C. en bronce, tanto de Ases como de medios Ases, con una cabeza masculina con fíbula al cuello junto a unos delfines, y poniendo en el reverso un jinete galopando sobre un caballo. 

La importancia de la localidad de Alagón hace 2.200 años no tiene dudas.

Pasarela de Venecia sobre el Canal en Zaragoza

Pocas personas quedamos ya en Zaragoza que nos acordemos de este Puente de Hierro llamado Pasarela de Venecia sobre el Canal Imperial en la zona de Torrero. Es un problema de edad, la nuestra, no de memoria. Un hermoso puente que se perdió. No preguntes el motivo. Es igual, Zaragoza ha ido destruyendo muchas bellezas.

Se construyó en el año 1906 como una pasarela peatonal que diera servicio al nuevo barrio de Venecia para que pudieran pasar desde sus calles hasta el entonces parque Primo de Rivera, hoy Parque José Antonio Labordeta, y se encontraba a unos 300 metros aguas arriba del todavía existente Puente de América.

Yo iba con un tío mío a pasear por esta zona, y me encantaba subir y bajar por esta pasarela que sonaba al pisar a hierro. Era un puente que recuerdo con el sonido del hierro cuando se andaba, más si se cruzaba corriendo. Y como es lógico, me encantaba cruzarlo corriendo para que sonara fuerte.

Me parecía algo casi milagroso siendo un niño, que se pudiera subir y bajar por dos zonas diferentes. ¿Para qué me preguntaba?

Un día desapareció. Dejó de estar. No recuerdo si había pasado mucho tiempo desde mi última visita o fue un aquí te pilla y aquí te desmonto. Pero se quitó para convertirlo en puente por el que pudieran pasar los coches desde la calle Ruiz Tapiador. Los coches se lo comieron o mejor dicho, lograron que se convirtiera en "otra cosa".

¡Y vete a saber con qué idea, a nadie se le ocurrió desmontar la pasarela hermosa y curiosa, y volverla a montar unos pocos metros más arriba o más abajo!

La Lonja de Zaragoza. Por favor, menos tonterías


Lo más tonto y torpe que le puede suceder a cualquier asunto importante es que se metan a discutir en medio, diversos fuerzas políticas, cada una a lo suyo. Al final, sea el que sea el resultado, siempre será un desastre y quedará peor que antes.

No es lo mismo reflexionar que discutir. Y con la Lonja de Zaragoza vamos camino de romper.

Con el uso de la Lonja de Zaragoza estamos entrando en lo más absurdo con lo que nos podemos encontrar. Literalmente parecemos a los Hermanos Marx en la Opera. Un poquito de Por Favor, no le vendría nada mal.

El edificio de La Lonja de Zaragoza es un lujo, por el mismo edificio y por su ubicación. Es una pena que haya perdido sus jardines traseros, o que ahora no estamos en condiciones de pensar con frialdad. Dejemos la Lonja como está, o al menos apartada de la batalla, y calmemos las ansias. 

Su uso hasta la fecha, en las últimas décadas, ha sido FABULOSO como Sala de Exposiciones Municipal. La mejor de Zaragoza, pero a veces y con algunos montajes, a la altura de lo mejor de España o incluso del mundo. No voy a poner ejemplos de excelentes exposiciones de todo tipo en nuestra ciudad. Algunas históricas.

Encantados estarían en Madrid, Berlín, Bilbao o New York con tener un edificio de estas características para hacer exposiciones municipales.

La Lonja es la Sala de Exposiciones más visitada de Zaragoza, con tremenda diferencia. Mucho más ahora que nos hemos ido quedando con muchas menos, por la incompetencia de muchos. Hablamos de entre 180.000 y 200.000 visitantes al año. ¿Alguien es capaz de presentar una idea mejor, y firmar que se logrará repetir ese número de visitas al año?

Pensar en la posible Sala Fuenclara como recambio es de una tontería mayúscula. ¿De verdad alguien piensa que se podría repetir el número de visitantes allí, similar al de la Lonja. a Fuenclara acudirían algunos zaragozanos, pero casi ningún turista o forastero o visitantes a nuestra ciudad. 

Fuenclara es muy grande, sí, pero su uso —congelado durante décadas— tiene otros problemas que omitimos, que nos callamos. Fuenclara pude encajar si se quiere y se sabe, en numerosos tipos de usos municipales. Algunos ya se han comentado o incluso intentado. Tampoco voy a poner ejemplos aquí.

