Sobre todo los judíos de Hispania y de aquella Caesaracosta, estaban muy descontentos con los sucesivos gobiernos godos, en constante peleas y guerras entre ellos, o contra francos, pero a su vez sabiendo que nuestra ciudad era un gran enclave estratégico, muy potente en la vida religiosa, pero que no era capaz de hacer valer sus grandes proyectos de futuro.
Ya en aquel tiempo existía en Santa Engracia una excelente biblioteca y un buen grupo de escribas con numerosos monjes que sacaba copias de aquellos libros, sobre todo para intercambiarlos con otros centros religioso y así poder ampliar su propia biblioteca.
El viaje del obispo Tajón a Roma en el año 646 no fue una iniciativa personal, sino una misión oficial por encargo del rey visigodo Chindasvinto (642-653) con el objetivo muy específico de viajar a Roma para obtener copias de las obras del Papa San Gregorio Magno, que eran difíciles de encontrar en la Hispania de la época. El poder de la religión en aquellos tiempos era tremendo pues controlaba toda la vida política, culturas y social.
Así que la entrada en Caesaracosta fue sencilla pues además los musulmanes no venían a quemar la ciudad ni a exterminar a sus habitantes, que en gran número (excepto los poderosos) simplemente se quedaron en la ciudad sin casi temor, pensando que peor no podía ser su llegada, comparado con lo vivido anteriormente.
Los musulmanes que entraron en la ciudad no debieron de ser muchos, eran yemeníes que venían desde el sur de Arabía, acompañados de qaysíes del norte de ese país, algunos soldados de Siria y un número no muy elevado de bereberes del norte de África. Convertidos todos al islam, convencidos y como soldados de fortuna, que avanzaban por la Hispania, conquistando terrenos y poblaciones sin mucha lucha.
A los habitantes de aquella Caesaraugusta no se les obligó a convertirse al islam, pero se encontraron con unos militares que hablaban un idioma muy diferente y que escribían en un alfabeto que no entendían. Los unos y los otros no se entendían.
Los judíos que se quedaron en la ya Saraqusta se agruparon alrededor del Coso Bajo en la zona de San Carlos y los cristianos ya mozárabes o muladíes pues se iban sometiendo al islam poco a poco, se quedaron en la zona cercana al Pilar, cerca de la muralla, para intentar continuar con su vida anterior.
En realidad era una ciudad llena de sentimientos religiosos. Y de variado tipo. Islam, cristianos, godos, judíos, y además con grandes diferencias pero a la vez con respetos entre todos ellos pues creían en algunas partes comunes de sus religiones.
Enseguida se construyó una gran mezquita, casi con toda seguridad en la actual sede o solar de La Seo de Zaragoza, y según dicen algunas tradiciones, uno de los conquistadores llamado Hanash ibn 'Abd Allah as-Sana'aní discípulo del Profeta Mahoma indicó la orientación exacta de la qibla en la nueva mezquita de aquella nueva Saraqusta, y el lugar en donde debía instalarse el mihrab con la orientación sagrada.
De aquella mezquita se ha escrito mucho pero se sabe con certeza mucho menos de lo que deberíamos. La primera mezquita de Saraqusta es un edificio que se encuentra entre la documentación histórica clara pero con la evidencia arqueológica incompleta.
De aquella mezquita se ha escrito mucho pero se sabe con certeza mucho menos de lo que deberíamos. La primera mezquita de Saraqusta es un edificio que se encuentra entre la documentación histórica clara pero con la evidencia arqueológica incompleta.
No disponemos de una sucesión de restos arqueológicos suficiente para reconstruir con exactitud el edificio original, pero la combinación de fuentes escritas árabes, investigaciones recientes y algunas evidencias materiales nos permiten trazar una imagen bastante precisa de lo que fue.
Su fundación data entre los años 714 y 716, es decir, nada más entrar en la ciudad se dedicaron a construir esa Mezquita como primer edificio importante de lo que ya querían considerar una gran ciudad.
Su constructor fue Hanash ibn 'Abd Allah as-Sana'aní (también escrito como Hanas ben Abdallah as-San'ani). Este personaje era un tabí' (تابعي), es decir, alguien que conoció directamente a uno de los compañeros del profeta Mahoma, o que convivió con estos últimos.
Su fundación data entre los años 714 y 716, es decir, nada más entrar en la ciudad se dedicaron a construir esa Mezquita como primer edificio importante de lo que ya querían considerar una gran ciudad.
Su constructor fue Hanash ibn 'Abd Allah as-Sana'aní (también escrito como Hanas ben Abdallah as-San'ani). Este personaje era un tabí' (تابعي), es decir, alguien que conoció directamente a uno de los compañeros del profeta Mahoma, o que convivió con estos últimos.
