Páginas

31.3.24

Monasterio de Santa Engracia y su Claustro Mayor


Es complicado valorar la importancia que para la ciudad de Zaragoza tuvo el Monasterio de Santa Engracia, y el tremendo daño que supuso para la ciudad su destrucción, primero por los ataques de los franceses en los Sitios, y después por no ser capaces entre todos de intentar conservar mucho más que la portada de la iglesia. 

Es cierto que las explosiones destrozaron parte del Monasterio, pero era tal su belleza que se debería haber ayudado desde fuera de Zaragoza a su reconstrucción.

En estas imágenes podemos ver el exterior del Monasterio de Santa Engracia y el interior del Claustro Mayor llamado de Tudelilla. Estos dibujos muestran su tamaño y su belleza.

Se sabe que en el siglo VII ya existía, e incluso se cree que en el mismo lugar ya se fundó un pequeño monasterio por las indicaciones de San Paulino en el año 392, cuando vino en peregrinación a Zaragoza. 

Durante los siglos de dominación árabe en Zaragoza, recogía a los cristianos que quedaban en Zaragoza dándoles asilo si lo necesitaban, junto a la iglesia de Santa María la Mayor y del Pilar que era el otro centro cristiano que se consintió. 

Hay que tener en cuenta que este Monasterio y Parroquia de San Engracia y Santas Masas, perteneció a la diócesis de Huesca durante cuatro siglos aunque estuviera en Zaragoza ciudad. 

Todo era esplendor en este gran edificio hasta que la noche del 13 all 14 de agosto de 1808, los franceses al levantar el Primer Sitio de Zaragoza lo explosionaron como respuesta a no haber podido doblegar a los zaragozanos.




Atanasio, primer obispo de Zaragoza


Dicen las historias viejas no confirmadas que Atanasio fue el primer Obispo que tuvo la hoy llamada Zaragoza en donde estivo 20 años, desde el 39 a 59 en que fue martirizado cera de su ciudad por tropas de Nerón que habían venido en su búsqueda. 

Su cuerpo está enterrado en Santiago de Compostela junto a su maestro Santiago el Mayor y se cree que era de origen gallego.

Atanasio Obispo de Zaragoza no fue el que se le conoce como San Atanasio de Alejandría que nació dos siglos después. El Atanasio de Zaragoza y discípulo de Santiago es que el según dice la tradición trajo desde palestina el cuerpo de Santiago hasta Galicia en compañía de Teodoro, y ambos figuran en la fachada Este de la catedral de Santiago, en la llamada Puerta Santa y los tres vestidos de peregrinos.

Joaquín Costa, maestro de maestros en un cartel de Acín

Os voy a dejar este cartel, un dibujo de Ramón Acín del año 1925. Tenía pues el artista aragonés 37 años cuando lo realizó y sin duda era un admirador de Joaquín Costa como intelectuales aragoneses que eran ambos.

En este siglo XXI no estamos valorando nada la figura de Costa, con sus luces y sombras como debe tener todo gran personaje histórico, pero que sin duda marcó una época en el Aragón que necesitaba crecer, ser, formarse. Un enorme defensor de la educación pública, también como Acín.

El lema del dibujo es contundente:

Joaquín Costa: Cantera inagotable de enseñanzas y remedios para la Patria

Morir con 65 años como Costa es una lástima para todo un Aragón tan necesitado de grandes pensadores. Pero también es un gran duda, pues dejó su trabajo inacabado, y su definición ideológica siempre ha sido compleja de entender.

Fue promotor entusiasta del movimiento intelectual “regeneracionista”, un grupo de intelectuales y políticos que propugnaban el fin del caciquismo y para acabar con él proponían luchar contra la corrupción, fomentar la escuela y la cultura pública, reducir la pobreza y europeizar a los ciudadanos. 

Este pensamiento es sin duda sencillo de comprender, pero la totalidad de su pensamiento no tanto pues sus críticas al sistema político le dejan siempre con dudas.

Un intelectual que critica con vehemencia el conformismo de la sociedad, la corrupción de los políticos, la pasividad de los ciudadanos, y que apoye con decisión un estado laico, una educación mejor repartida, una reforma agraria brutal para que los campesinos puedan controlar su propio trabajo, y que a la vez diga que antes que libertad es necesario trabajo y educación, cuando menos, resultó en el siglo XIX un personaje revolucionario. ¿Y en el siglo XXI?

Julio Puente

Reforma de la Plaza San Miguel de Zaragoza


Que el Ayuntamiento de Zaragoza tenga los arrestos suficientes para reformar de verdad la Plaza de San Miguel y sus alrededores es de agradecer, es de Premio al atrevimiento y es un reto complicado, sobre todo porque no es nada sencillo hacerlo y es más fácil equivocarse que acertar.

Pero lo cierto es que sin ninguna duda es muy necesario. La entrada a la zona histórica de Zaragoza debe actualizarse, debe respetar la Zaragoza histórica y sobre todo debe poner en valor al peatón y restar coches a esta zona de Zaragoza que necesita algo más de calma.

El principal problema en esta reforma son los autobuses urbanos y lo sabemos todos. hay un exceso de líneas pero todas ellas muy imprescindibles. No es nada sencillo convertir toda la Plaza San Miguel y la entrada al Coso en un espacio peatonal y aunque se decida no caer en esa necesidad a largo plazo, lo es también restar autobuses urbanos.

Es cierto que el Paseo de la Mina y calle Asalto son las zonas que tendrán que absorber gran parte de ese tráfico. Eso supondrá previsiblemente tener que actuar también en la rotonda entre el puente del río Huerva y la propia Plaza de San Miguel.

No puede ser la Plaza San Miguel un gran intercambiador de autobuses, pero podría serlo la rotonda que comentamos, si la sabemos diseñar bien. Y dejar mucho más espacio peatonal tanto a la iglesia de San Miguel de los Navarros, como a la entrada a la calle San Miguel. 

El Ayuntamiento de Zaragoza está analizando la reforma de todo el Coso y Coso Bajo, algo también imprescindible. El ejemplo lo podríamos tener en el Coso de Huesca, pero también lo tendríamos en Valencia sin seguir analizando más ciudades como Pontevedra. 

