21.4.19

Inventario de viviendas vacías en Huesca provincia

Hay nuevos núcleos rehabilitados en el medio rural, recuperados del abandono o de su expropiación sin interés social, que a todo el mundo le da gusto visitar.

Abundan en Huesca, aunque el más acertado e impactante para mí es el de Garrovillas, Cáceres. En mi provincia, Huesca, los pantanos y el IRYDA hicieron estragos geológico-culturales. Desde luego la semilla del pino verde enclenque eléctrico de repoblación, nadie se plantea recuperarla.

Los enclaves que en mis viajes más he disfrutado, he procurado ver cualquier iniciativa de esta naturaleza, no pasan por el modelo de Pedraza, Segovia, o Barrio Alto de Albarracín, que en la práctica se comportan como decorados con toda la vida de los verdaderos residentes fuera de su núcleo no protegido.

La que más valoro es la del famoso municipio vallisoletano de Urueña, lugar donde residen 11 libreros y se edita un periódico. ¿Para menos de 200 habitantes? Obvio que no, que el concepto es otro. 

Es el de no esperar que nadie te venga a redimir, aprovechando un ritmo de vida sosegado para generar nuevas iniciativas cuasi neo monásticas desde un profundo laicismo. Es un ritmo escaso, por tanto valioso, en el que se es competitivo.

En el Prepirineo oscense, en lugares sin presión inmobiliaria y sin Inspecciones Técnicas de Viviendas, vacíos demográficamente y formando parte de macro municipios como Aínsa-Sobrarbe, Sabiñánigo etc. nuevos pobladores o iniciativas sociales han posibilitado desde los 90 la rehabilitación de Gerbe, de Morillo de Tou, de Montañana de Ribagorza, han insuflado un poco de vida en Botaya, en Villalangua, en Mipanas o la Guarguera

A veces son iniciativas de ocupación sostenible de habitantes urbanos que al final reivindican que a sus hijos les transporten taxis diesel hasta el colegio más próximo, en ocasiones a 30 kilómetros o más. Claro que las comarcas son necesarias… Para estos apóstoles de la ironía inversa…

Miguel Gracia, presidente de la Diputación oscense pero con mayor querencia a su condición de Alcalde histórico de Arén, lidera la confección de este simpar y novedoso inventario provincial de viviendas vacías.

Como ejemplo, se pone el primero pero sin mencionar su gestión de varios lustros. Afirma que es un obstáculo que un 80% de las viviendas de su propio municipio estén sin ocupar y se necesiten para presuntos nuevos moradores (gente que pregunta), para personas que ya no pueden sostener la presión de la escalada de precios de los alquileres en las metrópolis (y que no se enteran que los puestos de trabajo en lo vaciado se adjudican más por amperios y julios que en la propia selección de personal de Prini-Guissona).

Agrupará dicho inventario a las de titularidad municipal y las, se conoce, poco ocupadas estacionalmente. No sabemos exactamente cuáles serán los criterios de inclusión o qué se propone para liberarlas: ¿doblar el IBI a las que presenten una ocupación inferior a cuál?

Me recuerda a cuando el alcalde socialista de mi pueblo me preguntó si mi familia alquilaría nuestra casa de siglos –sabiendo que mis tíos van cada fin de semana o es que tuvo una aparición- en ese Ayuntamiento entonces, y anteriormente más, compuesto por pluripropietarios que no ponen en alquiler sus propias multipropiedades. La cosa es que no sé por qué querían empezar conmigo y similares.

Demonizando al veraneante que podría ser su principal embajador, son propuestas lanzadas por los mismos que no abordan dictar órdenes de ejecución hasta que un corral o vivienda se cae encima de un coche y la compañía del seguro del Ayuntamiento se llama andana.

Los mismos, o sucesores convenientemente desmemoriados (si no, no llegarían) que han pagado millonarios instrumentos urbanísticos, suponemos ad maiorem gloria de financiación de determinados despachos, y que han generado suelos urbanizables que han abandonado por desgarro los cascos históricos de Campo, Fiscal, Castejón de Sos, la citada Albarracín e incluso Berdún… cuyos habitantes permanentes llevan una vida absolutamente urbana, puesto que viven diseminados para mal, sin necesidad alguna de convivir por obligación.

Es una opción legítima, por supuesto, pero también ha sido una política reclasificatoria evidente –y hablamos de núcleos no muy grandes-, así como una solución para cuadrar herencias con corrales, eras y huertos donde edificar.

Esos municipios que nunca quieren practicar la disciplina urbanística contra un familiar o votante, presente o presunto, son los que van a hacer ese censo con dos cojones y un palo. Esos donde los principales ejemplos de conservación son liderados por europeos del norte o franceses, que respetando la edificación tradicional dejan la casa “cutre”.

Porque donde se ha repoblado y urbanizado bien es donde todo estaba perdido y no se podían aplicar agravios comparativos a babor y a favor. Estos son los mismos propietarios que hace 10 años suspiraban porque un campo de golf cayera en su pueblo.

La teoría del homo pirenaicus jardinero y fabricante de mermelada, que no todos podían ser, Marcel.lì…

10.04 Luis Iribarren

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