En términos cristianos, sería equivalente a un "apóstol de segunda generación". Según la tradición, la mezquita de Zaragoza era la más antigua de Al-Ándalus, y esto es de extraordinariamente significativo pues indicaría que la mezquita de Saraqusta precedió incluso a la de Córdoba, capital del emirato, donde los musulmanes continuaron utilizando la antigua iglesia visigoda durante varias décadas antes de construir su propia mezquita.
La mezquita aljama de Saraqusta se encontraba exactamente en el lugar que hoy ocupa la Catedral de La Seo del Salvador. Los musulmanes no reutilizaron la antigua basílica cristiana visigoda que existía en ese lugar (algo que sí hicieron en otras ciudades como Córdoba), y en cambio, prefirieron demoler la basílica cristiana y construir una mezquita nueva, aprovechando el espacio libre de la antigua plaza del foro romano. Querían orientar el edificio correctamente hacia el sureste, hacia La Meca, algo que la antigua iglesia cristiana no permitía por su orientación este-oeste.
Las crónicas andalusíes mencionan que Hanash ibn 'Abd Allah as-Sana'aní fue enterrado en el cementerio de Bab-al-Qibla, junto a la actual iglesia de la Magdalena, y que… ”Su tumba era motivo de peregrinaje desde muchas partes del mundo islámico”. Esto confirmaría la extraordinaria veneración que los musulmanes tenían por el fundador de la primera mezquita de Al-Ándalus. xxxxx
Según las investigaciones del arquitecto y arabista Juan Antonio Souto Lasala, que ha estudiado exhaustivamente las fuentes escritas y los restos arqueológicos encontrados durante las obras de restauración de La Seo (desde 1980), la mezquita original habría tenido una estructura de cinco naves paralelas orientadas hacia el sureste (hacia La Meca), un sahn o patio de abluciones al norte (en lo que hoy es la plaza de La Seo), la entrada principal desde el sahn (igual que hoy) y un mihrab de mármol blanco (probablemente alabastro local) en el muro de la qibla. Un edificio de unos 35 por 45 metros de perímetro.
Tubo una primera ampliación en el año 856 (Época de los Banu Qasi) bajo el gobierno de Mûsà ibn Mûsà, en los que Saraqusta experimentó un notable crecimiento demográfico y económico. Se añadieron dos naves más por el lado sur, ampliando la mezquita hasta siete naves y se construyó un alminar de estilo puramente cordobés, inspirado en la arquitectura siria de donde era originaria la familia Omeya que gobernaba Al-Ándalus.
Durante las recientes obras de restauración de La Seo, se descubrió la huella de este alminar cerca del actual campanario, lo que corrobora las hipótesis sobre la planta de la primitiva mezquita. Hubo luego una segunda ampliación en el Siglo XI (Época de los Banu Hud) bajo el reinado del brillante rey-filósofo Ahmad I al-Muqtádir (1046-1081), en donde la ciudad alcanzó su máximo esplendor cultural y económico. En ese tiempo se realizó la última gran ampliación de la mezquita, y se construyó un mausoleo orientado hacia el sahn (este edificio todavía existe: es la actual Parroquieta de La Seo, un edificio octogonal que fue la capilla funeraria de los arzobispos). Se erigió un nuevo alminar, esta vez de arquitectura zagrí (local): una torre octogonal de ladrillo y yeso semejante a las de San Pablo o a las de Santa María de Tauste, San Andrés y Santa María en Calatayud
Gracias a las obras de restauración de La Seo bajo la dirección del arquitecto Ángel Peropadre (desde 1980), se han encontrado evidencias físicas de la mezquita, con muros de cimentación de época islámica, la huella del alminar del siglo IX cerca del campanario actual, restos de pavimentos de ladrillo y fragmentos de decoración en yeso y cerámica Sin embargo, como explica Juan Antonio Souto en su investigación, la realidad de este material es insuficiente.
Según az-Zuhrí, cuando se hizo la primera ampliación de la mezquita en el siglo IX, fue necesario demoler el muro meridional para añadir las dos nuevas naves. Sin embargo, el mihrab original era tan venerado (por haber sido construido por el tabí Hanash) que excavaron por debajo de él y lo levantaron sobre dos grandes vigas de madera bajo las cuales colocaron unas columnas tumbadas con el fin de trasladarlo de sitio. Es decir, trasladaron físicamente el mihrab sagrado sin destruirlo, demostrando la enorme veneración que le tenían.
¿Por qué no hay más Restos Arqueológicos? Pues principalmente esa escasez de restos visibles de la mezquita original es triple. Por una parte la reutilización inmediata tras la conquista cristiana en 1118, en la que la mezquita fue consagrada como catedral cristiana el 4 de octubre de 1121. No fue demolida, pero si profundamente transformada.
