El 23 de febrero de 1802 y de ello hace ya 219 años el Rey Carlos IV dio una orden al Ayuntamiento de Zaragoza por la que le concedía el gobierno económico, y la dirección total de un Teatro de Comedias en Zaragoza, siempre que fuera el propio Ayuntamiento de Zaragoza quien lo construyera en sus propios terrenos, y de esa forma el Teatro de Comedias pasaría a ser propiedad del Ayuntamiento a todos los efectos.
El Teatro de Comedias o Teatro Nuevo o Teatro Principal llevaba inaugurado y en funcionamiento desde el 25 de agosto de 1799 en su ya actual lugar, y la Orden Real simplemente venía a poner orden administrativa por decirlo de alguna forma, sobre quien era el propietario de algo que ya gestionaba el propio Ayuntamiento de Zaragoza.
Hasta el año 1853 no se llamó Teatro Principal y es el heredero del Teatro de Comedias destruido por un incendio el 12 de noviembre del año 1778 en el solar que ahora se levanta el Banco de España.
En el año 1848 el arquitecto municipal José Yarza y Miñana presentó al Consistorio unos planos de reforma en el interior y en la fachada, donde se planteaba colocar unas estatuas alegóricas a las artes escénicas.
Poco a poco el Teatro Principal se iba reformando creando salas de descanso en el año 1860, poniendo el agua corriente ese mismo año, hasta llegar al año 1891 en la que el también arquitecto municipal Ricardo Magdalena hizo la reforma más importante en aquel siglo XIX. Por ejemplo sustituir la armadura del escenario y la cubierta que era de madera, por una metálica realizado en el año 1916 por el arquitecto José de Yarza y Echenique hijo del anterior José Yarza y Miñana.
Hasta el año 1938 no se efectuaron nuevas reformas, y en ese año además de modificar algo a la fachada, se cambiaron todas las dependencias de su interior como los cuartos de los artistas, el vestíbulo además de crear un Salón de Té hoy restaurante donde se podían celebrar reuniones o pequeñas fiestas. La Sala del teatro se limpió, sobre todo sus pinturas originales, se cambió la tapicería y los sillones y se modificó toda la instalación eléctrica bajo las órdenes del arquitecto Joaquín Pallarés.
Y en aquel momento se diagnostico que era necesaria una restauración en profundidad del Telón del Teatro Principal, obra de Marcelino Unceta del año 1877 y que se llama "Templo de la Fama" .
La historia nos dice que este Telón se ha ido restaurando hasta en cinco ocasiones, siendo muy complicado su conservación pues está en una zona muy seca, y tiene que soportar el subir y bajar y el calor de los focos.
Aunque está forrado, es un problema sobre el que en algún momento se tendrá que tomar la decisión de sacarlo de su espacio original y conservarlo en condiciones idóneas. Sus 96 metros cuadrados de pintura de Marcelino Unceta es un lujo para la ciudad de Zaragoza.
Los espectadores no vemos su delicado estado que donde presenta más valor testimoniar y deterioro es por la zona trasera de la tela, lugar donde muchos actores han ido firmado y poniendo dedicatorias.
De sus 1.600 localidades con las que se inauguró el Teatro hoy se utilizan 834, pues se ha esponjado el espacio para dotarlo de mucha más comodidad a los espectadores.
En la imagen inferior podemos ver levemente el estado del Telón en su parte posterior, a través de una imagen que publicó Heraldo de Aragón.
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