Pero como se advierte, en el subsuelo de toda esta zona de Zaragoza, además de suministros ya muy viejos y que hay que cambiar, posiblemente nos encontremos con restos arqueológicos de la historia de Zaragoza. Y todo eso hay que cuidarlo y mucho.

Zaragoza necesita reformar algunas zonas simplemente para plantearse el siglo XXI desde otra óptica urbana en línea con lo que se está realizando en decenas de ciudades europeas. Es inevitable y por ello hay que reflexionar muy bien el resultado final de todas estas líneas de autobuses urbanos. El tráfico de coches particulares tiene mejores soluciones. 

30.3.24

Historias viejas dela Torre Nueva de Zaragoza


El 22 de agosto del año 1504, los jurados municipales de Zaragoza (los concejales y su alcalde) decidieron construir una torre de reloj (civil y no adscrita a ninguna iglesia) que sirviera para anunciar la hora a todos los habitantes de Zaragoza, y tras pasarle el proyecto al Rey Fernando el Católico, se decidió pagarla con el producto que se sacara de las sisas públicas. 

Las sisas eran un impuesto municipal sobre la venta, elaboración e intercambio de comestibles al por menor, en especial sobre el vino, la carne, sal y el pan. Este impuesto era una regalía real y por tanto debía ser concedido por el Rey con motivo de una necesidad concreta.

En realidad estas fechas que comento arriba, figuran en algunos documentos y están en la actualidad muy en entredicho, por el tipo de construcción de aquella famosa Torre Nueva. Pero sigamos y luego intentaremos aclarar algo este asunto.

Se le encargó aquella obra al arquitecto Gabriel Gombao quien contrató de ayudantes a Juan de Sariñena que ya era cristiano, a Inci de Galí que era hebreo y a Ezmel Balladaz, Ismael Allabar y al Maestre Monferriz que eran moros según consta. 

Precisamente esa unión de estilos religiosos y artístico se buscó para que la obra tuviera lo mejor de cada uno de ellos. Una torre mudejar muy bella con un gran reloj en blanco para que se viera desde mucha distancia de la ciudad.

Pero lo curioso es que (según dicen) en su construcción final se olvidaron de poner el reloj para lo que se había destinado su construcción. Era ya una señal clara de que aquella torre nacía con el paso cambiado. Al final se le añadió de forma postiza el reloj, tabicando una de las ventanas. ¿Puede ser el olvido cierto o realmente sucedió otra cosa?

Es mucho más posible que aquella primitiva Torre Nueva se construyera por los árabes antes de la conquista de Sarakusta o Saragosta por Alfonso I el Batallador. Y que el reloj fuera un añadido de varios siglos posteriores, y la fecha de 1504 se pudiera referir a alguna gran reforma. De momento no lo sabemos.


El motivo de la construcción de esta torre, si se hizo a finales del siglo XI o a principios del siglo XII, no está clara. Pero lo cierto es que a diferencia de otros inmuebles de la zona, aquella Torre Nueva tenía una especie de sótano de unos 2,5 metros de profundidad, algo ilógico comparado con edificios de la zona pues no tenía sentido práctico, excepto que si la torre se construyó en esos siglos y no en el XV, el nivel del suelo de la zona fuera más bajo. 

Incluso hay que pensar que aquella zona en donde vivían muchos zaragozanos árabes, se quedó casi vacía con la conquista de la ciudad por los cristianos en el año 1118, lo que debió suponer un abandono de la zona, y cuando con posterioridad se volvió a urbanizar a finales del siglo XII, nació la que llamaron calle Torrenueva, no sabemos si en honor a la Torre o al revés.

Sigamos con algunos datos. El remate final de la Torre Nueva se añadió en el año 1749 con un triple chapitel de pizarras que se eliminó en el año 1878 como primera decisión de miedo ante la posible caída de la torre por la inclinación.

La obra de construcción de 1504 duró 15 meses (algo que parece imposible en aquellos años, sobre todo si lo comparamos con torres similares de otras ciudades de España en aquellos años), pero las planificaciones de edificios posteriores en la zona, lograron la primera imbecilidad de diseño urbano, y se quedó la torre reloj de la Torre Nueva es una esquina de la plaza, casi pegada a los nuevos edificios, junto al Torreón de Fortea, pero con una extensa plaza vacía junto a ella, cuando lo lógico hubiera sido edificar la Torre Nueva en medio de una plaza si realmente se edificó a la vez que edificios de ese siglo XV y XVI.

Era una torre con una base de planta estrellada de 16 puntas, se asentaba luego un cuerpo octogonal sobre esa base, toda ella hecha de ladrillo, y con 45 pies de diámetro y con un muro muy grueso y en su interior se construyó una escalera para que se pudiera subir sus 312 pies de altura.

Por los (posibles) movimientos de tierra de la zona (o por errores en los cálculos de la construcción), los primeros 10 pies de altura quedaron perfectamente verticales, y desde esa altura hasta los 210 pies siguientes la torre se inclinó hasta alcanzar un 3% de inclinación total, que en realidad eran 4,5 pies en su zona inclinada. Dicen también que el arquitecto la hizo así tras observar el movimiento de la zona, pues la vertical desde su centro de gravedad caía dentro del círculo de la base. Lo cierto es que la inclinación hacia el Sur se detectó enseguida pero nunca aumentó.

Dicen que aquella obra con campanas incluidas había salido por un coste total de 4.668 libras jaquesas más 10 sueldos 
(una libra jaquesa equivalía a 20 sueldos o 320 dineros, y un sueldo era lo que cobraba un trabajador manual al día, un jornalero). Es como si estuviéramos calculando un coste de unos 4,2 millones de euros actuales.

En el año 1892 el propio Ayuntamiento de Zaragoza decidió demolerla por la inclinación y el poco cuidado que se le dedicaba. 

Un año después, ya en el verano de 1893, Zaragoza se quedó sin uno más de sus emblemas o iconos, una Torre Vigía desde la que se observaban los movimientos de las tropas francesas durante los dos Sitios de Zaragoza y la dirección de sus bombardeos, y aunque encontró grandes defensores para mantenerla, no fue posible convencer al Ayuntamiento de entonces.