Es cierto que la Lonja necesita una adaptación al siglo XXI. Pero es muy sencilla sin tocar el edificio histórico. Necesita WC, pero en su trasera tiene un espacio que fueron jardines, en donde sin tocar el edificio se puede montar de todo, incluido a modo de la de Valencia, un espacio completo de servicios.

Olvidemos las dobles plantas pues ya no hay que guardar fusiles de Asalto. Olvidemos de cambiar la entrada de lugar, pues es una tontería absurda. modernicemos los sistemas de iluminación (si acaso) y los de Redes si fuera el caso, sin tocar para nada el edificio. Y no seamos tan tontos de convertirlo en un edificio vacío, pues de esos, de los vacíos, en Zaragoza tenemos ya muchos.

Nota.: Esta imagen de La Lonja de Zaragoza es del año 1925. No sé de dónde la saqué aunque puede ser de dos lugares diferentes. Bien del Archivo Municipal o del Archivo Propio de una postal antigua. En ella vemos los jardines traseros de la época, que en nada son similares a los que hubo en su época fundacional, muy similares a los que hay en Valencia. Estas zonas del propio edificio, cerradas, eran utilizadas para la negociación de los negocios, para hablar paseando sin salir de la Lonja. En Valencia existe incluso un pequeño sótano en donde se firmaban o acordaban aquellos negocios que no podían tener el visto bueno de la institución, bien por lo que se vendía y compraba o bien por la forma de pago no declarado.


19.5.25

Zaragoza Histórica: Los Tres Pilares del Poder en la Ciudad


Desde los albores de la civilización urbana (hablo de miles de años, antes incluso de lo que se considera Periodo Histórico), todas las ciudades o localidades medianas en todas las culturas, han organizado su estructura en torno a centros neurálgicos que concentraban las fuerzas fundamentales de Poder en su tiempo. 

A lo largo de miles de años, en diversas culturas y continentes, el punto central del poder en una ciudad se ha articulado en torno a tres tipos de edificaciones, mentalmente interconectadas y esenciales para su funcionamiento y control.

Los Tres Pilares del Poder Urbano Histórico

Estos tres pilares arquitectónicos representaban las esferas clave que regían la vida de sus habitantes: 

El Poder Civil o Político: Encarnado en la residencia del gobernante: el palacio del Rey, la sede del Gobernador, o el edificio del Concejo o Ayuntamiento. Era el lugar donde se dictaban las leyes, se administraba la justicia y se ejercía la autoridad terrenal.

El Poder Religioso o Divino: Representado por el Templo, la Catedral o la Iglesia principal. Aquí residían quienes interpretaban la voluntad de los dioses o el poder espiritual, influyendo en la moral, las costumbres y a menudo legitimando el poder civil. Controlaban el consuelo, la esperanza y el temor a lo desconocido.

El Poder Económico y de Subsistencia (y a menudo Militar): Simbolizado por el Granero, la Lonja o un edificio asociado al control de los recursos vitales y el comercio. Era el lugar donde se almacenaban los excedentes agrícolas, se gestionaban las riquezas y, crucialmente, donde se guardaban las armas necesarias para la defensa de la ciudad y el mantenimiento del orden. Controlar el alimento y la fuerza armada era fundamental para la supervivencia y el dominio.

Zaragoza: Un Ejemplo Vivo en su Plaza Central

La ciudad de Zaragoza ejemplifica magistralmente esta estructura de poder concentrado en su centro histórico, a lo largo de lo que hoy conocemos principalmente como la Plaza del Pilar. 

Durante siglos, los edificios que representaban estos tres poderes se han ubicado en este mismo espacio o en sus inmediaciones inmediatas:

El Poder Civil: Representado por el Ayuntamiento de Zaragoza, sede del gobierno municipal que data del siglo XV, aunque su edificio actual es de construcción posterior (siglos XVI-XVII). En tiempos anteriores, estructuras como la Zuda, un palacio-fortaleza de época árabe, ejercieron un poder político y militar fundamental, controlando un punto estratégico de la ciudad (aunque su función económica directa como "granero" principal es menos clara, sí estaba ligada al poder dominante y sus recursos).

El Poder Religioso: Anclado firmemente por las dos grandes catedrales: la Catedral del Salvador (La Seo), con siglos de historia superponiendo estilos y sede arzobispal, y la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, un centro mariano de enorme importancia religiosa y cultural. Ambas, con su monumentalidad, proyectan el vasto poder e influencia de la Iglesia.

El Poder Económico y Defensivo: Simbolizado por La Lonja de Zaragoza, un magnífico edificio renacentista que fue centro de transacciones comerciales y, efectivamente, un lugar donde se gestionaban bienes y posiblemente se relacionaba con el control de recursos esenciales para la ciudad. Lugar en donde también se guardaban armas públicas en sus "falsos techos" como almacenamiento estratégico ligado a la defensa urbana controlada desde estos centros de poder.

