Los edificios de muerte, poco a poco se han ido quedando en la Zaragoza escondida en edificios de vida, de Arte, de cultura. En eso sí, hemos salido ganando. Pocos saben ya que hay una escuela que estuvo lleno de muertos y hoy los niños pequeños corretean por su interior. Este mural está en la zona en donde las ovejas esperaban entrar a su carnicería de mercadillo. Son cosas que van sucediendo en todas las sociedades, la vida se apodera de la muerte, hasta que la muerte se apodera de la vida. Y mucho cuidado con el brujo del mural, que nos mira con el ojo trasero, ese que no todos tenemos bien abierto.
La imagen es de nuestro "mirador oficial", Luis Iribarren
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