Este dibujo es una sección de la Torre Nueva realizado por el arquitecto municipal del Ayuntamiento de Zaragoza José de Yarza en 1858, para intentar salvar la torre de su derribo.

El zaragozano Khelph ben Khelph o Jelf ben Jelf


El zaragozano Jelf ben Jelf, transcrito también como Khelph ben Khelph (Alansarita) fue uno de esos zaragozanos (que por millones hemos ido poblando esta ciudad, nacidos en Zaragoza) del que ya casi nadie se acuerda de él, como es lógico por su cultura, religión y por los muchos años pasados desde su muerte.

Khelph ben Khelph nació en Zaragoza en el año cristiano de 1042 (434 de la Hégira) y aquí, en Zaragoza, tuvo como maestro de la lengua árabe y de humanismo a Abu Abdalla ben Maimum Alhoasim, y como maestro religioso a Abu Abdalla ben Alkana Algiani, ambos célebres profesores en esa época zaragozana.

En el año 1120 y ya dolorido por la conquista de su ciudad por los cristianos y de alguna manera mal tratado en la misma aun siendo un ciudadano importante, decidió irse a Valencia a seguir trabajando como consejero de magistratura, como escritor, poeta o jurista, tras sus muchos años de Zaragoza como Consejero del Tribunal Supremo de Justicia.

Dicen que murió ya muy mayor (entre los años 1126 y 1134), que parece ser ya había vuelto a su ciudad Saraqusta o Sarakusta o Saragosta, y que aquí fue enterrado cerca de la Puerta de Toledo junto a la zona del Mercado Central de la actual Zaragoza, camino de su apreciada Aljafería. En sus muchos años de trabajo en Justicia era el más apreciado para sentenciar en juicios complejos. Escribió varios libros.

¿Cómo se diseñó el trazado de la ciudad de Zaragoza?


Dicen los viejos que ya no están entre nosotros, que esta que relato a continuación era la manera de trazar el dibujo o diseño de una gran ciudad nueva sobre el espacio geográfico en el que se deseaba levantar de forma fija un asentamiento urbano en la época de los romanos. 

En realidad y por lo que sabemos no se eligió sin haber estudiado bien su emplazamiento, a orilla del río Ebro, cerca de la desembocadura del río Huerva pero algo alejado de esa zona por las riadas de este río irregular, y en la orilla derecha del Ebro, sobre una zona algo más elevada que el cauce, para evitar riadas que sí inundaban su margen izquierda.

Además esta zona ya había sido elegida antes por los íberos para montar su pequeña ciudad Salduba, en lo que hoy conocemos como la zona del Boterón, la trasera de la Seo hasta la Magdalena.

En la imagen de la trasera de la iglesia de San Nicolas, que vemos arriba, sola la parte de la muralla más baja es romana.

 Veamos a continuación qué nos dicen sobre la manera de diseñar una gran ciudad.

-------------

Así que los primeros rayos del Sol iluminaron la estancia al aire libre ocupada por los militares romanos, se oyó el sonido de los clarines al que siguió un profundo silencio.

A un lado los soldados formaban un espacioso cuadro, al otro se veía una preciosa tienda de campaña en cuyo remate campeaba el águila imperial de la que salió el gran César, rebosando majestad y fascinando la vista con los destellos que enviaba su real armadura y muy próxima a la tienda el área del sacrificio.

En ese momento, dos ovejas cayeron heridas bajo el filo del hacha de los victimarios y sacrificadores, y un momento después les eran extraídas las entrañas que colocaban en argentadas fuentes y fueron entregadas a los arúspices los que las depositaron en la pira.

Un sacerdote presentó al emperador un pequeño cofre de sándalo con incrustaciones de plata del que sacando aromáticos polvos los hechos sobre las víctimas brotando un fuego lento que las consumió.

Dos criados con túnicas de brocado llevaron del diestro a dos bueyes ricamente enjaezados los que, uncidos a un precioso arado de ébano con el dental de plata, y a la señal del César Augusto comenzaron a marchar lentamente con el arado para marcar en la tierra un trazado, al propio tiempo que según refieren resonó en los aires un grito unánime de ¡¡Viva el Emperador!!

El surco siguió la corriente del río, primero hacia el oriente, volviendo a la derecha cuando los bueyes decidieron, subió por una colina en cuyo pico se colocó un estandarte y giró después al poniente, siguió avanzando y tornaron cuando quisieron hacia al norte hasta encontrarse otra vez con el río y buscando luego al punto de partida.

El trayecto marcado en la tierra figuraba una sandalia y en él se dejó marcados cuatro puntos, señal donde habían de colocarse las cuatro puertas de la ciudad. Además de las cuatro puertas se abrían tres postigos, uno llamado el Nuevo junto a San Felipe, otro inmediato cerca del que siglos después fue la judería y el tercero junto al que sería el cementerio del Pilar.

Poco tiempo después viese la ciudad cesaraugustana cercada por una inmensa mole de piedra artísticamente labrada, una muralla y un monumento militar con que los romanos solían conmemorar sus victorias.

El muro partiendo desde el castillo de don Teobaldo comprendía el templo de nuestra señora del Pilar por la parte en que se halla la Santa Capilla y la de San Agustín, seguía por el famoso Torreón de la Zuda, la zona del mercado, calle Cerdán, el foso luego llamado Coso, hasta otra vez volver al dicho castillo de don Teobaldo, y no paró en esto la gran obra de Augusto sino que una vez fue elevada e edificada a colonia inmune, la pobló con parte de los veteranos de las Legiones cuarta, sexta y décima.

Aquellas primeras cuatro puertas que mandó levantar el emperador Augusto en la muralla de Zaragoza son las conocidas como “La puerta del Ángel” al Norte, la de “Cineja o Cinegio” al Sur, la de “Puerta de Toledo” a Poniendo u Oeste, y la de “Puerta de Valencia” al Levante o Este.

San Nicolás de Bari y el Monasterio del Santo Sepulcro en Zaragoza


El Monasterio de la Resurrección del Santo Sepulcro, conocido también como monasterio del Santo Sepulcro y que se encuentra en la plaza de San Nicolás de Zaragoza nació como un llamado "Castillo" auspiciado por la Marquesa de Gil de Rada que era hija del Rey Teobaldo I de Navarra, para hacer en esa zona junto a las murallas romanas un convento o monasterio femenino en e año 1304. 