La proximidad física de estas instituciones en la Plaza del Pilar subraya su interdependencia histórica: el gobierno civil requería la legitimación religiosa, la iglesia dependía del poder civil para su protección y financiación, y ambos se sustentaban en la base económica y la capacidad de defensa de la ciudad.

La Muralla, los Arrabales y la Jerarquía Urbana

Históricamente, esta concentración de poder en el centro amurallado iba de la mano con una clara jerarquía espacial. Los "grandes señores" y las élites vivían protegidos dentro de la muralla de piedra, cerca de los centros de poder, mientras que gran parte de la población, con casas construidas con materiales más modestos como el adobe, residía fuera de los muros, en los arrabales o extramuros. 

Esta distinción física reflejaba y reforzaba las diferencias sociales y de acceso a la protección y los recursos.

El Interjuego de Poderes: Fuerza Humana, Leyes y Fe

En esencia, el poder que controlaba la ciudad se manifestaba en una combinación de:

Poder de Fuerza Humana / Militar: La capacidad de imponer la voluntad por la fuerza, controlar un ejército o milicia (a menudo ligada al palacio o la Zuda y al control de armas).

Poder de Leyes / Civil: La capacidad de establecer normas, administrar justicia y organizar la vida pública (el Ayuntamiento, los Juzgados).

Poder Religioso / Divino: La influencia sobre las creencias, la moral y la esperanza (la Iglesia, las Catedrales) aseguraban el futuro de las personas a través del perdón y del cielo como promesa.

Estos poderes no operaban de forma independiente, sino que se entrelazaban constantemente. Los Reyes a menudo tenían un fuerte control sobre la estructura eclesiástica; los hijos de la realeza podían ser destinados a carreras militares o religiosas para consolidar la influencia familiar y del Estado; la Iglesia legitimaba reyes y gobiernos; el poder civil protegía a las instituciones religiosas y mercantiles.

El Poder Olvidado: El Entretenimiento

Aunque quizás menos evidente en los edificios centrales históricos de poder "duro", no podemos olvidar el papel del entretenimiento como una forma de control social sutil. Proporcionar distracciones (circos, teatros, baños públicos en otras épocas y culturas) podía ser una manera efectiva de mantener a la población ocupada y menos inclinada a cuestionar el poder establecido.

Dominio y Control: La Necesidad de Ambos Pilares

La historia nos enseña que, para dominar a los pueblos de forma duradera, raramente bastaba con un solo tipo de poder. La fuerza militar sin legitimidad (a menudo proporcionada por la religión o la ley) era solo tiranía temporal. La fe sin capacidad de mantener el orden físico era vulnerable. Por ello, el Poder Militar/Civil y el Poder Religioso a menudo caminaron de la mano, combinados (aunque quizás no siempre en perfecta armonía), respetándose mutuamente para mantener el control sobre la población.

Un Legado en Piedra y Ladrillo

Los edificios que conformaban el centro de poder en Zaragoza (lo podemos observar en la imagen superior), como en tantas otras ciudades históricas, son testigos mudos de siglos de historia, de las luchas por el control, de la interacción entre lo terrenal y lo espiritual, y de la constante necesidad humana de orden y estructura. 

Caminar por la Plaza del Pilar es, en cierto modo, recorrer el corazón latente de la ciudad a través de los siglos, comprendiendo cómo se construyó y mantuvo el poder que la moldeó.

11.5.25

Las puertas de Aragón en su Historia


La basílica de San Pedro del Vaticano viene precedida por una plaza pública enorme para la congregación de los fieles en ceremonias multitudinarias que remata la Vía de la Conciliación, hija de un proyecto de Mussolini. Vemos el efecto de los partidarios de los concordatos en la vida real y las aceras que pisamos.

Es este un espacio que tiene el efecto y la función del patio en que lo musulmanes dan la vuelta a la Kaaba en la Meca, sucede al Coliseo y Foro romanos basados en el ágora de Atenas o recuerda a la explanada del Muro de las Lamentaciones en Jerusalén. Son todos ellos espacios escenográficos en que el hombre rinde culto a una divinidad antropomorfa o no.

El espacio sagrado romano influyó en la urbanización en los años 40 de la ampliación de la Plaza del Pilar de Zaragoza, capital de Aragón y su Corona cuyos colores son los papales y de Roma. Se obtuvo el enorme rectángulo pilarista previa demolición de casi treinta edificios para permitir desfiles, acontecimientos cívicos y misas al aire libre (y por eso se remató con una cruz).

