El barrio rural de San Juan de Mozarrifar en Zaragoza es un lugar con mucha historia, que a veces nos pasa desapercibida. Está asentado sobre una zona de tierras muy fértiles, una zona agraria que ya los árabes supieron organizar con canales y zonas de regadío que todavía en la actualidad siguen sus mismos trazados y en algunos casos sus mismos sistemas de riegos.
A la izquierda de Montañana y por debajo de Peñaflor y Zuera, es un barrio con pocos habitantes, hoy unos 2.600 censados, que tiene su nombre actual por haber estados asentado en esta zona la Orden Hospitalaria de San Juan de Mozarrifar, en unos espacios que de antiguo se conocían como "Mezazal", "Mezarrifal" ó "Mozarrifal" nombres claramente árabes. El último se traduciría por "Jardín".
Durante la Guerra mal llamada Civil, hubo en sus terrenos una cárcel desde 1939 o campo de concentración en los dos últimos años de guerra, del bando nacional junto a la orilla del río Gállego y en donde se custodiaban presos que venían del Frente de Teruel, Cataluña, o la Batalla del Ebro, en espera de juicio o sentenciados. Llegaron a tener encerrados a más de 3.000 presos hasta finales del año 1943.
El lugar elegido para su instalación en San Juan de Mozarrifar fueron las naves de la antigua "Papelera de las Navas" a orillas del río Gállego, junto al Tejar de San Juan, en aquellos momentos ocupada por un batallón italiano denominado Cuerpo de Tropa Voluntaria y el Batallón de Trabajadores número 20 dependiente de San Gregorio.
El otro campo de concentración cercano y anterior estaba en San Gregorio, y eran tantos los prisioneros, que incluso hacinados ya no cabían en este, por lo que se tuyo que crear el de San Juan, en donde aunque los mandos eran nacionales los soldados y cabos eran italianos y empleando una extremad dureza con los presos.
En aquellos momentos existían en España más de 300 campos de concentración de prisioneros de guerra. En muchos de estos casos, como en el de San Juan, los presos tenían que dormir en el suelo sobre mantas, y era habitual utilizar la tortura para conseguir información diversa de los presos.
Aquí estuvo prisionero mi padre, Juan Francisco Murillo
ResponderEliminar¿Y te hizo algunos comentarios qu nos puedan servir para entender mejor este lugar?
ResponderEliminarYo viví a escasos metros del Campo de Concentración y mi padre trabajó en el Tejar de Almorín y Gabás hasta que murió el dueño sobre 1970. Así que sus espacios abandonados, vacíos y polvorientos eran habituales para los juegos de la chiquillería o prole de esa barriada llamada del Tejar quienes hasta su entrada en la escuela obligatoria campaban a sus aires fuera del hogar entre mocos y rastros de mercromina por cabeza y extremidades.( Observo ahora como si fuera casi un rito llevar al compañero herido a su casa, escuchar las reprimendas familiares y volver al juego tras recibir la tintura roja sanadora). Podía contar entonces yo unos 4 o 5 años, pero a esa edad ya deambulaba solo o en grupos por toda la zona además de hacer muchas pequeñas faenas como ir a comprar.
ResponderEliminarDos recuerdos de juegos que me llamaron la atención: haber encontrado bastantes fusiles y discos de fonógrafo La Voz de Su Amo ambos ordenados en cajas como preparados para ser usados. Ahora me pregunto su posible relación con el campo del que hablamos.
Los comentarios sobre la guerra civil , fusilamientos ejecutados por la Guardia Civil, traiciones, pillaje, estraperlo, hambre...eran habituales en nuestra sobremesa , de forma velada primeramente y más segura tras la muerte del Dictador. En nuestra casa comentaban por ejemplo que albergamos a una familia de Autol( Provincia de Logroño de entonces, actual La Rioja) cuyo padre estuvo en el campo de concentración, creo recordar que llegando a nacer una hija en ella. Qué pena que todos hayan fallecido.