Estos días Zaragoza está gris y atormentada, apagada y esperando el próximo domingo sin alaracas ni estridencias, como el animal que va en el camión al matadero. Grandes cortinas de humo han llenado la Plaza del Pilar de partidos políticos de blanco y naranja, demostrando donde está el dinero y los poderes con colores. Se habla poco —y con todavía menos acierto— de la Zaragoza del futuro y eso hace que salgan nubes grises. Esperamos que el próximo domingo ganan las ideas, las opciones que sepan dejarse la piel por Zaragoza y no las de los amigos de los despachos fáciles.
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