Expuesto a la luz y cierzo excesivos contiene soportales. Sin embargo en Roma, la columnata de Bernini da un abrazo a los creyentes o curiosos que abarrotan la explanada elíptica que resalta la cúpula de Miguel Ángel. En ella se representa la mejor obra de teatro de la historia cuando toca, que reúne misterio administrado, procesiones, devoción y misticismo a lo misterios de Eleusis y un final siempre feliz. Todo ello reforzado porque se trata de un contenido ideal para compartirlo en redes sociales por estética y poco discurso, que entiendo hasta yo.

En plaza pórtico de San Pedro, resaltada por el Obelisco Vaticano y dos fuentecicas, los fieles y curiosos esperan guiñando el ojo, pues la chimenea es de dimensión reducida de salida de estufa de pellets de bar, la fumata blanca que señala el advenimiento de los nuevos administradores eclesiásticos. Que se hace de rogar aunque pueda estar todo cocinado de antemano. Y funciona.

Con Prevost, el peruano USA elegido, se inicia el ejercicio en la máxima representación eclesial de la orden agustina que enaltece el legado de Agustín de Hipona. Orden mendicante como sucedía con la franciscana que invocaba el Papa fallecido con su nombre, aun siendo miembro de una orden famosa por taimada: los jesuitas. De hábito negro y cinturón de cuero, los agustinos nacieron en el siglo XIII cerca de Asís y en Toscana a partir de eremitas que procuraron vivir en austeridad y fraternidad. Lo que no concuerda con la vuelta al oro en el atuendo de Prevost.

Aragón, espacio histórico de añoranza, no fue tan influenciado en el proyecto de estado moderno al que dio lugar llamado España, dirigido por Castilla, en cuanto a su plasmación como proyecto entreverado con una cruzada espiritual, garantizado en su pureza de sangre por la Inquisición, nutrido del pensamiento dominico y reforzado por el expansionismo jesuita, ideal para un presunto imperio como cuerpo armado filosófico y de la fe que relevó a los templarios para la expansión de la fe de Cristo. Entre cuyos integrantes se hallan los que intentaron educarme a mí en Navarra, el especialista en saber estar y con ese incómodo pedigrí intelectual jesuita Bergoglio-Papa Francisco o la que perteneció el lehendakari Arzallus, encarnando el siempre vigente poder jesuita vasco navarro cuando no renuncia a regir instituciones (y no lo hace nunca porque Dios, fueros y leyes antiguas por gusto o a la fuerza).

Aragón y su Corona, posiblemente país de vocación romana o mediterránea con manías propias, vuelve al catolicismo creyente cuando lo encabeza un teólogo de la liberación o un franciscano, más que cuando se esparce que apartan a un cardenal de una orden de las legionarias de Cristo de la sucesión por haber gestionado de forma como mínimo negligente el dinero de las donaciones.

Aragón se edificó sobre pacto, cesión y pensamiento franciscano, culto a la naturaleza y pasar desapercibido, todo y que Fernando II el Católico no tuviera mala relación con el avispado cardenal Cisneros que se vino arriba y promovió la mejor Universidad humanista light de España en Alcalá de Henares (y pararle los pies al franciscano humanismo de Salamanca, orden a la que pertenecía). Como excusa puso que para dar ejemplo dando educación a tanto cura de vida disoluta como los que salen en las grandes obras del Siglo de Oro.

Qué monumental y forzada resulta tanta ceremonia en que se invoca la humildad a un aragonés de montaña de un lugar en que su párroco, no el actual que tiene una misión y podéis encontrar en los medios, fue un maravilloso eremita solitario. Impregnado por el mensaje del Concilio Vaticano II ni siquiera vivió en la abadía del pueblo en que más ovejas tenía.

Estoy seguro de que aquel mi cura de Sofuentes, mi profesor de primero de monaguillo que me legó mi pasión por el vino de misa, estaría de acuerdo en que lo que es Aragón es sintoísta.

Adoramos la naturaleza y sus fuerzas especialmente los de la montaña, y hubiéramos debido enmarcar determinados paisajes que son dioses por puertas mon hacia ninguna parte, únicamente para marcar que si las pasamos, dejaremos nuestra vida de familia, poder y relaciones, esa que tanto representan los cardenales, para merecer vagabundear por un espacio en el que no seremos nadie. Y si se va la luz, tal día hizo un año.

