Zaragoza no tiene un barrio como La Défense de París, ni como Manhattan en New York por poner dos ejemplo conocidos, pero tenemos edificios que bien valen una visita del forastero, aunque por desgracia para el urbanismo de moda, no estén unidos por un hilo conductos, por la cercanía, por el uso. Tenemos un gran número de hermosos edificios contemporáneos, modernos, espléndidos, capaces de sorprender al turista, pero no se pueden ver en una mañana paseando, pues cada uno está casi en una punta distinta de Zaragoza.
Este verde casi azul cían inunda la mirada al acercarse uno, si entras en el te das cuenta que fue un acierto urbano y cultural. No siempre bien visitado por los aragoneses, no siempre puesto en valor como se debe. pero es que nos tenemos que entender nosotros mismos, para podernos comprender un poco. Solo un poco. Es una de las pieles zaragozanas más conocidas y bellas.
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