Para recordar viejos tiempos, tiempos duros y asquerosos, de más trampas todavía que los actuales, de guerras entre hermanos y familiares, os dejo un sello que se tenía que pagar como salvoconducto en Zaragoza, y que se decía como “subsidio al combatiente”.
La verdad es que la ayuda era para la guerra, es decir para todo lo que supone mantener las armas, los ejércitos y las ganas de matar. Y estamos hablando de 10 pesetas de las de aquellos años. Desconozco su uso auténtico, no sé para qué existía la obligación de tenerlo que pagar. Si alguien nos puede dar una pista, maravilloso.
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