Que si las letras de Más Birras no pudieron estar sino escritas por un poeta y se parecen tanto a las que después proliferan en los trabajos de Gabriel Sopeña que saben demasiado a él, pero convenía que se registraran firmadas por Mauri, al menos coautor de este cofre de este tesoro de quien sea de los dos por tarantas de Carver:
Estuve soñando toda la noche algo que no quisiera recordar:
era el tren de medianoche, que al marchar, se lleva a mi chica a la ciudad.
Aragón, tierra de despedidas, de cierres de pueblos tras las ferias de septiembre.
Aunque Aragón sea rico por sus extremos, por centrípeto y no centrífugo. Zaragoza tiene poca capacidad de atracción como motor, nadie ha visto a un burgués o comerciante zaragozano interesado por invertir en Zaidín o Aguaviva.
A los expulsados de la administración aragonesa por impotencia no les ha ido mal. Tarazona y Ejea gozando de ir a Tudela al hospital como a comprar maquinaria y feed back, el oriente oscense de que sus hijos estudien en la privada de Lleida, todo Calatayud yendo a exposiciones a Madrid porque es parada de AVE, y si la medicina turolense pública no da, bajaremos a mover el limonero a la de Castellón.
Cataluña se despide por su Occidente que todavía no muga con el Cinca con la finca Raimat. Ordenada, se compone de unas colinas calcáreas que dan relieve al terreno con castillo a lo California, hilos de vides orientadas al cierzo secativo y un campo de golf. Desde el último altozano de la entrada de Almacelles, se vislumbra toda La Litera verde, rematada por la Sierra de San Quílez de Binéfar.
Lugar donde serenarse en el verde marzo y echarse al coleto una copa del Clamor o una del excelente vino de pago de Valonga con unas nueces de la finca.
El campo cambia incluso en La Litera a menos ordenado, aparecen fincas aprovechadas en círculo –muy bellas desde dron- que huelen a fondos de inversión, la población merma aun con el nuevo matadero de Binéfar que ha elevado a casi un 25% su población inmigrada, laboratorio sociológico que no puede salir mal. Invertir en regadíos hoy, ya no lo es en medieros o colonos para repartirse tablas de 11 hectáreas que hubo que nivelar y ganar a la sal.
Venimos del este, de la potencia que le dan los seis millones de habitantes de Barcelona como mercado al Segrià y Pla de Urgell. El área de influencia de Lleida, considerando Huesca oriental, la convierten en una ciudad con un hinterland de 250.000 habitantes, bastante más población que la de Logroño, mientras que Zaragoza termina en los 800.000 habitantes de su corona y Huesca no pasa de 50.000 almas, a veces blancas, a menudo negras aun hoy desteñidas. Y lucharemos para que al socialista Galdós no le den el Nóbel de Literatura.
Lleida como segunda ciudad de Catalunya, si quitamos a Hospitalet o Badalona del cómputo, nunca ha parecido lo que es. Menos a los aragoneses que circundamos y nunca visitamos esta ciudad medieval de lineros, curtidores y payeses.
Lo que es hoy nos lo perdemos pero lo reflejan su importante universidad pública especializada en agroalimentación; un aeropuerto apellidado “Pirineos” al servicio de Baqueira, el país andorrano y el románico de Boí; las riberas del Segre perfectamente restauradas con paseos y sotos comparables a los de ciudad Belloch en Zaragoza y, especialmente, la excelente restauración y reurbanización del tozal en que se erige una catedral amalgama del románico, gótico y con un claustro tan sobresaliente, que nos dedicamos a no visitarlo. Eso que se llama “La Seu”, denominación que por aragonesa nos es tan bien conocida.
Su hospital principal, referencia de la Franja, se está especializando en operar con robots y tecnología, la comarca que capitaliza –Segrià- se vende en China como destino floral y en el alto Urgell, la casa de Escohotado ha sido convertida por sus nuevos adquirentes en cine con capacidad para once personas, que programan ellos y para que la comunidad se junte cada domingo haciendo café, película y tertulia.
Vemos que pasa algo más que dos metros y medio de nieve, retenciones en Ipiés, vino en el Somontano pero sin noticias de Monzón y Fraga.
Una de las regiones referencia agroalimentarias europeas en su periódico principal, el Segre, alerta sobre la falta de profesionales en hostelería, metal relacionado con agricultura, mecánicos y matriceros. Su patronal está presionando a la Generalitat para que, con los medios que ya sabéis, estos de la venta de los siete votos, Aragón parezca cada vez más outro lugar, outro país –como cantaban Settima Legiao en referencia a la Portugal onírica del rey Sebastián, la que nunca fue-.
No dejemos que una Huesca sin proyecto se conciba como capital del no Pirineo que nunca fue, con una no universidad sertoriana ni pegada a las necesidades pirenaicas 2.0 y no como Logroño y Lleida –en las que desde el estado de sus autonomías hay vida, porque se quedan sus jóvenes a estudiar-, con esas ferias pendientes para la ciudad del paso de la Via Lata hacia Beneharnum, el tercero en importancia de civilización romana tras la Vía Augusta mediterránea y la marítima entre Coruña y Burdingala.
Repensemos Huesca entre todos como lo hizo Siurana en los ochenta con Lleida y hoy florece de vida. Salmerón, Duran Lleida, Josep Borrell y tantos otros, influyeron en que Costa o los Costa hoy políticos y empresarios de Fraga, los mecenas de los equipos deportivos aragoneses, tengan altura organizativa y amplitud de miras. De Joaquín Costa a los dinámicos del Grupo Costa, del pienso luego existo a las fábricas de pienso como principio de todo debidas al regadío del Canal de Aragón y Catalunya.
Antes, sed, aljubs y sies. Si queréis entender cómo fueron Binéfar o Balaguer, tenéis que visitar los secanos de la Serreta Negra.
Lo que describe la película “Alcarràs”, esa destrucción de la vida familiar cotidiana del universo agrario, el enorme impacto del desarrollo industrial y el 25% de inmigración en las sociedades del regadío de melocotón, no debe empañar que Aragón sigue teniendo la suerte de la pujanza e inquietud permanentes de nuestra Terra Oberta, que es diu Terra Ferma para regular o mal.
Está al este del Moncayo, pero donde se termina el desierto para correr… Todavía es Aragón. Y en la avenida principal de Fraga, que es diu así, un edificio de los 70 pintado en cuatribarrado y con un mural de cerámica de Muel de la Virgen del Pilar, patrona de Fraga, la del día de las dones de faldetes y echar jotas en fragatí, en catalán, que más dará…
Cronista desplazado como reportero allende las fronteras de Candasnos…
03.03 Luis Iribarren
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