Cuando en las ciudades se hacen inversiones urbanas buscando la calidad y los servicios, hay que tener en cuenta qué uso se les va a dar, y en qué condiciones van a estar colocadas. Este espacio dentro del proyecto “Esto no es un solar” y colocado enfrente del edificio de CUBIT en Zaragoza Activa, además de simpático tiene un uso válido para las persona que desde dentro del edificio desean salir a fumar, a tomarse un refrigerio o simplemente a charlar. El uso está bien definido y aunque no fue una gran inversión, el diseño era moderno y agradable.
Pero los técnicos que lo plantearon no lo diseñaron bien. Por sentido común, se tuvieron que olvidar de lo que habían estudiado en la Universidad.
No es posible, no es de recibo, que se planteen unos asientos y unas mesas al aire libre, al sol y la lluvia, y mientras los asientos forrados de césped artificial son de cemento y soportan bien el paso del tiempo, las mesas están realizadas de paneles de madera sobre los que se han pegado las piezas del césped.
Con muy pocos años, esta madera se ha ido levantando, se está pudriendo, creando unos espacios inservibles. Necesitan una urgente reparación, o más bien una adecuación a la lógica de estar al aire libre.
No siempre los políticos tienen la culpa de los malos resultados urbanos, pues son los técnicos los que diseñan y plantean el tipo de actuaciones, donde deben tener en cuenta el uso que se da a cada elemento.
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