Esas puertas sin puerta huecas, en mitad de ninguna parte, tras las que en oriente –especialmente en Corea- se oculta una cueva o santuario recuerdan la importancia de la espera previa al acceso. La de detenerse y parar el tiempo para disfrutar con dignidad interior de un entorno, para ser aceptado como discípulo de nada, para iniciarse en un secreto geológico, religioso o misterioso.

Es la función que tiene la entrada al jardín y huerto del Monasterio de Piedra de Zaragoza, espacio único por tantos motivos. El más sintoísta de Aragón: un oasis verde poco planificado con agua en la piedra.

Antes de que nos arruinen más perspectivas en Aragón y tener que reivindicar que los montes en forma de corazón del Maestrazgo no los remate el hombre, aquí va mi propuesta de enmarcar lugares sagrados con una puerta simbólica que recuerde a los que intenten traspasarla que serán excomulgados por el paisaje y pertenecerán a la orden de la puerta rota si no preservan el legado simbólico en el que introduzcan.

Yo enmarcaría los Mallos de Riglos con dos puertas al sur y al norte en sus mejores perspectivas desde la carretera que sube a Puente la Reina, el pantano de Búbal en Hoz de Jaca para que se detenga la promoción de unifamiliares, los congostos y paisaje geológico de Aliaga en el puerto que baja a la localidad, todo el valle del Ara para que a nadie se le ocurra aprovechar el río a costa de sus orillas nunca más, siendo que para hacérselo al dios Moncayo desde la iglesia de Magallón y que no salgan generadores ya llegamos tarde y aún podemos celebrar la divinidad de la entrada a la población de Biel. Porque el románico popular, hijo del sintoísmo, nunca es casualidad.

Llama la atención que informen favorablemente agresiones al paisaje personas cuyas madres o padres se llamaron Justo, Pilar, Perfecto, Milagros, Llanos, Corona, Salas, Nieves, Luciano y Lucía, Esperanza, Fe y Caridad o la virgen de cada uno de vuestro pueblo.

Cada uno de esos nombres refleja a una virgen María humanizada por un culto natural, a la que no le hace falta ni aparecerse.

Estoy seguro de que a todos os saldrán muchísimos más espacios que no nos pertenecen y por donde vagan los dioses o kami de los pastores aragoneses. Os propongo dedicarles una fumata blanca sin ceremonias.

09.05 Luis Iribarren

9.5.25

Mi puente sobre el Pantano Kwai aragonés


Amo los puentes, atravieso los de Zaragoza constantemente y disfruto de las puestas de sol desde el de Las Fuentes, adoro el puente de San Miguel de Huesca y me quedo extasiado en cualquiera de los dos viaductos de la ciudad de Teruel.

Frecuento el recorrido repleto de los férreos de la ruta de Val de Zafán en el Bajo Aragón, echo la vista al de hormigón de un vano que ha quedado como resto patrimonial de la carretera vieja de Monrepós y se ve desde la autovía. Demasiadas pocas veces disfruto del más bello de Aragón sobre el Ebro en Sástago desde el tozal que domina los meandros y me emociono en mis recorridos glosados de los puentes de los ríos Isábena y Manubles.

Romanos en Ansó, de varios arcos ojivales como el de Capella, donantes de la primera riqueza económica y monumental de Aragón como el de San Miguel de Jaca, extraordinarios hitos arquitectónicos los de la EXPO en Zaragoza, la diversidad es apabullante.

Los hay de estructura metálica verdes –menos mal que no votaron- en Gallur sobre el río padre u otros emocionantes e históricos como los viaductos del Canal Imperial, proezas arquitectónicas de la Ilustración aragonesa, que han reclamado mi pasión y siguen haciéndolo. Pararme enfrente o debajo de un puente y enronarlo a fotos es una de mis ocupaciones favoritas.

La ingeniería militar y civil desde Roma dio lugar a una arquitectura basada en gremios mecanizados, capaces de levantar incluso en tiempos del románico tardío puentes y castillos, ventanas repetidas o esculturas en serie de canteros, en el breve plazo que necesitara la conexión o el cliente. Aragón se vertebró sobre ellos y se aprovechó después de esas técnicas en gloriosos resultados como Loarre y Peracense, después llevados para promover catedrales y palacios en siglos posteriores.

En mi provincia oscense, puentes capitales fueron el citado de Jaca que mira a poniente y establece la conexión entre su catedral y la de Santiago de Compostela, ambos hitos extraordinarios; el puente de las Pilas entre Barbastro y Ribagorza, que consolidó a la primera como principal ciudad mercantil del territorio, y los que permitieron salvar obstáculos para las conexiones entre ganados, pastores e ideas pirenaicas: como los de San Nicolás de Bujaruelo, villa de Benasque, congosto de Santa Elena y Biescas en Tena, el de la entrada al núcleo central de Echo o los románicos del valle del Aragón.

