Durante los largos años del franquismo, en la celebración de las fiestas del Pilar primaba el aspecto religioso combinado con actos realmente casposos y elitistas, como la Cena Oficial de Gala en el interior del Palacio de la Lonja, donde la alta sociedad local agasajaba a la Reina de las Fiestas, normalmente la hija de un concejal o de un acaudalado industrial zaragozano. Las fiestas eran para unos pocos y los barrios no conocían más que bajar al centro de Zaragoza a ver aquellos actos donde se aplaudía a una élite social, alejada de la realidad.
En octubre de 1978 las pretensiones fueron mucho más ambiciosas y se creó una Comisión pro-Festejos Populares, que agrupó a toda la izquierda social, junto al mundo de la cultura y una amplísima variedad de organizaciones populares y sociales. Se preparó un programa de fiestas alternativo al oficial, donde se primaba la participación popular, la presencia de los barrios y el jolgorio: pregón, verbenas, charangas, peñas, etc. En ese momento, las Fiestas del Pilar cambiaron para siempre y ese espíritu se trasmitirá enseguida a las Fiestas del Pilar ya organizadas por la izquierda desde el Ayuntamiento en el año 1979.
Arriba dejamos la pegatina editada por la Comisión pro-Festejos Populares, obra del Colectivo Plástico de Zaragoza. Hay también una imagen de aquella manifestación de 1977 y los carteles de Fiestas de los años 1977 y 1978. El inicio de un cambio de fiestas populares, que 40 años después siguen estando vigente y funcionando.
Nota.: La imagen de la pegatina pertenece al Archivo Tiempos de Lucha y Esperanza y en el texto ha colaborado Manuel Gálvez. La imagen de la manifestación es de ZGZ Rebelde.
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