La Marquesa Gil de Rada era viuda de Pedro Fernández de Híjar, un hijo no reconocido o bastardo del Rey Jaime I de Aragón. Y como toda la familia venía de las casas reales de Aragón y Navarra, aquel monasterio tuvo una gran importancia en sus primeras décadas, incluso siendo dirigido en sus comienzos por una abadesa que era hermana de su fundadora. Todo quedaba en familia.

Desde el principio fue impulsado por el que entonces era canónigo de la Colegiata del Santo Sepulcro de Calatayud, y por eso se adscribió en Zaragoza al Santo Sepulcro. En realidad ya debía existir a su lado la pequeña iglesia de San Nicolás de Bari que se había construido unas décadas antes, y el Monasterio se añadió a la zona, desde el interior de las Murallas Romanas y por eso se le llamaba Castillo de D. Teobaldo.

En su interior (que se puede visitar) hay un claustro no muy grande (lo podemos ver abajo de este texto) pero sumamente interesante sobre el que se mueve toda la vida de las monjas canonesas de clausura hasta no hace mucho tiempo. Son las únicas de la Orden Canonesas que hay en España. 

La imagen superior nos muestra la plaza de San Nicolás en el año 1877 y la de la izquierda es una estampa del vestido hábito de las monjas de clausura del San Sepulcro sobre el año 1800.





El Cristo de la Cama, emblema de la Hermandad de la Sangre de Cristo

El llamado Cristo de la Cama es un emblema de la Zaragoza religiosa, patrón de la Hermandad de la Sangre de Cristo y una de las figuras más importantes de la imaginería religiosa de Zaragoza. 

Datada de principios del siglo XVII (según otros historiadores se dataría de finales del siglo XV) es una imagen articulada que se utilizó para escenificar ceremonias de Desprendimiento de la Cruz en algunas procesiones del siglo XIX. 

Es pues una imagen dotada de piezas movibles, como sucede en algunos otros pasos de la Semana Santa zaragozana. Se desconoce el autor de la obra.

Ubicado durante los Sitios de Zaragoza en el Convento de San Francisco, en la actual Plaza España, se retiró ante los ataques constantes al convento hacia la Basílica de El Pilar donde logró salvarse de la destrucción del convento por la guerra de Los Sitios.

Por cierto, posiblemente en su traslado de lugar, para salvarla de la destrucción en el Segundo Sitio de Zaragoza debió ser atacada, pues antes de una restauración se observaban huellas de bayoneta y disparos de bala en su figura.

Actualmente se encuentra en la iglesia de San Cayetano, donde tiene su sede la Hermandad de la Sangre de Cristo y es una de las figuras más importantes por su antigüedad en la procesión del Santo Entierro de Zaragoza.

El Puente de Tablas de Zaragoza, antes de 1890


Vemos en esta imagen anterior a 1890 la orilla del Ebro desde la zona en donde ahora está el Puente de Hierro de Zaragoza, viendo el Puente de Tablas posiblemente destrozado por una riada. 

Se ve perfectamente al fondo, en la orilla derecha, la zona de argamasa en donde se sujetaba el puente y que todavía existe.

Es una imagen muy interesante aunque no tenga excesiva calidad, pues se pueden ver todos los edificios que había entre la zona de la zona del Seminario hoy Museo Diocesano de Zaragoza y la entrada de San Vicente Paúl que entonces no existía como tal.

26.3.24

Tus árboles. Aragón, en los valles de los afluentes del Ebro


Por fin un año normal o más bien abundante de lluvia tras aquel en que el destino o cualquier mano, según vuestra concepción de la condición humana, lo paró todo.

Año de desembalses y viento, de producción y exportación de energía en que ya no se habla de la balanza eléctrica, sino de lo que decida Putin obsequiarnos y mientras tanto, creación de tejido de industria armamentística para Euskadi. Veremos nuevamente Yesa vaciado en octubre pero de momento estiran las carrascas, florecen como nunca los frutales.

Me gustan los árboles, me considero xilófilo si tal expresión existiese.

Desde niño he observado los plantados en las viñas y que dan frutos, los domésticos y humanizados. Me educaron a padecerlos, ir a sacudirlos helando, ver el curado con hinojo de las cuatro olivas hecho por mi abuela.

La vid de garnacha en pie de arto buscando agua en año de sequía, la mengranera ó granado –símbolo de la fecundación-, las almendreras y oliveras plantadas en cascajo o mallacán, en costero, por cada familia para su abastecimiento y engordar la proteína animal con la salsa de almendras y olor a laurel; y darle frescor con su punto de ajo y perejil.

La botánica que da frutos ha sido una política, siendo los árboles a plantarse y expandir junto a las setas los garantes en tierra ignota y conquistada de la nutrición de colonos y ejércitos. Están después allí, fijos, no siendo apresables como la botánica marina con redes de deriva o trasmallos que no les dejan crecer. Salvados del ramoneo de las cabras, a costa de perderse ganadería y limpieza de bosques bajos.

A los árboles hay que comprenderlos y amarlos, uno de los principales legados de la humanidad es el arte de podar, de engalanarlos y de aprovecharlos.

Aragón, en los valles de los afluentes del Ebro, ha transmitido de una generación en las siguientes su saber hacer en árboles frutales leñosos y es un país especializado en la gestión de viveros. Habiendo villas del árbol de regadío como puedan ser La Almunia, Sabiñán o Fraga.

Los árboles fueron generando el oxígeno suficiente para, partiendo de las algas y de los heroicos primeros musgos de costa y pasando por los helechos, colonizar parte de la corteza terrestre y dulcificar el clima del planeta azul. Su éxito evolutivo llenó partes de la tierra con abundancia selvática, única que muchos pueblos han conocido en su peregrinar por continentes, la causante de que en euskera o japonés exista denominación para todos los colores menos para el verde, que es el característico de sus paisajes. Correspondiendo a sus “mori” o “basa”, sus frondas intrincadas de arbolado, la asociación con los nombres aoi o urdiñ, el azul casi negro.