Entre todos mi puente capital, porque se trata con el de Ardisa de la infraestructura hídrica que más disfruto y pionera en Aragón, es el histórico y descuidado puente de hierro del Pantano de la Peña que permite la conexión central del Prepirineo occidental oscense y zaragozano y da servicio como única opción, no hablemos de habitantes, a unos 3.000 kilómetros cuadrados de pueblos vaciados. 

Los rodeos que provocará su transformación son de record en Aragón: pues obliga a una vuelta mínima de más de 50 kilómetros de usarse otras alternativas de conexión, además de saturar de hacerse Monrepós y con ello el tramo de Lanave o provocar una exagerada vuelta por Sos del Rey Católico que no recomiendo si no se tiene toda una mañana.

Su longitud, junto con el túnel excavado a dinamita que salva su acceso, es de casi 300 metros y no se sabe si se va a conservar para uso exclusivo de tráfico o se va a crear, así lo espero, una solución semejante a la de su pariente en Zaragoza, el Puente del Pilar que fue abrazado para dejarlo peatonal y como plaza de puestas de sol con vistas a las cúpulas y cimborrios de nuestro Cuerno de Oro.

Tengo unas 300 fotos de este puente que, además, he compartido y difundido para que se dibuje desde Calatayud hasta Murcia.

Su estampa más bella me parece perfilado en día de cierzo contra la luz anaranjada de la puesta de sol del valle del Asabón, enmarcado por los árboles caducos en otoño que adornan sus bases pétreas y el vano cubierto por agua verde turquesa de cobres y oro.

Por la presente tengo a bien solicitar que no solamente sus tres pilares sillares merezcan ser salvados sino también su estampa y caperuza o bóveda ferrada, que forma parte de las vidas de todos quienes hemos nacido o provenimos de Jacetania. Tanto como los viaductos del Canfranero y puente a él cercano, la corriente de agua estruendosa del Gállego y los Mallos de Riglos anaranjados por la tarde.

Ello permitirá, además, que nuestros lugares que languidecen tengan un digno verano y los negocios turísticos no entren en estado de coma del que no salva un ERTE. No todo va a ser garantizar segundos pasos para subir a esquiar. El fundamental puente aragonés afecta a la segunda actividad más importante tras los deportes de aventura de tres comarcas: la caza.

Respetarlo tal cual es y limitarlo a un carril y un puente paralelo, solución ensayada con éxito para dar anchura a su primo de la misma época de acceso a Santa Isabel, nos dejará pasearlo, rodarlo con bicicletas y quedarnos un buen rato imantados por él sin jugarnos el tipo como lo hacen quienes disfrutan del de Murillo de Gállego saltándolo.

08.05 Luis Iribarren

6.5.25

Aragón es la solución. Es cuestión de lógica temporal


Ahora la ministra Sara Aagesen dice que dará “máxima prioridad” a la interconexión eléctrica con Francia por Aragón, tras el apagón global en toda España, cuando somos inmensidad los que advertimos desde hace muchos años que no se está utilizando bien Aragón, simplemente en beneficio de España, como se debería hacer por inteligencia política europea. 

Y como es lógico, sin perjudicar al propio Aragón, que en excesivas ocasiones no se nos tiene en cuenta ni para poder opinar. Sé que estamos excesivamente troceados, y que ese es uno de los grandes problemas de Aragón.

Nuestra posición estratégica por nuestra geografía hacia Europa es fundamental y su mayor utilización debería ser lógica, históricamente básica por diversos motivos sobre los que no quiero entrar, mientras vivimos la tontuna mental durante décadas, para dejar que Aragón sea un paisaje despoblado de economías pobres o no, y eso es preocupante.

No somos el camino más barato en el corto plazo, pero sin duda el más lógico en el largo plazo. Sin Aragón potente en su economía y en su sociedad, será más complejo escapar de un aislamiento europeo que la península ibérica no se puede permitir. 

No todas las posibles soluciones para mejorar este problema absurdo de estrategia política e histórica, serán admitidos bien por todos los aragoneses. No somos una sociedad fácil de entender los Futuros, de abrirnos a los cambios, aunque nos estamos quejando siempre de los Presentes. 

No es posible quejarnos de los Pasados y Presentes para adentrarnos hacia el Futuro diferente, sin entender que se deben hacer cambios.

