16.4.18

Qué queremos para el Aragón de nuestros nietos?

Ayer decía José Luis Trasobares estas palabras en El Periódico de Aragón. Las suscribo totalmente.

“Cuarenta años después, Aragón sigue sin saber qué quiere ser de mayor. No lo saben los políticos, vale, pero tampoco una sociedad civil ingenua, confiada, presta al lloriqueo y, ¡ay!, tan desmovilizada”.

En Aragón tenemos que decidir, saber, querer decir qué queremos ser de mayores. Ayer mismo también Bolea Foradada decía claramente que todos, derechas, izquierdas y el resto deben ir unidos diciendo qué queremos para Aragón. Es una voz autorizada pero con matices pues en sus años importantes se produjo el gran bofetón de la Transición a Aragón al obligarnos por culpa de UCD el ir por el artículo 143 en vez de por el 155. Pero le tomo la palabra también a Bolea, pues dimitió por aquellas zancadillas. Menos divisiones entre aragoneses, muchas menos entre aragonesistas, entre aragoneses, y más decidir qué queremos para el futuro.

Aragón podría ser una nada. Y esto no nos lo creemos. Nos vemos guapos en el espejo, con una economía superior a la media, y nos creemos que esto puede seguir siempre así. Y es falso. Miramos con astigmatismo. Nuestra posición económica está sobreelevada por una sola empresa sobre una economía de muy pocas personas. Si esa empresa cogiera gripe nos íbamos a enterar. No es lo mismo el hundimiento de una gran empresa en un territorio de seis millones de habitantes que en uno de 1,4 millones.

Pero además la desertización de Aragón, sobre todo en los espacios celtibéricos, es tremenda y en aumento No hay soluciones mágicas ni nos dejan tenerlas. ¿Qué será de esa pastilla enorme de Aragón dentro de 30 años?

O acudimos a Madrid todos juntos como advierte Bolea, o no nos hacen ni puto caso. Y la sociedad esto no lo quiere entender. Pues bien, seguiremos esperando. pero sobre todo no quedará que no se haya advertido.

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