Todos los pueblos indoeuropeos divinizaron los árboles, como se revela en el destacado papel de la higuera como árbol sagrado nutricio y su presencia en los zócalos de entrada de los templos hindús. Entre los iranios, destaca el papel simbólico y sacramental del granado como del viñedo. Recordemos las composiciones dedicadas a los mismos de Omar Jayyamm, dado que beber vino fue un acto sacramental aún antes de Dionisos y Baco.

Fue la cultura griega la que relacionó a las divinidades de su Panteón con la botánica, cuestión en la que no nos vamos a extender pero que es la causante que la planicie de la Acrópolis de Atenas se halle bendecida por un único acebuche u olivo: el árbol de Atenea como fuente especial de riqueza para Ática, que exportaba su aceite a Macedonia.

El laurel en ramas formando coronas fue el árbol de encarnación de Apolo; el manzano, el de la tentación afrodisíaca y la de los textos sagrados semitas; cómo no citar a la encina y al roble, de madera casi pétrea y porte excepcional, como los relacionados desde la mitología griega con Zeus, la guerra y la conquista.

La humanidad representó el carácter sacramental de los árboles. Así los bosques los encontramos inmortalizados, permutados por su representación en mármol, desde las arquitecturas griega y persa.

Los imponentes peristilos de columnas remedando cedros de los templos techados sustituyen y protegen de rayos e incendios con mayor eficiencia a los lugares sagrados. Sin renunciar a la visión de solidez que aporta un tronco botánico.

Así, donde en espacios públicos anteriores hubo naves y tejados sustentados por maderas nobles de coníferas longevas, como en el Templo de Jerusalén levantado y ornamentado a partir de cedros del Líbano y aún hoy en el sagrado santuario del sintoísmo de Ise en Honshu, del siglo VI, cuyo entramado y exteriores son de sugi o pino rojo y se renuevan cada generación, se pasó al mármol y al granito a partir de Persia y Egipto.

Incorporados a la arquitectura griega y romana y, a partir de ellas, al románico europeo y aragonés, nuestros monumentos en piedra tienen como elemento principal a sus columnas cuyos basamentos recuerdan a raíces y remates o capiteles presentan el follaje de una copa, cuando en ellos se esculpen hojas de acanto.

Florecen los árboles de tu calle, se llenan de hojas verdes tiernas del color de la luz del hayedo de Gamueta. No te traslades para que te impongan fiestas de la primavera. Como hemos dicho en otras ocasiones, mira como precisamente en este momento en 2020 ese lirio sin pesticidas que brotaba del único solar al que pudiste mirar.

En tus fiestas, manda tú.

26.03 Luis Iribarren

24.3.24

La primavera ha llegado al Alto Gállego aragonés (ya, no hay otro)


Descubre la Primavera desde el Alto Gállego aragonés con una serie de actividades espléndidas. Bosque de El Betato. La senda de Izarbe. Barranco de la Fuente de Osán e Isús de Basa. Las Señoritas de Arás. Balneario de Panticosa. Rapún. No es fácil perdérselo.



21.3.24

El Puente de Piedra de Zaragoza, con las ruinas de Altabás y San Lázaro


Cuando la ciudad de Zaragoza todavía no se había repuesto de su destrucción tras los dos Sitios a Zaragoza por las tropas francesas, en el verano del año 1823, se conserva este dibujo —que no será tan real como podría ser una fotografía— pero que nos enseña las ruinas de la zona en donde se encontraba el excelente edificio de la Diputación del Reino de Aragón o Casas del Reyno (ver final del texto y comentario), incendiado y destruido por los bombardeos franceses contra la ciudad. 

El Palacio del Reino de Aragón duró en ese espacio desde el año 1450 en que se construyó, hasta el año 1830 (en ruinas desde 1809 aunque en parte de él aun vivían algunas familias) que se entregaron las ruinas y el terreno al Arzobispado para que construyera en el mismo lugar el Seminario.

Esta estampa la dibujó el inglés W. Westall e impresa en C. Hullmandel.

Nota.: Efectivamente, tal y como nos comentan, lo que se observa en el dibujo o grabado es la zona de Altabás, el final del Puente de Piedra y las ruinas que se produjeron en esa zona de San Lázaro y Altabás.

Historia del regaliz y de la empresa Zara en Zaragoza



Tras la entrada sobre la perrera municipal continúo con una sobre la fábrica de regaliz Zara, que se encontraba en la misma zona, junto al río Huerva, en la calle Asalto de Zaragoza. En la sección de un plano del año 1899 que os adjunto, se ven perfectamente los edificios de la fábrica.

El regaliz era un producto de gran fabricación en Zaragoza para toda España y basta recordar que a la vez de la fábrica Zara que ahora comentamos, tengo constancia de que existió una fábrica de regaliz en la zona de Montemolín cerca del aparcamiento del Pabellón Príncipe Felipe junto a Miguel Servet. 

No he encontrado datos de esta fábrica de regaliz para que me confirme si es el traslado de la fábrica de la calle Asalto o una fábrica nueva. Personalmente me acerco más a la primera opción, pero sin confirmar.



Dice la historia desde la hemeroteca del Heraldo de Aragón, que en 1929 solo existía una fábrica de regaliz en España, la de Zaragoza, y era la más grande del mundo. 

Se ubicaba en la calle de Asalto, junto al paseo de la Mina, y sus orígenes se remontaban a mucho tiempo atrás. Al parecer "desde tiempo inmemorial" —se dice en el reportaje— existía en Zaragoza una fábrica pequeña, propiedad de un tal señor Flor, que acabó ampliándose en el año 1872 con dos socios franceses y creando la razón social “Flor, Carenou y Tur”. 

La fábrica Tur producía 800 toneladas anuales de regaliz, unos 3.000 kilos al día laborable, y exportaba a Francia, Alemania, Dinamarca, Holanda además de a casi todos los países de América del norte. Las tierras calizas de los alrededores de Zaragoza eran idóneas para el cultivo de esta planta.

La raíz de la planta del regaliz, al ampliarse la fábrica, se tenía que comprar fuera de Zaragoza, que por cierto era una zona muy rica en esta leguminosa, sobre todo desde Montemolín, Miraflores hacia La Cartuja o El Burgo. 