Pero el resultado para España si se supiera potenciar Aragón será más seguro y exentos de riesgos que otras soluciones fáciles en el corto plazo parecen más fáciles y baratos. Y no hablo solo de conexión eléctrica. 

Aragón debe cuidarse, también y sobre todo en sus paisajes y sociedades de montaña que son un lujo. 

Encajar las soluciones requiere reflexionar, pero sobre todo empezando por respetar más a Aragón y a los aragoneses, como parte de las soluciones, en donde no se deben crear nuevos problemas.

Pero España necesita a Aragón, como Aragón necesita a España. Somos lo que somos, en todos los aspectos, sabemos qué queremos ser. Pero no siempre somos capaces de entender que a veces para alcanzar mejoras que nos vuelvan a poner en el tamaño histórico, hay que miran con responsabilidad el presente y decidir entre todos lo que deseamos alcanzar.

Digo lo ENTRE TODOS para diferenciarlo de lo que a veces se escucha como ruido. No siempre los que más se oyen, son los que es mejor escuchar, aunque haya que oir a todo el mundo.



4.5.25

Aragonia Cherry Time



Tengo la enorme suerte de haber nacido aragonés y desde niño, probado un millón de sabores diferentes de fruta. En las huertas de mi pueblo se plantaron gran cantidad de manzaneras, alguna perera, y árboles en femenino que daban otras frutas de la familia del melocotón y albaricoques de huerto.

En tiempos de posguerra civil cuando los injertaron los abuelos tenían uso de subsistencia y mercantil. Dado que no se había generalizado el transporte en camión y la agricultura frutal intensiva, y la montaña oscense se autoabastecía cuando era el tiempo de frutos, los sobrantes se vendían en los almacenes de Jaca para consumo de militares y visitantes y los que se pasaban se trituraban en conserva o se llegaban a encurtir, como en Japón.

Así e incluso a gran altura y floración en mayo hubo familias que plantaron cerezos Napoléon, los de Monzón de fruto de color entreverado entre rojo y crema, y existieron varias higueras comunales que surtían de brevas a higos de mi fruta en helado favorita, que bordan en Fraga.

La primavera tardana presenta, tras el declive de producción de fresa que se puede encontrar en estado silvestre y en mayo junto con otras bayas en los bosques pirenaicos, el inicio de la temporada de los frutos rojos. De entre ellos prefiero las cerezas ácidas, de altura o picotas aragonesas, que degustar desde mitad de mayo a finales de junio y con las que preparar ensaladas agridulces con apio, salsas suntuosas para acompañar solomillo, comerlas en cantidad no superior a una docena (decían las abuelas para evitar indigestiones), cubrirlas de chocolate fundido y acompañarlas con un aguardiente seco de cereza del Jerte.

Ricla, Cofita y Mequinenza se visten de fiesta cuando recolectan la más temprana, siguiendo el placer gustativo la Feria de Bolea y rematando la añada para cuando se celebra la Vaquilla de Teruel, con las sabrosas, crujientes y carnosas cerezas de altura de la Comunidad de Calatayud.

Hubo un tiempo previo a pandemias y crisis de Crimea en que la reina de las frutas de Ricla, todas especiales, se esperó llevada por avión en el mercado de abastos de Moscú como el primer atún de la almadraba de Barbate, previa revisión por sensei samurái especialista en túnidos, volaba de Sevilla a Narita y en menos de veinticuatro horas. Su ventresca se subastaba a 150 euros en kilo a principios de milenio –qué barato parece hoy- para servirla en los mejores restaurantes de Ginza.

La suerte que hemos tenido de haber comido una fruta semejante en bolsa de plástico recién cogida del árbol y refrescada en agua helada de acequia.

Hoy que ya valoramos la floración de los frutales como el momento de ruptura del invierno que más embellece con sutiles alfombras el paisaje aragonés, volvamos a paladear como si fuera nuevo porque es extraordinario (rare como el whisky de malta) ese sabor único, nunca insípido por mediar plástico interpuesto, parido por el sol y hielo de noche aragoneses en corteza de cereza no sulfatada sino mecida por el cierzo.

Casi la mitad de la producción española de esta fruta, idéntica en excelencia que la denominada del valle del Jerte cacereño, sale de Aragón para toda España y Europa.

Una parte de la producción se conserva en forma de cerezas y guindas azucaradas o al marrasquino, patrimonio de los sentidos que debemos a la civilización musulmana que nos legó la fruta seca endulzada. Cuando con ella se rematan los combinados, qué sutil acompañamiento.

En mi casa dejamos medio kilo en el congelador y son el mejor postre helado con que nos podamos solazar en los tórridos mediodías de agosto.

