26.7.17

Ke no Kalle la Kalle, en la Zaragoza de los paseos

En nuestra Zaragoza también hay voces llamativas, discrepantes, gritonas, que marcan lemas fáciles de recordar. En esta piedra de la orilla del Ebro vemos el clásico: “Ke no Kalle la Kalle” en un lugar poco visitado y seguro que por ello con muchas más posibilidades de mantenerse en el tiempo.

Y eso que alguien con pintura roja intentó tachar y censurar una frase tan lógica y democrática, que deberíamos aplaudir todxs desde la democracia más básica.

La calle nunca debe callar, pues es la voz de las personas.

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