Parecería complicado entender que el Ayuntamiento no haya pagado las nóminas de las/los trabajadores de Ebrópolis durante cuatro meses debiéndoles además las nóminas de dos pagas extraordinarias. Pero además de ser cierto, es triste, increíble y sobre todo vergonzoso el silencio que ha acompañado el declive de la función de Ebrópolis para la ciudad de Zaragoza y su entorno metropolitano.
La culpa de muchos, desde su presidente que es el actual Alcalde hacia abajo o hacia atrás.
Los ciudadanos de Zaragoza ciudad y Área Metropolitana NO SABEN qué es Ebrópolis ni para qué sirve. Ni saben que existe, aunque tenga más de 26 años de edad desde su creación.
Los ciudadanos de Zaragoza ciudad y Área Metropolitana NO SABEN qué es Ebrópolis ni para qué sirve. Ni saben que existe, aunque tenga más de 26 años de edad desde su creación.
¿Tantos años y ha pasado casi desapercibida para los ciudadanos?
Pues tristemente (otra vez) si, una oficina técnica que existe en muchas otras ciudades de todo el mundo, dedicada a lo mismo pero utilizada de verdad y no como en Zaragoza que ha ido al albur de quien gobernaba, siendo en la medida de lo posible una Asociación para el Desarrollo Estratégico de Zaragoza y su Área de Influencia que aunque dependía sobre todo del Ayuntamiento de Zaragoza, intentaba ser ajena al tipo de políticos que gestionaban el mismo.
¿Qué para qué sirve?
No, no os lo voy a decir yo, aunque haya participado durante cuatro años un poco en su interior. No me corresponde y darla a conocer es un trabajo serio e importante que deben afrontar quien paga y manda.
Solo os digo que sin duda en otras ciudades está funcionando muy bien, es muy respetada, su implicación con la ciudad y trabajando junto a Universidades o Centros de Reflexión sirve para dotar a las ciudades de nuevas ideas, nuevos proyectos participativos de verdad desde el tejido social de cada zona, y sobre todo saben utilizarla.
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