El árbol prunus cerasum, el que da la cereza dulce, tiene un nobilísimo origen: las fecundas riberas sur de los mares Negro y Caspio, de feraz suelo volcánico y con un microclima húmedo que permite una primavera permanente y a los productores locales turcos cultivar el mejor té del mundo en los bancales de las sierras que conservan la humedad del mar. Esta es una costa dulce semejante a la Cornisa Cantábrica, en la que no hiela y por ello inmortalizada como destino de conquista por los argonautas en la primera obra maestra literaria humana.

Lo importante era su viaje, pero los abanderados argonautas no titubearon ni dieron tema para poemas sino indirecto a Cavafis. En su nombre y con su sangre mítica Grecia monopolizó la riqueza de la costa norte hoy turca, sembrándola de comerciantes que fueron expulsados por los hijos de Ataturk.

Y si consideramos la Biblia como un conjunto de cuentos fabulosos heredados, este desconocido lugar forma parte del relato como falda norte del monte Ararat y sus estribaciones. No nos extrañaría entonces que el arca de Noé hubiera sido construida en su esqueleto a partir de costillares de fragante madera de cedro pero sus terminaciones y adornos se tallaran con las espléndidas y más claras tablas de noguera o de cerezo.

La búsqueda y conquista por Jasón del vellocino de oro en las costas de la Cólquide hizo avanzar a estos aventureros helenos hasta remontar el principal río de la actual Georgia, el Fasis hoy llamado Rioni, finisterre este del mundo. Metáfora que representa cómo se extendió la civilización griega clásica invadiendo sus puertos cada bahía del Ponto Euxino y saltando sus embajadas mercantiles el inaccesible Cáucaso para surtir de ámbar el mercado de Atenas.

La costa del puerto de Cerasus, del árbol del cerezo. Los imperios como embajadas comerciales a partir de un encargo (emporós) forman parte de la etimología de Ampurias como el Emporio de un modista italiano que sin embargo cosía, que a su vez provienen del término en griego para préstamo a gran escala que sustentan la aventura y que finalmente dieron nombre a los intermediarios de las costas, los emperadores.

Desde que conozco el origen como árbol del cerezo pienso si no se detuvieron los argonautas en los reinos de las costas de Trebisonda cautivados por el sabor de mi fruta preferida, estancados en un mal estomacal de felicidad por comerse medio kilo de una sentada. Amor verdadero que enturbia las falsas misiones de la vida, contra amor de conveniencia y obediencia debida.

Comparto con vosotros el que es mi poema favorito de Cavafis, que me recuerda a Crane y a Robert Frost, el del Camino No Elegido. Es este y no el que trata sobre la isla de Ítaca, más no apresures tampoco el viaje…

Para algunas personas llega un día donde el gran Sí o el gran No deben decir.

En seguida aparece aquel que lleva el Sí bien preparado, y pronunciándolo

da un paso adelante en su estima y en su confianza.

El negador no se arrepiente. Preguntado de nuevo, de nuevo dice No. Pero ese No —que es el correcto— le abruma para el resto de su vida


02.05 Luis Iribarren

1.5.25

Mural de Festival Asalto, ya desaparecido


Este mural del artista norteamericano Zane Prater nos hablaba (en pasado lo nombro pues ya ha desaparecido la obra) de la importancia de la naturaleza para sostener la sociedad. La tituló Mujer Recolectora y se creó en el barrio de Santa Isabel de Zaragoza dentro del Festival Asalto del año 2022.

Con cierto halo misterioso, pero de gran elegancia y belleza, está presidido por dos figuras femeninas (o por una casi reflejada), que nos invitan a reflexionar sobre nuestra relación con el entorno. Mostraba a una mujer del mundo rural de la zona, es un barrio de gran tradición agrícola, tras una recolección de flores.

El propio Zane Prater explica en su página web esta obra: "Entrelaza la ilustración botánica y rural, el arte imaginario, el retrato y el diseño, para hablar de la naturaleza y de nuestra relación con ella, buscando establecer conexiones y encontrar armonías entre lo urbano y lo orgánico".

El Arte Urbano tiene entre sus fundamentos el asumir que es un Arte con fecha de caducidad aunque sin duda sea un gran problema ver desaparecer obras de esta calidad. Pero forma parte de su filosofía artística. Nacen para desaparecer.

Curiosamente el Arte Urbano es un gran Arte Contemporáneo entre los siglos XX y XXI, y no va a quedar en los museos para la posteridad más que muy pococ ejemplos de muy pocos artistas.