La verdad es que si me preguntan por algún proyecto de mi ciudad que a corto, medio o largo plazo tenga alguna posibilidad de hacerse realidad, no sabría encontrar siquiera uno. Un batiburrillo de propósitos, muchos que en un borrador acaban en la papelera, conflictos con la justicia o despropósitos de difícil solución están a la orden del día.
Pero el tiempo pasa y Zaragoza sigue a la espera, mientras nos inundan a teóricas consultas participativas donde cada uno barre para su casa. Ahora parece, como debe ser, que serán los técnicos quienes planifiquen el proyecto del tranvía.
Acusaciones por el estado de parques y árboles que caen. El ayuntamiento acusa a la contrata de falta de mantenimiento y esta contrataca que no hay perras para pagar horas extras necesarias para llegar a tanto tajo.
Con buena fe, se suceden los líos por privatizar algunos de los 143 servicios externalizados, como el 010 o Ecociudad con dimisión incluida del presidente, el propio alcalde. En ese interés desmedido por carriles Bizi, eliminan el tráfico privado en un tramo de Sagasta para que pasen solo las bicis, y los coches que den la vuelta.
No faltaba más que el tema del Azud. Y ahí estamos en otra, una reparación no muy costosa para una obra de 25 millones y balones fuera que decidan otros. Los ecologistas, que el agua corra y los piragüistas, que con el estiaje actual y sin la tajadera van a tener que poner las piraguas a la venta.
Pero si me permiten meterme donde me llaman, (también es mi dinero) el ayuntamiento dice que no hay para pagar 60.000 euros para los deportes acuáticos en nuestro río, y sí 150.000, y no es que me parezca mal, para la práctica del 'skateboarding', 'roller' o 'bmx', o lo que es igual para la práctica de deportes acrobáticos sobre ruedas. Hacemos poco y lo que ya está estorba.
Daniel Gallardo Marin
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