Zaragoza ha sido siempre una ciudad que aunque ha mirado de espaldas a sus ríos, siempre los ha tenido en consideración, en temor o en uso, según fechas y estaciones climáticas. Tenemos que recordarnos todos que por la ciudad pasan los ríos Ebro, Gállego y Huerva, todos muy importantes por diversos motivos y si hay duda con repasar las historias de Guerras y Sitios lo entenderemos bien.
Los ríos nos han estorbado pero nos han ayudado en la defensa de la ciudad, han sido vehículo y espacios de naturaleza en una zona especialmente árida.
No podemos olvidarnos tampoco del Canal Imperial, otra escena casi natural hoy, de agua domada que nos ha servido para dotar de economías mejores a parte de Aragón.
Este cartel de arriba nos muestra la importancia de poder pasar, cruzar el río Gállego desde el margen derecho al izquierda, para acudir a los campos o para pasar ganado. Y de eso surgen lo que llamamos VADOS que son lugares por donde es más sencillo cruzar un río, en este caso por estar más plano y con menos grosor de lámina de agua.
De esa necesidad y de ese lugar elegido, cuando en el Rabal o en el Barrio Jesús solo se vivía como muy lejos por los alrededores de la zona de la Estación del Norte, surge el Camino del Vado, la Travesía del Camino del Vado, posteriormente el barrio urbano de Vadorrey, manteniendo en la zona el nombre de Entrerríos.
Hoy ya tenemos puentes, no suficiente y eso es cierto, pero se siguen conservando los nombres en las zonas en las que históricamente los ríos eran zonas a las que dominar en periodos complejos.
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