Más lejos se compraba regaliz en las zonas de Alfajarín, Osera, Villafranca, Pina, Fuentes de Ebro, Quinto, Remolino o incluso Tudela y Corella. Las raíces se recogían cuando la mata era verde entre los meses de invierno, para dejarlo secar en el verano. Se trituraba, se maceraba y se obtenía una pasta que en gran medida era exportada hasta las fábricas de tabaco rubio americanas. Sí, desde Zaragoza.

Con parte de aquel producto se empezaron a crear las pastillas de regaliz que se comercializaban con el nombre de “Zara” y se las llamaba “Perlas de Aragón” en recuerdo como no a Zaragoza y de las que os dejo una imagen de las cajas. 

De críos todos hemos probado el regaliz de palo, más o menos grueso, que recogíamos de ribazos tirando de la mata hasta que se rompía si había días de lluvia o picando como dos palmos en busca de las raíces más gruesas.

Desde 1964 esta fábrica de regaliz que sigue fabricando Regaliz Zara está en la localidad de Cabañas de Ebro con el nombre de Fire S.L. 

El producto vegetal se compra hoy en Aragón, Navarra o Toledo pero también se importa hasta de la lejana Afganistán, ya que la planta del regaliz procede de la Europa Mediterránea y Asia Menor, cultivándose en lugares húmedos en unas tierras con mucha cal. Y efectivamente, NO tiene nada que ver la marca del regaliz con la más famosa marca Zara de ropa y multimillonarios beneficios.

Sección de una mapa de Aragón, del año 1619


Esta sección de un mapa de Aragón es publicado en el año 1619 (pero muy posiblemente dibujados unas décadas antes) y de los pocos que no han creado el mapa ni por puntos cardenales ni por los modelos que después de este mapa han ido siguiendo los diferentes geógrafos.

Es curioso sobre todo por el aspecto que ofrece el cruce de los ríos Ebro con el Gállego y el Huerva, produciendo en la ciudad de Zaragoza como una gran X. 

Este mapa es del portugués Ioan Baptista Lavaña que falleció en el año 1624. Para realizarlo el autor se recorrió durante seis meses nuestros territorios, para hacer mediciones y que así fuera exacto dentro de sus posibilidades, está por ello considerado el primer mapa hecho en España por procedimientos científicos de entonces y es de Aragón.

Hasta el año 1777 fue modelo de trabajo cartográfico, hasta que legó otra edición de Mapa de Aragón, en este caso de Lezaún.

20.3.24

Zaragoza y Grandes Almacenes El Águila


Las personas zaragozanas de más edad recordarán todavía la existencia de unos Grandes Almacenes de ropa, textiles y géneros de punto en la calle Alfonso 3 y 5, al inicio desde el Coso, nada más entrar y antes de donde estuvo luego Almacenes GAY. 

Era un edificio muy reconocido por tener instalada en su zona más alta una gran águila como reclamo publicitario, que también habían puesto en otras ciudades.

Eran los Grandes Almacenes El Águila que estuvieron 40 años en nuestra ciudad desde 1918. Que curiosamente la de Zaragoza era una sucursal de unas grandes tiendas que se repartían por toda España. Desde la calle Preciados de Madrid, a Barcelona, Valencia, Sevilla, Bilbao, Valladolid o Málaga, como vemos en su anuncio.

Fueron (casi) los primeros Grandes Almacenes modernos que se instalaron en España. Incluidas enormes fábricas textiles en donde fabricaban ellos mismos sus prendas textiles. 





La Zaragoza de inicios del siglo XII


Esta recreación de parte de la Zaragoza de inicios del siglo XII es un ejemplo maravilloso de reconstrucción de la historia con los pocos elementos que tenemos. Se encuentra en el Museo Diocesano de Zaragoza, en el Alma Mater, mostrando con dibujos iluminados diversas épocas de la misma zona de nuestra ciudad.

Vemos el barrio de La Seo y lo que todavía era una catedral árabe, una mezquita sobre la que luego se construye la catedral católica con su torre románica. Junto a ella se irían construyendo las viviendas para los obispos.

Esta zona era en aquel momento la más noble de Zaragoza, cercana a la muralla y al río, era conocido como el barrio del Salvador y en ella se fueron estableciendo todas las familias de nobles que habían ayudado a conquistar Zaragoza a los árabes.

Se observa el pequeño barrio del Rabal en la margen izquierda, el puente de Piedra y la pequeña iglesia católica que iría creciendo hasta convertirla en el Pilar de Zaragoza actual. Un trabajo excelente para un muy buen museo zaragozano.

19.3.24

Cartel zaragozano del Colectivo por la Paz y el Desarme de 1983


Este cartel impreso en Gráficas Sansueña y que plantea claramente el NO para que no haya dudas lo diseñó Samuel Aznar con unas fotografías de la Galería Spectrum. Todo aragonés puro del año 1983.

El encargo venía del entonces denominado "Colectivo por la Paz y el Desarme".

En 1982, se creó en Zaragoza el Colectivo por la Paz y el Desarme, una plataforma que integró a ciudadanos y ciudadanas de distintas ideas y pertenencias políticas y sociales.

Trabajar por la paz y el desarme significaba al inicio de la década de los 80 del siglo XX intentar desactivar la percepción de amenaza del "presunto enemigo soviético" y, en consecuencia, rechazar la pertenencia de España a la organización armada que se creó para combatir a ese enemigo: Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN).

La Zaragoza del chocolate Aínsa a 0,40 pesetas


De hace más de un siglo es esta imagen de la Zaragoza ya no reconocida. realizada desde la entrada actual a la calle Don Jaime desde el Coso. Vemos una tienda de Ultramarinos en el primer plano, que nos ofrece un chocolate Aínsa con bizcochos y azucarillo a 0,40 pesetas. 

Y a su vez hace publicidad de las cervezas Damm, Pilsen y de Munich, y de varios licores nacionales o internacionales.

Zaragoza 350 años después


Esta es una imagen de un dibujo de la Zaragoza casi actual, realizado en el mismo lugar en donde el pintor Diego de Velazquez hizo la Vista de Zaragoza en el año 1647. 

