En esa Zaragoza a veces casi desconocida, un poco escondida, tenemos esta torre que es casi emblema de la ciudad por su diseño y su posición urbana. pero está viejita, enferma, algo rota y necesitaría una reforma bien hecha, una restauración que pudiera darle el brillo que se merece, la torre y el lugar que ocupa.
No es fácil, pero los andamios se inventaron para estos menesteres. No es barato, pero el propietario tiene posibles e imposibles, así que tampoco es muy complicado conseguirlo. Es un edificio privado, así que alguien debe entender que Zaragoza merece la pena estar bien cuidada. No ofrece peligro, pero merece respeto pues forma parte de nuestra historia zaragozana.
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