Conozcamos algunos aragoneses muy importantes en la historia universal. Abu Bakr Muhammad ibn Yahya ibn al-Sayegh ibn Bayyah, más conocido como Ibn Bajjah o por su nombre latinizado Avempace, fue un erudito musulmán que nació en Zaragoza entonces capital de la Taifa de Saraqusta, entre 1080 a 1090, y falleció en Fez, Marruecos en el año 1138, joven y creemos que envenenado a la edad que no llegaba a los 50 años de edad.
También fue político y prestó servicio como visir (ministro) de los almorávides, los gobernantes islámicos del sur de España y el norte de África.
Trabajó como vizir o visir (cargo similar al de ministro) para Abu Bakr ibn Ibrahim Ibn Tilfilít, gobernador almorávide de Zaragoza, trabajando en este cargo desde el Torreón de la Zuda.
Zaragoza estaba gobernada por los Banu-Hud, dinastía árabe procedente del Yemen. En 1110, los almorávides, unas tribus bereberes del norte de África que seguían una interpretación rigurosa del Corán y una conducta moral muy estricta, conquistan la taifa y ocupan el trono. El nuevo gobernador, al apreciar las cualidades de Avempace, lo hace visir (ministro), siendo muy joven todavía, entre los años 1117 y 1119.
Avempace o Ibn Bajjah es más famoso por ser el primer comentarista de Aristóteles en España y es uno de los primeros representantes conocidos de la tradición filosófica española aristotélica-neoplatónica árabe. Se cree que llegço a escribir más de 70 libros, aunque no han llegado la mayoría de ellos.
Escribió extensamente sobre una amplia gama de temas, como astronomía, astrología, lógica, filosofía, música, botánica, física, medicina, matemáticas, psicología y poesía.
Kitab al-Nafs (Libro sobre el alma) es un tratado filosófico que se centra en la psicología y en los principios de la lógica y la razón. Aunque su obra más reconocida es la titulada "El régimen del solitario".
Si bien el tratado tiene paralelismo (y a menudo se lo compara) con De Anima (Sobre el alma) de Aristóteles, no es un comentario explícito de esa obra.
Si bien el tratado tiene paralelismo (y a menudo se lo compara) con De Anima (Sobre el alma) de Aristóteles, no es un comentario explícito de esa obra.
Ibn Bajjah fue una influencia para Ibn Rushd (también llamado por su nombre latinizado, Averroes, 1126–1198 d. C.), el filósofo zaragozano conocido como «el comentarista de Aristóteles» pues en sus inicios jóvenes y todavía en Zaragoza, escribió varios libros sobre las obras del filósofo griego Aristóteles.
Entre ellos los Comentarios a la Física, a la Lógica, el tratado Sobre el alma, el de la Generación y corrupción, la Historia de los animales y la Historia de las plantas.
La importancia de Ibn Bayyah o Avempace es enorme pues representó en aquellos años el conocimiento y la cultura más amplia en un momento de máximo esplendor en la vida cultural de la Taifa de Saraqusta, cuyo apogeo político e intelectual se da entre el último cuarto del siglo XI y los años que transcurren hasta su conquista por parte del rey de Aragón Alfonso I el Batallador en el año 1118. Periodo en el que en Zaragoza se construyó el palacio de la Aljafería.
Hay que recordar que Avempace se dedicó durante toda su vida a su profesión de médico, por la que fue muy reputado desde sus comienzos en Zaragoza hasta su muerte en Fez, basando su medicina en el conocimiento de las propiedades curativas de las plantas, lo que le obligaba como gran médico a tener un profundo conocimiento de la botánica.
La importancia de Ibn Bayyah o Avempace es enorme pues representó en aquellos años el conocimiento y la cultura más amplia en un momento de máximo esplendor en la vida cultural de la Taifa de Saraqusta, cuyo apogeo político e intelectual se da entre el último cuarto del siglo XI y los años que transcurren hasta su conquista por parte del rey de Aragón Alfonso I el Batallador en el año 1118. Periodo en el que en Zaragoza se construyó el palacio de la Aljafería.
Hay que recordar que Avempace se dedicó durante toda su vida a su profesión de médico, por la que fue muy reputado desde sus comienzos en Zaragoza hasta su muerte en Fez, basando su medicina en el conocimiento de las propiedades curativas de las plantas, lo que le obligaba como gran médico a tener un profundo conocimiento de la botánica.
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