Era el dibujo original para una campaña de Turismo Zaragoza con el lema: "Los Sitios de Zaragoza, ¡hay que verlos!".



17.3.24

El león de Zaragoza, con cara de pocos amigos



Este es un León de Zaragoza muy famoso, muy utilizado pues es el faldón de los timbales de Zaragoza, los que salen del Ayuntamiento en procesiones o desfiles de autoridades.

Podemos ver que este León del escudo de Zaragoza se está mordiendo la lengua. Tiene cara de pocos amigos. Es lo que hay, también en Zaragoza, a veces, nos cabreamos.

El Ángel Custodio de Zaragoza le muestra la ciudad


Eran las navidades de 2017 a 2018 cuando esta cigüeña se posó artificialmente en la Plaza del Pilar, mirando a nuestro Ángel Custodio. Resulta curioso cómo se miran, como la escultura de Pablo Serrano le muestra la ciudad para que elija.

Hay muchas cigüeñas en los alrededores de Zaragoza, a veces se las ve volar en bandadas de una veintena, por las cercanías de Santa Isabel o la Av. Cataluña, incluso hasta La Jota. Pero raramente se adentran más en la ciudad.

A veces incluso, da la sensación de que van cigüeñas adultas enseñando a volar a las jóvenes, en unos bailes lentos y suaves.

13.3.24

Aragón, qué destino turístico

Entre los cargos de selección más oportuna en la historia reciente del Gobierno de Aragón, en cualquier legislatura y con cualquier opción política, está el de Director General de Turismo.

Se ponga a ello un historiador y político a reivindicar como Jorge Marqueta; una especialista política en turismo por haber regido el Patronato de Zaragoza como Elena Allué, especialista en recepción de asiáticos, con amplio perfil negociador y bien valorada por sus técnicos; o lo esté desarrollando Jorge Moncada Iribarren, algo homónimo y amplio conocedor del sector por haber impartido docencia al respecto y ser un pensador, sí, esa es la acepción, con agencia de viajes propias, el resultado ha sido más que satisfactorio y solo quedaría, se está en ello, añadir como cité una vez el apellido “gastronomía” al cargo.

Coordinados todos ellos por un profundo conocedor del sector de la nieve por haber trabajado en él como Marcelino Iglesias; un buen gestor en la materia en la ciudad de Zaragoza en post pandemia como ha sido Azcón o un más que competente historiador, especializado en el legado judío de Cinco Villas, como es Lambán, está bien afirmar que hemos estado y estamos en manos de expertos de calidad en este punto.

De lo contrario y debido a la importancia de la historia aragonesa, habría que plantearse darle el cargo a una cineasta de las emergentes, a Irene Vallejo o a José Luis Corral directamente, tal es la alargada sombra de la inteligencia aragonesa productora de cargos intermedios, ayuna por discreción y servilismo de grandes liderazgos a la altura de los que tuvo históricos.

Hay que convenir que los directores de turismo aragoneses no lo tienen de colores. De lo contrario no se llamaría al principal pantano aragonés en capacidad “Mar de Aragón” y si se hace es porque algo falta, porque el márquetin es complejo y aunque las slow roads, el Mudéjar, los congresos médicos y la nieve caída de milagro allí estén, no se puede competir.

En qué no se puede… En la batalla del relato…

Queremos poner a Huesca y Teruel en el mapa, Zaragoza siempre lo estará como principal parada de AVE entre colosos, pero somos en eso ciertamente chauvinistas. Qué sabemos los aragoneses lo que se cuece en Oviedo más allá del Premio Princesa de Asturias, si sigue celebrando Castilla y León o no el ciclo “Las Edades del Hombre”, la vida cultural que puedan tener Mérida o Lugo, cómo le da unas vueltas Albacete a su capitalidad estatal en sentido del humor por abandono del resto… O si Melilla y Cartagena bien valen varias misas por su historia y, especialmente, su modernismo.

Esa es la liga en la que estamos, incluso habiéndonos presuntamente escriturado las marcas Pirineos, Goya –persona nada fácil de ser apropiada- o marca Amor. Cómo hacerlo con Desierto de Calanda, Paraguay donde Azara o Sos que ya no está nada católico.

Se suponía que tras pandemia seríamos en materia de turismo más sostenibles, se volvería a destinos más competitivos en precio para quedarnos más rato, mermarían algo las cartas barrocas de las sensaciones a costa del sabor en hostelería… Eso fue lo que nos trasladaron, pero a la vez salvaban como se ha comprobado por estratégica la compañía de los Hidalgo… Más de lo mismo y a lo loco maya y puntacano.

Pero revisemos catálogos, dado que lo primero que debería hacer como tarea una dirección de turismo de interior, me vale para Kazajstán, es leer “Plataforma” de Michel Houellebecq. Respecto de la que, cumplidos 23 años, poco se ha avanzado. En relato, naturalmente… Que el autor francés no va a periclitar en discurso lo demuestran, no mis gustos personales, sino las frases con aldabón que os acompaño.

Así, los aragoneses según la oferta para este verano no podrían visitar el Burundi clásico, Palencia “no está a tu alcance”, por el pantano de Gabriel y Galán ni por el de los fiordos de Riaño en León hay ofertas de cruceros, no podemos hacer una guía de Alcañiz para sentirla en siete días, ni siquiera en Teruel podemos trazar “infinitos planes”.

Como tampoco, aunque lo sea, podemos tildar al Reino de los Mallos de Riglos como ese “paraíso mediterráneo” ni el “Aragón esencial” da para solo ocho días. Qué decir de hacer rafting o ver románico en la “Lleida imperial”. Aunque por allí vaya en márquetin llamar a Navarra como “Reyno de…”

A pesar de lo cual el PIB aragonés en turismo, descontado el mundo cerdo, ha superado en renta al agrícola. Todo y que al turismo ya no se le pueda adjetivar como “rural”, al no quedar quien haga mondongo o mermelada, sino que te dan una llave de un corral hecho vivienda para que te quedes y hagas brasa, y seas más, con varias familias y críos cuatro días, para que se esbreven, como dicen en Teruel por esbafar para la espuma de cerveza.