La mezquita aljama de Saraqusta se encontraba exactamente en el lugar que hoy ocupa la Catedral de La Seo del Salvador. Los musulmanes no reutilizaron la antigua basílica cristiana visigoda que existía en ese lugar (algo que sí hicieron en otras ciudades como Córdoba), y en cambio, prefirieron demoler la basílica cristiana y construir una mezquita nueva, aprovechando el espacio libre de la antigua plaza del foro romano. Querían orientar el edificio correctamente hacia el sureste, hacia La Meca, algo que la antigua iglesia cristiana no permitía por su orientación este-oeste.
Las crónicas andalusíes mencionan que Hanash ibn 'Abd Allah as-Sana'aní fue enterrado en el cementerio de Bab-al-Qibla, junto a la actual iglesia de la Magdalena, y que… ”Su tumba era motivo de peregrinaje desde muchas partes del mundo islámico”. Esto confirmaría la extraordinaria veneración que los musulmanes tenían por el fundador de la primera mezquita de Al-Ándalus. xxxxx
Según las investigaciones del arquitecto y arabista Juan Antonio Souto Lasala, que ha estudiado exhaustivamente las fuentes escritas y los restos arqueológicos encontrados durante las obras de restauración de La Seo (desde 1980), la mezquita original habría tenido una estructura de cinco naves paralelas orientadas hacia el sureste (hacia La Meca), un sahn o patio de abluciones al norte (en lo que hoy es la plaza de La Seo), la entrada principal desde el sahn (igual que hoy) y un mihrab de mármol blanco (probablemente alabastro local) en el muro de la qibla. Un edificio de unos 35 por 45 metros de perímetro.
Tubo una primera ampliación en el año 856 (Época de los Banu Qasi) bajo el gobierno de Mûsà ibn Mûsà, en los que Saraqusta experimentó un notable crecimiento demográfico y económico. Se añadieron dos naves más por el lado sur, ampliando la mezquita hasta siete naves y se construyó un alminar de estilo puramente cordobés, inspirado en la arquitectura siria de donde era originaria la familia Omeya que gobernaba Al-Ándalus.
Durante las recientes obras de restauración de La Seo, se descubrió la huella de este alminar cerca del actual campanario, lo que corrobora las hipótesis sobre la planta de la primitiva mezquita. Hubo luego una segunda ampliación en el Siglo XI (Época de los Banu Hud) bajo el reinado del brillante rey-filósofo Ahmad I al-Muqtádir (1046-1081), en donde la ciudad alcanzó su máximo esplendor cultural y económico. En ese tiempo se realizó la última gran ampliación de la mezquita, y se construyó un mausoleo orientado hacia el sahn (este edificio todavía existe: es la actual Parroquieta de La Seo, un edificio octogonal que fue la capilla funeraria de los arzobispos). Se erigió un nuevo alminar, esta vez de arquitectura zagrí (local): una torre octogonal de ladrillo y yeso semejante a las de San Pablo o a las de Santa María de Tauste, San Andrés y Santa María en Calatayud
Gracias a las obras de restauración de La Seo bajo la dirección del arquitecto Ángel Peropadre (desde 1980), se han encontrado evidencias físicas de la mezquita, con muros de cimentación de época islámica, la huella del alminar del siglo IX cerca del campanario actual, restos de pavimentos de ladrillo y fragmentos de decoración en yeso y cerámica Sin embargo, como explica Juan Antonio Souto en su investigación, la realidad de este material es insuficiente.
Según az-Zuhrí, cuando se hizo la primera ampliación de la mezquita en el siglo IX, fue necesario demoler el muro meridional para añadir las dos nuevas naves. Sin embargo, el mihrab original era tan venerado (por haber sido construido por el tabí Hanash) que excavaron por debajo de él y lo levantaron sobre dos grandes vigas de madera bajo las cuales colocaron unas columnas tumbadas con el fin de trasladarlo de sitio. Es decir, trasladaron físicamente el mihrab sagrado sin destruirlo, demostrando la enorme veneración que le tenían.
¿Por qué no hay más Restos Arqueológicos? Pues principalmente esa escasez de restos visibles de la mezquita original es triple. Por una parte la reutilización inmediata tras la conquista cristiana en 1118, en la que la mezquita fue consagrada como catedral cristiana el 4 de octubre de 1121. No fue demolida, pero si profundamente transformada.
Luego, construcciones posteriores a lo largo de los siglos desvirtuaron lo que había quedado, se fueron añadiendo capillas, ampliaciones y reformas que cubrieron los restos islámicos. La Seo actual es una mezcla y suma arquitectónica con cinco siglos de construcción superpuesta. Los Sitios de Zaragoza (1808-1809) causaron graves daños a la ciudad, incluyendo a La Seo, lo que pudo destruir parte de los restos islámicos que aún permanecían visibles.

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