23.12.23

Cristo de Goya o Cristo del Ebro de Zaragoza


Ya tenía una tía carnal, que cuando de pequeño me llevaba de paseo por Zaragoza, en los años finales de los 50 y principios de los 60, siempre terminábamos en El Pilar y en concreto en este Cristo que ahora se llama "de Goya" no sé si con mucho fundamento.

No es el más visitado ahora, pasa bastante desapercibido excepto para los fieles de muchos años, y si me llevaba mi tía Carmen era porque decía que era un Cristo de Huesca, y nuestra familia materna viene de allí. 

No he encontrado ahora más datos de esta posible tradición, pues el famoso Cristo de Huesca no se parece en nada a este.

Este que comentamos es una talla barroca que no está mirando como habitualmente lo hacen la mayoría de los Cristos, hacia el suelo, ladeando la cabeza, como ya fallecidos o muy cansados. 

Este Cristo mira hacia arriba, como buscando el Cielo, como queriendo hablar con Dios, representando posiblemente el inicio de su agonía.

Dice una leyenda de estas curiosas como poco, que un zaragozano pobre se acercó a pedirle milagros y favores y le besó en la mejilla a este Cristo. Había otro zaragozano y rico en ese momento paseando por la Basílica y pensó que sería bueno besarle también para pedirle favores, y para ello sacó un pañuelo de seda de su bolsillo para limpiar las huellas del beso del hombre pobre. 

En ese momento, asqueado por el gesto del Rico, el Cristo apartó la cara yacente (en aquel momento) y la levantó de forma altiva para evitar el beso del que tenía ascos el rico del zaragozano pobre. 

Y así dicen quedó para la posteridad la mirada del Cristo de Zaragoza al que se llama "de Goya".

Otras leyendas hablan de que este Cristo está mirando hacia las pinturas de Goya (Regyna Martyrum), como señalando hacia dónde deben mirar los fieles pues en ella está representada su Madre. No sé, imaginarse a Cristo haciendo de Guía turístico es mucha tela.

Hay una última teoría que nos habla de que este Cristo está mirando al Ebro, observando la bravura del río, sus avenidas extraordinarias, para avisar y proteger a la ciudad de los destrozos de aguas que llegan sin avisar con antelación.

Hoy es una figura que pasa como decía bastante desapercibida en Zaragoza, hermosa y valiosa, y como muestra os dejo una presentación conjunta que se hizo hace ya varias décadas de este Cristo junto al muy famoso Cristo de la Cama de Zaragoza.



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