Qué decir de que las pruebas ciclistas multitudinarias sean sostenibles, aspecto que ni siquiera abordan las plataformas de la defensa de las montañas, que cuando se manifiesten por Canal Roya subirán, como los cazadores, en un diésel cada uno.

La generación de los millenialls no lee ya guías, antes de ir a cualquier lugar hace tours virtuales a 360 grados –así yo me hubiera ahorrado entrar a los Ufficci-, y no sabe nuestro sector por dónde van a salir porque tras el confinamiento han venido haciendo viajes por venganza, muchos a base de créditos, y han subido los precios de la hostelería por excesiva demanda. Antes de cualquier movimiento, lo preceden de consultas e híper información.

El nicho de los nómadas digitales, de los trabajadores remotos, la pérdida de viajeros mileuristas porque ya no se pueden pagar una semana en Cádiz en agosto pero la abundancia de nuevos viajeros jóvenes solitarios, los destinos de salud comandados por clientas femeninas de esta clase pero que prefieren viajar en grupo o qué puede ofrecer Aragón y no organizarse desde Chueca para moteros o viajeros LGTBI plus y otros que se sientan “marginados”, están en la nueva palestra.

El viaje y la experiencia gastronómica como parte de tu vida y no para quedarse tirado en una playa saturada con el único propósito de vegetar. Compra ahora y págalo después, diez días de multi aventura en Huesca… Segunda del mundo detrás de las Azores… Para podernos quedar con una pequeña parte del personal que tiene ganas de conocer la libertad, carajo, en Buenos Aires o perderse por Georgia.

Decaído por viejuno el turismo con el que ironiza Houellebecq de los Club Med esparcidos por el mundo jodiendo las pocas playas no especuladas, a los que los hijos del mayo del 68 integrados en la maquinaria socialista de poder cultural iban en verano para sentirse menos depredadores, volver a las esencias, aspirar aceites ídem y sándalo como en Semana Santa, que les dieran masajes y conocer a otros solitarios en el sistema pero no… Los hijos de la FNAC…

Estas son las dificultades, los retos y la palabrería contra la que debe combatir un director de turismo en Aragón. Nos volvemos a dejar pendiente el románico y el mudéjar para otra pandemia porque como sensaciones, las agencias de viaje no nos lo venden porque deben entender que se quedan cortos de..., que requieren una profundidad e implicación a las que los señores del balconing no parecen dispuestos…

Me despido con unas cuantas frases de la obra que he recomendado para leerla del revés a este sector:

Francia era un país siniestro, totalmente siniestro y burocrático.

Me arrepiento un poco del celibato de mi vida. Me molesta en vacaciones, sobre todo.

El café tardaba lo suyo. ¿Qué se puede hacer al final de una comida cuando no te dejan fumar?

Vivir sin leer es peligroso, obliga a conformarse con la vida, y uno puede sentir la tentación de correr riesgos.


12.03 Luis Iribarren

11.3.24

¿Para qué sirve reírnos a la vejez?


El psiquiatra Luis Rojas Marco habla habitualmente del envejecimiento —y del poder que nuestra mente tiene en ese periodo de nuestras vidas— para vivir mejor y más, con pocos cambios que hagamos en nuestra manera de encarar esos años. 

Veamos algunos de sus consejos, por si nos pueden servir. No sería necesario hacer todos, no nos vayamos a volver excesivamente felices, pero tal vez algunos estaría bien.


-------------

Hay que ser más optimistas, saber adaptarnos a los cambios y tener sentido del humor para afrontar la vejez de la forma más saludable posible

 El poder de la mente en el periodo de envejecimiento es tremendo. Y ese poder es nuestro. Pensamos lo que queremos pensar.

 Ante cualquier adversidad VITAL, lo que nos ayuda es poner el centro de control dentro de uno mismo, para intentar defendernos mejor

 Es muy importante tener esperanza y sentido de la relatividad, especialmente ante las situaciones adversas que no conocemos bien

 La incertidumbre roba el sentido del futuro, lo que impacta de forma muy dramática en todas las personas, tengan la edad que tengan

 Las personas que ayudan a otras en momentos difíciles, tienen “más probabilidades” de sobrevivir y de ser felices ellos mismos, cuando les sucede adversidades

 Se ha demostrado que una hora de voluntariado a la semana ayuda a dormir mejor, estar de mejor humor y tener una mejor vida

 Es muy necesario tener relaciones sociales en la vejez y aprender a reírnos más con otras personas

10.3.24

Impacto del consumo de alcohol en la salud hepática: Consejos de expertos


La recomendación de mantener un consumo de alcohol en cero puede ser ideal para la salud, pero los hepatólogos sugieren alternativas más realistas, más fáciles de conseguir. 

Durante el Congreso Internacional del Hígado en Londres (junio de 2022), expertos líderes lanzaron un mensaje clave: para aquellos que no quieren renunciar por completo al alcohol, es esencial abstenerse al menos tres días a la semana.

Sin embargo, esta indicación no es una solución única para la salud hepática. Es crucial combinarla con una moderación constante en el consumo de alcohol durante el resto de la semana y una alimentación equilibrada

Además, dado que el alcohol aporta muchas calorías, su inclusión en una dieta inteligente debe manejarse con precaución.

Europa enfrenta la mayor tasa mundial de consumo de alcohol, y más del 50% de las enfermedades hepáticas terminales están relacionadas con el consumo descontrolado de alcohol, especialmente de bebidas de alta graduación.

Las enfermedades hepáticas afectan a personas jóvenes y de mediana edad, con un aumento preocupante entre las mujeres y en poblaciones socialmente vulnerables. 

A diferencia de enfermedades relacionadas con el tabaco y la obesidad, como el cáncer de pulmón y la diabetes tipo 2, que afectan típicamente a personas mayores, las enfermedades hepáticas tienen un impacto significativo en personas más jóvenes.

Aleksander Krag, vicesecretario general de EASL, aboga por una reducción decidida en el consumo de alcohol, su promoción y un aumento en los precios. 

Propone reglas clave para mantener la salud, como abstenerse tres días a la semana, no consumir más de cinco unidades de alcohol de una vez y no exceder las 10 unidades por semana, teniendo en cuenta que una unidad no equivale exactamente a una bebida estándar.