Los gritos de nuestra Zaragoza, de los zaragozanos más débiles, se esculpen en las paredes en papel o en pinturas al aire. No queda mucho más pues los sordos del sistema se han acostumbrado a los gritos de los desesperados. Los que no son débiles no gritan, simplemente disfrutan.
Estos carteles están en las paredes zaragozanas reclamando que los grandes propietarios de viviendas no les chupen la sangre con los alquileres que se llevan el 60% de los jornales de los jóvenes. Y así es imposible emanciparse y advierte el cartel que solo el 22% de los jóvenes aragoneses se pueden emancipar. Y sí, los jóvenes tienen que emanciparse para que la sociedad funcione bien. No es cuestión de atarlos al dormitorio de los papas, pues así la sociedad funciona SIEMPRE mal.
Alguien con dolor también, ha puesto debajo de la fase del cartel y escrito a mano: "…y a los mayores también…" y es cierto. El precio de los alquileres en relación al sueldo que se cobra por trabajar es una indignidad. Se pueden subir los sueldos o se pueden bajar los alquileres. Pero así, como estamos, la situación es muy negativa de cara al futuro.
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