Los grandes centros comerciales que se encuentran fuera de los cascos urbanos de las grandes ciudades tienen serias dificultades en todo el primer mundo consumista. Las modas también afectan y en este caso negativamente, a las grandes inversiones de Hipermercados o Centros Comerciales que se han quedado obsoletos en pocos años. Quien nos lo haya podido amortizar o quien esté soportando una competencia feroz, cercana y diferente, lo tiene complicado.
Y algo parecido le ha sucedido a Plaza en Zaragoza, anteriormente un espacio comercial con enormes atascos en la entrada, que lleva unos años dando bandazos que no facilitan su puesta en el sitio comercial que buscaba.
Ahora han presentado y logrado aprobar un proyecto para convertir Plaza Imperial en un gran Outlet, anticipándose al que quiere instalarse en los terrenos de la antigua fábrica de Pikolín. Otra pelea de complicado análisis y final.
Los 56.000 metros cuadrados de la nueva reforma comercial serán una oferta amplia de un servicio comercial que ha funcionado muy bien en algunas grandes ciudades, atrayendo a compradores de los entornos más próximos, que será complejo de encajar si son dos enormes espacios los que se abren en pocos meses. Pero la libertad comercial tiene sus riesgos.
Perdemos Plaza Imperial para ganar The Street, en espera de que esta inversión sirva para dar nueva vida a lo que en un principio iba a ser un espacio comercial incluso con tren propio para comunicarse entre sus diversos apartados. Estaremos atentos, pues es previsible que abra antes de las próximas navidades.
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