En la línea de la extensión y proliferación, al fin salvación, de la garnacha se producen singulares noticias de las que hacerse eco.
El Congreso Internacional de la Garnacha, celebrado en Aragón-Zaragoza en 2016, este año se traslada a Cerdeña. Y dejará el correspondiente rosario de premios para los vinos de altura envejecidos de garnacha aragonesa. El Alto Moncayo como rey, pero Cariñena y Calatayud pisando fuerte.
Pero Aragón está siguiendo una línea de audacia en este punto, más allá de las mezclas que Recaredo y otras marcas de Perellada o Penedés están también realizando para la generación de cavas rosados, perfectos para la carne roja. Pero basados en mezclas con la uva de Borgoña, la sutil pinot noir, y adición de la emblemática monastrell catalana.
El vino más sutil de Cariñena se recolecta a bastante altura y en fincas con desnivel orientadas al cierzo
Nuestras bodegas y restauradores están apostando por la extensión de la garnacha blanca, han creado la sal de garnacha y ofrecen a un precio imbatible cavas 100% garnacha rosados.
La pionera Bordejé borjana ha lanzado este producto y estamos seguros que apostará por el vinagre de garnacha, cerrando el círculo gurmet de nuestra uva reina.
Bodegas San Valero ha apostado por un impresionante brut nature curiosamente denominado Blanc de Noirs, de lágrima de garnacha. Vendimiaron por la noche uvas a bastante altura y extrajeron el aroma de la garnacha evitando la coloración del vino.
Bodegas Bordejé, Borja. Una de las catedrales de la enología aragonesa
Con ello se consigue evitar un poco el sabor a panadería y kiwi de los grandes cavas catalanes y franceses. Manteniendo el aroma a melocotón con vino y fruta muy madura por la que es afamado mundialmente el vino aragonés.
Ello permite su degustación total, desde con foie, en toda la comida y con postres, siendo brut nature. Es un acierto total de concepción.
MARIDAJE:
Me lo ha pedido un compañero de clase residente en Madrid. De origen madrileño-manchego, a José Antonio Díaz le ha marcado su paso por Aragón.
Aprétate un cava rosado o blanc de noirs con cualquier cosa, pero como es tan sutil como el vino Sauternes o los blancos rancios de Viña Tondonia, te recomiendo su ingesta con carpaccio de ternasco relleno de seta colmenilla y paté de ternasco de Graus. Y seguir con una sartén de fardeles, chiretas al modo oscense o madejas asadas.
De postre empanadico de calabaza. Y así te tomas una botella de cada.
Muy poco ajo para que no te pierdas el aroma a pasas y melocotón con vino de nuestros sutiles cavas.
04/01/17 Luis Iribarren
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